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UNIDAD 4. STO. TOMÁSDE AQUINO (1225–1274)
La doctrina cristiana de la creación subrayala radical diferencia existente entre Dios y el resto de los seres que son contingentes, es decir, existen pero podrían no existir.
La contingencia de los seres creados hizo que Aquino reparara en una distinción que cualquier persona cuidadosa hace al hablar de las cosas: la distinción entre lo que las cosas son (esencia) y el hecho de que existan o no (existencia). Aquino no se limitó sólo a reparar en esta distinción sino que la utilizó como pieza fundamental de su sistema.
Todos los filósofos cristianos –y los neoplatónicos también– se habían interesado en señalar qué es lo que distingue más radicalmente a Dios, al Principio primero, del resto de las realidades existentes.
Los neoplatónicosafirmaban que el Principio primero se caracterizaba por su absoluta simplicidad(de ahí que lo denominaran Uno) mientras que las demás realidades se caracterizan por ser compuestas. Este criterio fue aceptado por la filosofía cristiana, y la tradición agustinianaafirmaba que todas las realidades, excepto Dios, son compuestas de materia y forma.
Aquino acepta el criterio de la composición, pero no la fórmula agustinista (como buen aristotélico acepta la existencia de formas inmateriales). Según él, lo que radicalmente distingue a las realidades creadas, es la composición de esencia y existencia.
La afirmación de que los entes creadosestán compuestos de esencia y existencia encaja perfectamente con su carácter contingente: contingentes son, decíamos, las realidades que existen pero pueden no existir, lo cual significa que su existencia no pertenece necesariamente a su esencia, y, por tanto, son compuestos de esencia y existencia. Solo en un ser necesario(que no puede no existir), es decir, Dios, la esencia y la existencia, lo que es y el existir, se identifican.
Esta distinción entre lo que las cosas son (esencia) y el hecho de que existan (existencia) es interpretada por Aquino a través de los conceptos aristotélicos de potencia y acto: la esencia es potencia(puede ser o existir); la existencia es acto, es decir, actualiza esta capacidad de ser o existir que es propia de la esencia. La existencia es, pues, caracterizada como acto de la esencia y es producida por Dios mediante unacto de ser (actusessendi). Ahora bien, a cada esencia le corresponde un tipo de existencia determinada. Así, para un viviente, existir es vivir; para un animal existir es sentir y moverse; para un entendimiento, en fin, existir es entender.
La existencia o “acto de ser” se despliega, por tanto, en distintos niveles de información, en grados más o menos perfectos según las esencias que en cada caso se actualiza: el acto de ser es más perfecto en un entendimiento que en un animal, en un animal que en una planta, en una planta que en una piedra. La perfección con que se realiza en cada caso depende de su esencia, de la potencia o capacidad de su ser. Aquino concluye de estas consideraciones que el ser de Dios no tiene limitación alguna, incluye toda perfección posible, ya que ninguna esencia limitada lo coarta: su esencia es su sery es, por tanto, el ser mismo.
Si en Dios se identifican esencia y ser, no ocurre lo mismo en los entes creados que, como hemos visto, son compuestos de esencia y ser. Los entes creados participan del ser en grados distintos, según la capacidad de ser desus respectivas esencias. Aquino recurre, de este modo, al concepto platónico de participación. Aunque, digamos (y con toda razón)
Que Tomás de Aquino es aristotélico, no hay más remedio que señalar que su concepción última de la realidad muestra una profunda inspiración platónica, neoplatónica.
Al mismo tiempo Aquino emplea el concepto de analogía. Un término tiene un significado análogocuando lo empleamos con un significado en parte igual y en parte distinto, como cuando decimos que el deporte es sano oque tal o cual persona es sana, o que el ojo ve y que nuestra mente ve. Así no decimos que Dios eso que el hombre esen el mismo sentido, sino según una proporción.
Como todos los pensadores medievales, Sto. Tomás prestó mucha atención al gran problema de las relaciones entre la fe y la razón. El conflicto entre la razón y la fe comenzará a partir del S. XIII, en el contexto que Averroes había introducido con su teoría de la doble verdad.
