Portada » Lengua y literatura » Libertad e individualismo. El Romanticismo exaltó la importancia del individuo y afirmó su libertad como valor supremo:libertad moral
En los inicios del Siglo XIX, la cultura recibíó un gran impulso debido al auge de la burguésía y a la implantación de un nuevo orden social y económico que permitíó una mayor dedicación al tiempo de ocio y de espectáculos, como el teatro. Asimismo, se desarrolló una prensa de opinión y cercana a la literatura de la época difundiendo, gracias a revistas, obras y teorías literarias. Esto favorecíó un aumento en la afición a la lectura y en el alfabetismo de la población.
Como novedades culturales nacieron los ateneos, los casinos, los liceos y las tertulias tanto en casa como en cafés. Los divertimentos preferidos eran los toros, el teatro y los conciertos. Y todo el arte en general vivíó un momento dulce al favorecerse la creación de museos, exposiciones y revistas culturales.
En materia ideológica hay que destacar que debido a la convulsión de los acontecimientos históricos, vividos tanto en Europa como en España, predominan las ideas de rebeldía, libertad y patriotismo, plasmadas luego en las obras ROMánticas.
Sin embargo, este plasmo literario se produjo mucho más tarde en España que en la Europa revolucionaria por culpa de la censura y la represión durante la Década Ominosa de Fernando VII. Esto produjo un exilio de intelectuales hacia el continente lo que les llevó a conocer las nuevas temáticas, estéticas e ideologías propias de los Romanticismos alemán e inglés, fundamentalmente.
De esta forma podemos decir que el movimiento ROMántico supone el inicio de la modernidad y deja claras las bases a un posterior Estado liberal burgués.
Del Romanticismo lo más destacado son las ideas de libertad e individualismo.
Exalta la importancia del individuo frente al grupo (al contrario que el Neoclasicismo anterior y el Realismo posterior) y reivindica la libertad como sinónimo del movimiento cultural en todas sus facetas (moral, política y artística). Destaca, ligado a esto, la idea de rebeldía tanto hacia las leyes (titanismo) como contra Dios (satanismo).
– Al contrario que en el Neoclasicismo del XVIII, se eleva la idea de la subjetividad donde la concepción de la realidad está sujeta a la muestra de la interioridad del yo ROMántico (sentimentalismo)
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– El choque entre la realidad y los deseos y ansias del artista le llevan a sufrir una angustia existencial, que plasma en sus obras bien con melancolía, bien con desgarro. Así, la confrontación entre el medio y el individuo le lleva muchas veces a escoger como personajes a seres marginales, como piratas.
– Existe en el Romanticismo un gusto por el pasado para la ambientación de las obras enlazando esto, por influencias alemanas, con un espíritu nacionalista.
Por tanto, tenemos un historicismo en las obras y una búsqueda de identidad de la nacíón, lo que en España llevó a un Renacimiento de las literaturas gallega y catalana.
– Los deseos y los anhelos del artista ROMántico le llevan muchas veces por culpa del choque entre él y su medio a un deseo de evasión de la realidad.
Este anhelo se muestra en las obras de dos maneras: una espacial (ambientación de espacios exóticos y en culturas orientales) y otra temporal (ambientación pretérita, sobre todo en la Edad Media). Otros métodos son la elección de motivos terroríficos, el uso de elementos fantásticos o la preferencia por momentos nocturnos.
Destacan como temas la libertad, el poder, la justicia, el sentido de la existencia, el silencio de Dios, el destino y el amor inalcanzable.
En materia formal, los escritores defendieron el ideal de libertad artística al mezclar géneros, estilos y registros y al incorporar palabras propias de los hablantes (coloquialismos).
En materia retórica, destaca el uso de exclamaciones y la orientación del léxico y de los recursos lingüísticos hacia la subjetividad, el sentimentalismo y las emociones. Asimismo, se busca una verosimilitud en temas históricos imitando el lenguaje medieval.
El Romanticismo español recibíó influencias europeas pero las circunstancias de su contexto histórico y social hacen que posea elementos nuevos y de ruptura, así como otros tradicionales. Con esto, se distinguen tres etapas.
1ª: Junto con el Prerromanticismo anterior, a principios de siglo empieza la difusión de ideales ROMánticos alemanes, predominando una visión tradicionalista y una defensa del catolicismo.
2ª: A mediados de los años 30 del XIX, el movimiento alcanza su cumbre en España influenciado por los escritores franceses. El regreso de los liberales del exilio supuso un giro progresista.
3ª: A mediados de siglo se augura la aparición del Realismo. Quedan residuos postrománticos pero es ahora cuando la poesía vive un auténtico esplendor con la influencia de Heine y del popularismo.
En el Romanticismo español, junto con la lírica, lo más destacado es el drama. Sus mayores exponentes son el Duque de Rivas (Don Álvaro o la fuerza del sino) y José Zorrilla (Don Juan Tenorio).
También, aunque en menor medida, destaca la prosa con novelas históricas y costumbristas. Y el periodismo por su parte experimenta el nacimiento del artículo literario con Mariano José de Larra.
Como carácterística fundamental destaca la tardanza de su florecimiento con respecto a otros géneros. Inicialmente presenta rasgos neoclásicos y luego recibe influencias europeas (del inglés Lord Byron y de los poetas franceses). Es una lírica marcada por la mezcla de géneros y estilos y con una métrica muy variada y nueva.
