TEMA 2: ENFRENTAMIENTO ENTRE UNA MORAL AUTORITARIA Y LOS
DESEOS DE LIBERTAD El tema central de La casa de Bernarda Alba es el
Enfrentamiento entre dos fuerzas contrapuestas: la moral autoritaria frente al deseo de libertad. El llamado “principio de autoridad” impide la realización
Personal de los individuos, lo que provoca su frustración, que recae, como
Sucede en otras obras teatrales del escritor granadino (Mariana Pineda, Bodas
De sangre, Yerma), en mujeres, concretamente en cinco hermanas que no podrán
Ser felices por culpa del autoritarismo inflexible, represivo y tiránico de su madre, Bernarda. Esta, tras la muerte de su segundo marido, asume el papel del hombre
Y, basándose en la tradición familiar (“así pasó en casa de mi padre y en casa
De mi abuelo”) y en la autoridad que le confiere su posición de “cabeza de
Familia”, impone a sus hijas un riguroso luto de ocho año, lo que las condena a
Permanecer encerradas (Bernarda les dice que se hagan a la idea de que “hemos
Tapiado con ladrillos puertas y ventanas”) en vida en la casa, lugar se
Convierte así en la cárcel de su juventud y de sus deseos (salir de casa, amar,
Casarse, actuar y opinar libremente). Bernarda Alba encarna, pues, la autoridad
Injusta y despótica basada en una moral social tradicional y conservadora, que
Se fundamenta en convenciones sociales, preceptos negativos, limitaciones y
Prohibiciones. Citamos algunas palabras pronunciadas por Bernarda que
Ejemplifican bien dicha moral: “látigo y mula para los hombres, hilo y aguja
Para las hembras”, “silencio”, “luto”, “virginidad”, “obediencia”. Su poder
Absoluto y sin límites, reflejado también en su lenguaje enérgico, brusco y
Tajante, está guiado por unos principios convencionales que exigen un
Comportamiento público intachable, es decir, una imagen social u honra limpia e
Inmaculada. Se muestra más preocupada por la decencia, por el qué dirán
(“¡Cuánto hay que sufrir y luchar para hacer que las personas sean decentes y
No tiren al monte demasiado!”, dice al principio de la obra) que por las
Necesidades y la felicidad de sus hijas, que sólo tienen, en palabras de
Bernarda, “el derecho a obedecer” pues “aquí se hace lo que yo mando”.
Cualquier réplica es atajada inmediatamente y considerada una insolencia. La
Obsesión por conservar la honradez, así como el temor a las murmuraciones y
Críticas de las vecinas, provoca que aísle a sus hijas. Cada una de ellas debe
Someterse a su poder opresivo, a su control, a su orden y disciplina, o bien sufrirá
Las consecuencias. Para Bernarda, “una hija que desobedece deja de ser hija
Para convertirse en enemiga”. Sin embargo, el deseo de libertad y el amor
Apasionado que Adela, la hija menor, siente por Pepe el Romano, el prometido de
Su hermana mayor, Angustias, son más fuertes que su temor a la autoridad
Materna. Desde el comienzo de la obra, Adela manifiesta su rebeldía en varias
Ocasiones: -lleva un abanico de flores rojas y verdes en lugar del abanico
Negro prescrito por el luto; -se prueba su vestido verde y lo luce ante las
Gallinas; -expresa sus deseos de libertad y su decisión de romper con las
Normas de Bernarda. Al final se produce el enfrentamiento directo con su madre:
Le arrebata el bastón (símbolo de su autoridad), lo rompe y defiende su recuperada
Libertad, pero la disfruta de modo efímero. Con el suicidio de Adela –último
Signo de rebelión en defensa de una libertad imposible- se impone la sombría y
Oscura dominación de Bernarda, cuyas hijas se ven condenadas a vivir encerradas
Sin la más mínima esperanza. Así pues, si Bernarda representa el autoritarismo
Opresor y una forma de vida dominada por las apariencias, las convenciones
Sociales y la moral tradicional, la actitud de su hija Adela representa la
Libertad del individuo que guiado por sus pasión se subleva contra un régimen
Autoritario para satisfacer sus ansias de libertad. En este enfrentamiento
Entre autoridad y libertad, o conflicto entre realidad y deseo (o de
Convenciones contra naturaleza, opresión contra instintos, represión contra
Rebeldía, poder contra sexualidad, etc.) reside el núcleo temático y
Estructurador de la obra. Sólo una de las dos fuerzas antagónicas puede
Sobrevivir. Vence el autoritarismo opresor, el orden consolidado e
Intransigente, la sociedad que coarta, censura (“nos pudrimos por el qué
Dirán”, dice una de las hijas) e impide la realización de los deseos y las
Ilusiones del individuo cuya identidad propia, individual y única es imposible.
Ante tal frustración, a Adela únicamente le queda una salida: el suicidio. Las
Otras hijas (Angustias, Magdalena, Amelía y Martirio) aceptan con sumisión y
Resignación la suerte que les ha correspondido. Las criadas (Poncia y Criada),
Aunque la odian, no se atreven a enfrentarse a Bernarda y sólo se limitan a
Murmurar a sus espaldas. Hay otro personaje que también da cauce a su rebelión:
María Josefa, la madre de Bernarda. Lo hace a través de la locura, única vía de
Escape para un personaje maltratado y enclaustrado en una habitación. Su
Prisión resulta aún más asfixiante que la de las hijas de Bernarda al ver
Reducido aún más su espacio vital. Sus palabras expresan la tiranía de la madre
Y el sufrimiento de sus sobrinas, así como sus deseos de libertad y de casarse:
“¡Quiero irme de aquí, Bernarda! ¡A casarme a la orilla del mar, a la orilla
Del mar!”. Su locura le dará a Adela fortaleza para proclamar sus anhelos de
Libertad, enfrentarse a su madre y denunciar el sometimiento al control y el
Poder de Bernarda. En definitiva, la opresión y el autoritarismo de Bernarda
Provoca dos respuestas, estériles, en búsqueda de libertad: la locura de María
Josefa y el suicidio de Adela.