Portada » Magisterio » Las necesidades educativas especiales de los alumnos y de las alumnas con deficiencia auditiva
Barreras para la participación y el aprendizaje en las
Sesiones de educación física: La escuela inclusiva respecto a la escuela
Integradora supera el término Necesidades Educativas Especiales y se sustituye
Por el de “barreras de aprendizaje” ya que, según el punto de vista inclusivo,
éstas pueden deberse no sólo a sus propios déficits, sino a la inadecuada
Respuesta educativa que ofrece tanto el centro y su organización, como el
Profesorado (Booth, Ainscow, Black-Hawkins, 2002). Tal y como señala
Puigdellívol (2004), el concepto de Necesidades Educativas Especiales se ha ido
Individualizando y ha perdido su sentido inicial para convertirse en un
Concepto etiquetador y clasificador.
Tal y como expresa reiteradamente el colectivo de maestros y
Profesores gran parte de los centros no disponen de los recursos suficientes
Para atender a la diversidad asegurando calidad docente y cubriendo las
Necesidades que plantea (material, recursos humanos: auxiliares, profesores de
Apoyo, entre otros).
Es imprescindible que tanto las instalaciones escolares
Como el material a utilizar en las sesiones de Educación Física estén adaptados
A las necesidades educativas del alumnado (supresión de barreras
Arquitectónicas, correcta señalización, vestuarios adaptados, ascensores,…).
El desconocimiento y la poca sensibilización
Pueden provocar conductas insolidarias concretándose en actitudes de rechazo y
De evitación. Por un lado, el desconocimiento puede llevar a situaciones
Absurdas y, en función de su resultado, actitudes de rechazo o estigmatización.
Por otro lado, ese mismo desconocimiento puede dar lugar a conductas de
Evitación
Sin ánimo de generalizar, nos podemos
Encontrar con alumnos que presenten problemas de automarginación, atención,
Dificultades en las relaciones sociales y bajo nivel de autoaceptación. La
Vivencia que el alumno o alumna tiene de su propia realidad (aceptación de los
Efectos de la discapacidad) puede favorecer una actitud de retraimiento y
Desmotivación que dificulte el proceso de inclusión y su predisposición para el
Aprendizaje. A ello tenemos que sumar, que la personalidad y el carácter del
Alumnado influyen también significativamente en su socialización en el área de
Educación Física (Ríos, 2005).
El proyecto educativo de centro, cuando hace referencia a la atención a
La diversidad, e ignora el área de Educación Física, puede llegarse al extremo
De que ni el profesor de apoyo ni el de Educación Especial se planteen reforzar
Las sesiones de Educación Física.
Como consecuencia, se puede dar el hecho de la ausencia de comunicación del maestro o
Profesor de Educación Física con los diferentes profesionales que intervienen
Con el alumno con discapacidad.
La carencia de formación en este ámbito puede inducir a temores a lo
Desconocido, principalmente, a provocar lesiones y a las consecuencias legales
Que esto pueda comportar. Estos miedos, lógicos no deben por ello favorecer la falsa inclusión, es decir, cuando la
Interacción entre el alumno con dificultades y el resto del grupo es muy
Reducida y, además, su participación en las sesiones de Educación Física es
Pasiva. Como por ejemplo: Hacer exclusivamente acto de presencia – Asunción de
Roles pasivos -dejar hacer, asumir el papel de anotador o árbitro de forma
Permanente – Abusar del trabajo teórico – Destinar el tiempo de clase a
Sesiones de fisioterapia – Realizar actividades individualizadas al margen del
Resto de compañeros de manera habitual.
Además, debemos observar que la aplicación de estrategias docentes inadecuadas respecto a la inclusión, pueden
Comportar la desmotivación del grupo y del alumnado con discapacidad, pudiendo
Llegar a favorecer la segregación.
También puede ser un factor a tener
En cuenta: las experiencias previas, su propia ideología, su actitud hacia la
Búsqueda de la solución de problemas, su capacidad de innovación, entre otras,
Pueden determinar las posibilidades educativas del alumnado y, por tanto,
Situarlo en mejores o peores condiciones para el aprendizaje.
La actitud de las familias ante el miedo a que su hijo (o nieto,
Hermano, etc.) se lesione, su baja disposición a colaborar con la escuela,
Sumada a la actitud sobreprotectora, puede llegar a facilitar que la educadora
O el educador desarrollen su actividad de manera que tenga como consecuencia la
Ya descrita falsa inclusión.