Es la primera que surge en un tono caballeresco y con un interés por el pasado medieval. Añade elementos maravillosos e imita leyendas, tradiciones y cuentos populares. Así nace la poesía histórica con énfasis retórico. Además, existe también una poesía “filosófica” que arremete contra la injusticia y la sociedad moderna adoptando temas como el destino, si Dios existe o no y la angustia existencial.
Destacan las leyendas de Zorrilla, los Romances históricos del Duque de Rivas y El diablo mundo de Espronceda.
Dentro de esta poesía distinguimos entre una corriente exaltada, donde priman los conflictos entre el individuo y el mundo (Canciones de Espronceda); y otra más intimista que se centra en el amor, la naturaleza y la muerte. Su estilo es mucho más depurado que el de la corriente exaltada. Ejemplos de esta corriente son Pastor Díaz (Poesías) y Carolina Coronado (Poesías).
Esta poesía lírica sufre un cambio debido a la influencia de los poemas del alemán Heine y de la poesía popular andaluza, junto con un proceso de interiorización. Así, gracias a ambas influencias, se desarrolla en la segunda mitad de siglo una poesía intimista brillante representada por Rosalía de Castro y G.A. Bécquer.
Iniciando su obra dentro del Neoclasicismo, vivíó en el exilio en diversos países lo que le llevó, junto con la influencia del poeta escocés Ossián, a un cambio expresivo y temático en sus obras. Cultivó tanto la poesía narrativa con El estudiante de Salamanca (que combina los tres géneros literarios) y El diablo mundo (con una elegía a su amada Teresa), como la lírica exaltada con seis composiciones referidas a tipos marginales (Canciones).
Su estilo es muy libre. En materia retórica, tiende al énfasis y su léxico está orientado a los sentimientos, incorporando voces coloquiales o vulgares. Posee diversidad en los ritmos, estilos y métrica.
Su obra se adscribe dentro de la defensa de las lenguas romance, unida al pensamiento nacionalista ROMántico. Así, esto dio lugar en Galicia, su tierra, al “rexurdimiento” de la literatura gallega.
Su obra poética se fundamenta en dos poemarios en gallego, Cantares gallegos y Follas novas, y en uno en castellano, En las orillas del Sar.
Los temas preferidos por Rosalía son el dolor y la soledad, vistos desde una perspectiva pesimista. Muy fuertemente unido al tema de la soledad está el de la muerte. Su otro gran tema es Galicia y con menor importancia, reflexiona sobre la propia poesía y el amor.
Su estilo se caracteriza por el lirismo contenido y la sobriedad. Destacan las repeticiones, carácterísticas de la poesía popular, los contrastes, las comparaciones y los símbolos.
Bécquer logró una renovación poética basada en la brevedad, el intimismo, la sencillez y la ausencia de artificios retóricos. Por esto, su influencia posterior fue enorme (Modernismo, Juan Ramón y el grupo del 27).
Como tema fundamental de sus Rimas tendríamos en primer lugar al amor.
Algunas veces se muestra alegre y optimista, pero predominantemente es doloroso al no poder alcanzar un amor ideal y perfecto. La uníón de los amados es imposible, salvo en algún caso, dándose después de la muerte.
Una vez producida la frustración amorosa, esta conduce al segundo gran tema: la soledad.
Sin embargo, en ocasiones este aparece desligado de causa alguna y asociado a la angustia de vivir. El yo siente un dolor tan profundo que desea su desaparición en la naturaleza cuanto antes.
Importantes los temas del sueño y la naturaleza.
El primero es visto como una expresión de la fantasía, ya que el poeta percibe la realidad como una fusión entre lo soñado y lo racional, mientras que el segundo se presenta de forma diferente: como un simple marco, como la expresión sentimental del yo o como una parte que forma al yo. Como rasgos carácterísticos, la naturaleza está en eterno movimiento y son importantes la luz y el aire.
Por último, están la poesía y su creación.
Expone sus ideas sobre la poesía diciendo cuáles son sus fuentes principales (la mujer y el amor) y plantea que el universo es poético. Sobre la creación explica que existe un proceso posterior de reelaboración de lo sentido, además de manifestar un choque entre razón e inspiración y su incapacidad de expresar lo que siente por culpa de la pobreza del idioma.
Su estilo se caracteriza por la tendencia a la naturalidad y a la expresión de lo esencial. Como rasgo más carácterístico de las Rimas está la omnipresencia del yo lírico, viendo ahí el subjetivismo propio del Romanticismo. Si en sus poemas hay un yo, casi siempre se apela a un tú, que en la mayoría de los casos no responde porque no está presente en el diálogo, siendo este imposible. Y entre el yo y el tú líricos puede haber uníón, aspiraciones a ella o separación, indicando la imposibilidad amorosa.
Dentro de las figuras literarias preferidas por Bécquer en sus Rimas destaca el uso de la bimembración y del paralelismo, uniendo partes al usar la antítesis o la correlación. Importante también el hipérbaton.
Por último, en su métrica domina fundamentalmente la rima asonante en versos pares, se usa el estribillo, la estrofa de pie quebrado y la de versos desiguales. Y sobre los versos, usa una amplia variedad con los que hace combinaciones, sobre todo la de endecasílabos con heptasílabos.