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ESTRATEGIAS Y Tácticas
Mao Tse Tung
En el año 1.999 fue el 50º aniversario de la Revolución China.
Sin entrar en detalles de
ideologías, se puede decir que para bien o para mal, Mao fue una de las grandes figuras del
S. XX. Derrotó a los japoneses que ocupaban su patria y ganó una larga guerra civil que
comenzó con gran inferioridad de medios. Mas tarde, unificó y convirtió a China en la
potencia que es hoy en día y sentó las bases de lo que este Imperio del Centro pueda llegar
a ser.
Se puede decir que fue un líder, estratega y jefe militar excelente, aunque también hay que
hacer constar su pueblo lo pagó con sangre y sufrimientos. Probablemente, mató mas seres
humanos que Stalin y Hitler juntos. La historia dirá si el precio fue demasiado elevado …
Usted y el tiempo tienen la última opinión, querido lector.
He aquí nuestros principios militares:
1. Asestar golpes primero a las fuerzas enemigas
dispersas y aisladas, y luego a las fuerzas enemigas
concentradas y poderosas.
2. Tomar primero las ciudades pequeñas y medianas y
las vastas zonas rurales, y luego las grandes ciudades.
3. Tener por objetivo principal el aniquilamiento de la
fuerza viva del enemigo y no el mantenimiento o
conquista de ciudades o territorios.
El mantenimiento o conquista de una ciudad o un
territorio es el resultado del aniquilamiento de la fuerza
viva del enemigo, y, a menudo, una ciudad o territorio
puede ser mantenido o conquistado en definitiva sólo
después de cambiar de manos repetidas veces.
4. En cada batalla, concentrar fuerzas absolutamente
superiores (dos, tres, cuatro y en ocasiones hasta cinco
o seis veces las fuerzas del enemigo), cercar
totalmente las fuerzas enemigas y procurar aniquilarlas
por completo, sin dejar que nadie se escape de la red.
En circunstancias especiales, usar el método de asestar
golpes demoledores al enemigo, esto es, concentrar
todas nuestras fuerzas para hacer un ataque frontal y
un ataque sobre uno o ambos flancos del enemigo, con
el propósito de aniquilar una parte de sus tropas y
desbaratar la otra, de modo que nuestro ejército pueda
trasladar rápidamente sus fuerzas para aplastar otras
tropas enemigas.
Hacer lo posible par evitar las batallas de desgaste, en
las que lo ganado no compensa lo perdido o sólo
resulta equivalente. De este modo, aunque somos
inferiores en el conjunto (hablando en términos
numéricos), somos absolutamente superiores en cada
caso y en cada batalla concreta, y esto nos asegura la
vic toria en las batallas. Con el tiempo, llegaremos a ser
superiores en el conjunto y finalmente liquidaremos a
todas las fuerzas enemigas.
5. No dar ninguna batalla sin preparación, ni dar
ninguna batalla sin tener la seguridad de ganarla;
hacer todos los esfuerzos para estar bien preparados
para cada batalla, hacer todo lo posible para que la
correlación existente entre las condiciones del enemigo
y las nuestras nos asegure la victoria.
6. Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha:
valentía en el combate, espíritu de sacrificio, desprecio
a la fatiga y tenacidad en los combates continuos (es
decir, entablar combates sucesivos en un corto lapso y
sin tomar repose).
7. Esforzarse por aniquilar al enemigo en la guerra de
maniobras. Al mismo tiempo, dar importancia a la
táctica de ataque a posiciones con el propósito de
apoderarse de los puntos fortificados y ciudades en
manos del enemigo.
8. Con respecto a la toma de las ciudades, apoderarse
resueltamente de todos los puntos fortificados y
ciudades débilme nte defendidas por el enemigo.
Apoderarse, en el momento conveniente y si las
circunstancias lo permiten, de todos los puntos
fortificados y ciudades que el enemigo defienda con
medianas fuerzas. En cuanto a los puntos fortificados y
ciudades poderosamente defendidos por el enemigo,
tomarlos cuando las condiciones para ello hayan
madurado.
9. Reforzar nuestro ejército con todas las armas y la
mayor parte de los hombres capturados al enemigo. La
fuente principal de los recursos humanos y materiales
para nuestro ejército está en el frente.
10. Aprovechar bien el intervalo entre dos campañas
para que nuestras tropas descansen, se adiestren y
consoliden. Los períodos de descanso, adiestramiento y
consolidación no deben, en general, ser muy
prolongados para no dar, hasta donde sea posible,
ningún respiro al enemigo.
Estos son los principales métodos que emplea el
Ejército Popular de Liberación para derrotar a Chiang
Kai-shek. Han sido forjados por el Ejército Popular de
Liberación en largos años de lucha contra los enemigos
nacionales y extranjeros, y corresponden
completamente a nuestra situación actual. (…) Nuestra
estrategia y táctica se basan en la guerra popular y
ningún ejército antipopular puede utilizarlas.
La situación actual y nuestras tareas. (25
de Diciembre de 1947), Obras Escogidas, t.
IV
El objetivo de la guerra no es otro que conservar las
fuerzas propias y destruir las enemigas (destruir las
fuerzas enemigas significa desarmarlas o privarlas de
su capacidad para resistir, y no significa aniquilarlas
todas físicamente).
La defensa tiene como objetivo inmediato conservar las
fuerzas propias, pero al mismo tiempo es un media de
complementar el ataque o prepararse para pasar al
ataque. La retirada pertenece a la categoría de la
defensa y es una continuación de ésta, en tanto que la
persecución es una continuación del ataque.
