Portada » Lengua y literatura » Literatura años 40
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Tras la contienda civil, siguen publicando muchos escritores, pero en el exilio latinoamericano. Sus obras apenas fueron conocidas en España hasta bien entrados los años 50. Los narradores exiliados desarrollaron su obra de forma diversa: desde el Realismo tradicional hasta el Vanguardismo. En sus obras, los novelistas exiliados abordaron principalmente temas de contenido social y de recuperación de la realidad española. Entre estos novelistas más destacados figuran Rosa Chacel, Max Aub o Ramón J. Sender. Sender es el autor más representativo. Su producción está caracterizada por el compromiso ideológico y el uso de una técnica realista. Réquiem por un campesino español es su obra maestra.
En esta época, caracterizada por la abundancia de obras de escasa originalidad, surgen dos novelas muy innovadoras escritas por dos jóvenes desconocidos hasta entonces: La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y Nada de Carmen Laforet (premio Nadal en 1945). También en esta década se publica La sombra del ciprés es alargada, primera novela del crucial Miguel Delibes.
La novela de los cincuenta continuó la tradición del Realismo de los cuarenta, y sus carácterísticas se mantienen hasta principios de los 60. Los novelistas se muestran enseguida sensibles a los cambios socio-económicos de la década de los 50. El pesimismo existencialista, propio de la novelística anterior, se transmuta en visión crítica de la sociedad. Técnicamente, esta narrativa nacíó bajo la influencia de La colmena y de la lectura de autores norteamericanos y franceses. En estos años de profundas transformaciones sociales, la literatura debía cumplir la función de informar al lector de aquello que no aparecía en los medios de comunicación y sensibilizarlo. Aunque la censura política, religiosa y sexual seguía vigente, los autores de los cincuenta se plantearon un compromiso ético ante la realidad; por tanto, las novelas intentaron reflejar la situación que vivían los españoles de la época:A)La pobreza, que obligaba a emigrar del campo a la ciudad. En las novelas, el hambre y el chabolismo se unen a la injusticia de una sociedad que es capaz de privar a las personas de las necesidades básicas.B)La alienación de los trabajadores, cuyo tiempo de ocio, cuando existía, se reducía al mínimo.C)La frivolidad de las clases altas, carentes de conciencia social, que se aburrían y trataban de distraer el tiempo en fiestas y con relaciones pasajeras.La forma de asumir el compromiso ético de los escritores de los cincuenta permite diferenciar dos corrientes dentro de la llamada generación del medio siglo, cuyos autores se relacionaron por lazos de amistad, por experiencias comunes en la vida universitaria y por la colaboración en distintas revistas: la tendencia social y la neorrealista.
Los narradores sociales entendieron la literatura como una forma de concienciar al público y de influir en su postura ideológica. Esta situación determinó que, en muchos casos, los relatos cayeran en el maniqueísmo: los obreros se presentaban como explotados, viviendo en condiciones infrahumanas y resignados a su suerte; pero, a pesar de ello, capaces de ser bondadosos; los burgueses, por el contrario, son seres egoístas y crueles, muchas veces ociosos, alienados en un mundo sin ilusiones y repleto de mezquindades. Autores y obras representativos de la tendencia social: Los bravos de Jesús Fernández Santos y Dos días de Septiembre de Caballero Bonald. La transformación de los campesinos en obreros es el tema de Central eléctrica de Jesús López Pacheco. La burguésía centra el tema de Juegos de manos de Juan Goytisolo. Algunas de estas novelas constituyen verdaderos hitos del compromiso ético. El tema de la emigración a la ciudad aparece en distintas obras desde diversas perspectivas. El trabajo y las nuevas injusticias son el tema de otros relatos como La mina de Armando López Salinas.
Para los autores del neorrealismo, el compromiso ético significó una actitud personal. Los escritores neorrealistas consideraban que la realidad implicaba también las vivencias personales del individuo, lo que les permitíó mostrar otro aspecto del mundo a través de temas como la soledad, la frustración o la decepción. La narrativa de muchas de estas novelas se encaminó por las sendas del behaviorismo (o conductismo) norteamericano, con técnicas basadas en el diálogo y en el punto de vista de la cámara cinematográfica, que permite un mayor distanciamiento del narrador respecto de la historia narrada. Dentro de esta tendencia destacan: El fulgor y la sangre de Ignacio Aldecoa, Entre visillos de Carmen Martín Gaite, Los bravos de Jesús Fernández Santos y El Jarama, de Ferlosio. La novela más carácterística de todas es El Jarama de Sánchez Ferlosio, que presenta las siguientes carácterísticas:A)Reducción al mínimo de la presencia del autor, que no opina, sólo narra.B)Limitación del protagonismo de los personajes.C)Eliminación de la introspección. No interesa el mundo interior de los personajes, sólo aparece una caracterización exterior: se definen por lo que hacen y por lo que dicen. De ahí la importancia del diálogo.D)Disolución del argumento en una sucesión de anécdotas. Los argumentos se concentran en cortos periodos de tiempo.E)Sencillez estructural y estilística. Son novelas ordenadas de manera lineal. Hay concentración espacial y temporal.
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La principal novedad de la narrativa de los 60 consiste en la creación de novelas en las que el lector debe asumir un papel activo porque la historia en sí pierde relieve. Rasgos y técnicas:A)El narrador interviene y denuncia, recurriendo, en ocasiones a la sátira y la parodia. Utiliza alternativamente la primera y la tercera persona, y, con frecuencia, la segunda persona, un tú que crea la sensación de un diálogo ficticio entre el narrador y un personaje. Se incluyen también distintos puntos de vista (perspectivismol punto de vista múltiple, compartido por varios personajes.B)Limitación de la importancia del argumento.C)Ruptura de la linealidad temporalD)Monólogos interiores.E)Estilo y lenguaje. La nueva narrativa los maneja con total libertad porque experimenta nuevas posibilidades: frases de gran extensión, ausencia de puntuación, presencia de fragmentos no literarios.
: Luis Martín Santos,Gonzalo Torrente Ballester.
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A partir de los años 70, la novela española se caracteriza por la coexistencia de distintas tendencias y estilos anteriores. En la narrativa española de las últimas décadas hay una gran variedad de tendencias. No puede hablarse de grupos homogéneos. No obstante se pueden distinguir algunos puntos en común en las novelas de este periodo:A)Temas: predominio del retomo a la subjetividad.B)Técnicas narrativas: abunda el eclecticismo, la mezcla de técnicas tradicionales y vanguardistas.C)La experimentación formal es más moderada que en la década de los 60. Las obras son de lectura más accesible y los argumentos vuelven a tener relevancia.D)Autores destacados:Manuel Vázquez Montalbán, Eduardo Mendoza, Rosa Montero.