Hay que señalar que la destrucción de las fuerzas
enemigas es el objetivo primario de la guerra y la
conservación de las fuerzas propias, el secundario,
porque sólo se puede conservar eficazmente las
fuerzas propias destruyendo las enemigas en gran
número.
Por lo tanto, el ataque, como media principal para
destruir las fuerzas del enemigo, es lo primario, en
tanto que la defensa, como media auxiliar para destruir
las fuerzas enemigas y como uno de los medios para
conservar las fuerzas propias, es lo secundario. Es
cierto que en la práctica de la guerra, la defensa
desempeña el papel principal en muchas ocasiones,
mientras que en las demás lo desempeña el ataque,
pero si la guerra se considera en su conjunto, el ataque
sigue siendo lo primario.
Sobre la guerra prolongada (Mayo de
1938), Obras Escogidas, t. II.
Sin preparación, la superioridad de fuerzas no es
superioridad real ni puede haber tampoco iniciativa.
Sabiendo esta verdad, una fuerza inferior pero bien
preparada, a menudo puede derrotar a una fuerza
enemiga superior mediante ataques por sorpresa.
Sobre la guerra prolongada. (Mayo de
1938), Obras Escogidas, t. II.
La guerra es la continuación de la política. En este
sentido, la guerra es política, y es en sí misma una
acción política. No ha habido jamás, desde los tiempos
antiguos, ninguna guerra que no tuviese un carácter
político. (…)
Pero la guerra tiene sus carácterísticas peculiares, y en
este sentido, no es igual a la política en general. La
guerra es la continuación de la política por otros
medios. Cuando la política llega a cierta etapa de su
desarrollo, más allá de la cual no puede proseguir por
los medios habituales, estalla la guerra para barrer el
obstáculo del camino. (…) Cuando sea eliminado el
obstáculo y conseguido nuestro objetivo político,
terminará la guerra. Mientras no se elimine por
completo el obstáculo, la guerra tendrá que continuar
hasta que se logre totalmente el objetivo. (…) Se
puede decir entonces que la política es guerra sin
derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es
política con derramamiento de sangre.
Sobre la guerra prolongada (Mayo de
1938), Obras Escogidas, t. II.
Todos los comunistas tienen que comprender esta
verdad: El Poder nace del fusil.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de Noviembre de 1938), Obras
Escogidas, tomo II.
La victoria de ningún modo debe hacernos relajar la
vigilancia. Quienquiera que relaje la vigilancia quedará
desarmado políticamente y se verá reducido a una
posición pasiva.
Discurso pronunciado en la Reuníón
Preparatoria de la Nueva Conferencia
Consultiva Política (15 de Junio de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.
Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo
volver otra vez a luchar, y así hasta la victoria
Desechar las ilusiones, prepararse para la
lucha (14 de Agosto de 1949), Obras
Escogidas, t. IV.
Los mandos y combatientes de ningún modo deben
relajar ni en lo más mínimo su voluntad de combate;
toda idea que tienda a relajar la voluntad de combate o
a subestimar al enemigo, es errónea.
Un jefe militar no puede pretender ganar la guerra
traspasando los limites impuestos por las condiciones
materiales, pero si puede y debe esforzarse para
vencer dentro de tales límites. El escenario de acción
para un jefe militar está construido sobre las
condiciones materiales objetivas, pero en este
escenario puede dirigir magnificas acciones de épica
grandiosidad.
Informe ante la II Sesíón Plenaria del
Comité Central elegido en el VII Congreso
Nacional del Partido Comunista de China
(5 de Enero de 1949), Obras Escogidas, t.
IV.
(Shaoshan 1893-Pekín 1976) Estadista chino. A pesar
de que su familia prosperó y pudo enviarlo al colegio,
él nunca olvidó su modesto origen campesino. Así fue
como dentro del Partido Comunista representó el
sector que se apoyaba en el campesinado, en contra de
la mayoría que se inclinaba por el proletariado urbano.
China se desgarraba en una Guerra Civil que enfrentaba
al Partido Nacionalista, dirigido por Chang Kai-shek,
con el Comunista; en 1934 Mao propuso que los
comunistas se trasladaran al norte: es la famosa Larga
Marcha de más de 10.000 km. Que protagonizaron
50.000 hombres (sólo llegarían 15.000) durante 368
días.
Los diez años siguientes fueron de maduración
doctrinal para este ex estudiante de derecho y de la
filosofía política de los SS. XVIII y XIX, así como de
combate, esta vez hombro con hombro con los
nacionalistas, contra la invasión japonesa.
Su matrimonio (1920) con Yang Gaihui había
fracasado; el líder comunista reincidíó en esos años,
casándose con Ho Sizhen y más tarde con la actriz
Langbing. Al finalizar la II Guerra Mundial, el Ejército
ruso dejó Manchuria en poder de los comunistas
chinos; desde allí, y al cabo de tres años de lucha,
éstos vencieron al ejército nacionalista de Chang Kaishek.
En Octubre de 1949 se proclamó en Pekín la
República Popular China, y Mao, secretario general del
partido, fue nombrado presidente, cargo que abandonó
en 1958 para convertirse en presidente del comité
central del partido. Mao se propuso modernizar su
país; para ello debía conducir desde el Estado la
formación ideológica del pueblo (la «revolución
cultural») paralela a las reformas económicas.
Una de las armas de que se valíó Mao Tse Tung para
hacer triunfar su revolución cultural y política fueron
sus escritos: su doctrina política, conocida como
maoísmo, había aparecido en el estudio «Sobre una
investigación del movimiento campesino de Hunan»
(1927); ésta y sus obras posteriores se condensaron
en el famoso «Libro rojo». Pero la enemistad con sus
antiguos aliados soviéticos y con el mundo occidental
condenó a China al aislamiento.