Esta teoría venía a decir que hay dos verdades: la teológicao de la fe, y la filosóficao de la razón. Las afirmaciones que dicen que el alma es inmortal y el mundo creado son verdad de acuerdo con la fe; la afirmaciones contrarias son también verdaderas, pero de acuerdo con la razón y la filosofía. Los averroístas fueron condenados y su máximo representante, Sigerio de Brabante, fue expulsado de la universidad de París y condenado a cadena perpetua.
Si la teoría de la doble verdad era un intento por defender la autonomía de la razón, Aquino intentará definir los ámbitos propios de cada una y su colaboración mutua. Para Tomás la razón por sí misma no puede llegar a todas las verdades, así, nada puede decir de la esencia de Dios o de los misterios, como el dogma de la Trinidad; en cambio, hay verdades que sí pueden ser demostradas racionalmente, como la existencia de Dios mismo. En otros ámbitos la razón estará auxiliada por la revelación para no caer en opiniones erróneas, como la que afirma la eternidad del mundo (tesis defendida por Averrores).
Para Tomás de Aquino no hay aceptación de la fe si no hay un esfuerzo de comprensión. Y si bien la razón no puede demostrar lo que pertenece a la fe, puede servir de auxiliar de ésta de tres maneras distintas:
Demostrando los preámbulos de la fe. Por ejemplo, no podemos creer en lo que Dios ha revelado si no sabemos que existe.
Aclarando mediante comparacioneslas verdades de la fe.
Rebatiendo las objeciones contra la fe, demostrando que son falsas o que no tienen fuerza demostrativa.
No solo la razón ayuda a la fe; también la fe, a juicio de Tomás de Aquino, presta sus servicios a la razón. Puesto que no hay doble verdad y los artículos de la fe cristiana contienen afirmaciones indudables, la fe sirve a la razón de norma o criterio extrínseco. Así, en el caso de que la razón llegara a conclusiones incompatibles con la fe, tales conclusiones será necesariamente falsasy el filósofo habría de revisar sus razonamientos, sus premisas y su consistencia lógica, a fin de corregir sus deficiencias.
La teoría del conocimiento de Tomás es similar a la de Aristóteles, el conocimieto debe empezar por lo sensibleyel entendimiento elaborará los conceptos a partir de los datos suministrados por la percepción sensible.
El problema es cómo es posible pasar de las representaciones sensibles a los conceptos, ya que estos poseen carácterísticas radicalmente distintas delas de aquellas. Veámoslo.
Los conceptos son universales. Todos los conceptos como el concepto de “hombre” o el de “árbol” se refieren a todos los hombres o árboles posibles, se predica universalmente de todos los individuos que entran dentro del concepto.
Las percepciones sensibles no son universales. Solo existen seres humanos y árboles concretos y particulares. Nuestros sentidos nos ponen en contacto con objetos individuales.
El problema de la formación de conceptos es, pues, el problema de cómo pasar de la individualidad de las percepciones sensibles a la universalidad de los conceptos. Habrá que admitir que el entendimiento tiene la capacidad de extraer de algún modo los conceptos a partir de los datos suministrados por los sentidos. Como es bien sabido, esta capacidad suele denominarse capacidad abstractiva, y la actividad correspondiente, abstracción.
Siguiendo prácticamente en todo a Aristóteles, para Tomás, el entendimiento posee una doble capacidad; de una parte la capacidad “abstractiva”,de universalización, a la cual llamará “entendimiento agente”; y por otro lado la capacidad de conocer universalmentea través de conceptos, a la que llamará “entendimiento posible”.
Las percepciones sensibles, que constituyen el punto de partida del proceso, dejan en la imaginación o memoriauna imageno representación particular. El entendimiento agente actúa sobre esas imágenes desposeyéndolas de sus elementos individuales y quedándose sólo con lo común a ellas, lo universal, de esta manera se hace posible que se ejerza la segunda capacidad del entendimiento. Pero Aquino afirma que lo que el entendimiento conoce primaria y directamente es el universal, ya que sólo conoce los seres individuales de una forma indirecta y secundaria, al desviar, por así decirlo, su mirada hacia las imágenes particulares.
El proceso general del conocimiento, es, pues, según Aquino, el que exponemos a continuación:
Los sentidosperciben una figura de determinadas dimensiones, colores etc., por ejemplo un individuo humano.
Esto se registra en la imaginación, donde queda grabada una imagen particular del individuo.
El entendimiento –en su función abstractiva– universaliza el contenido de esa imagen quedándose sólo con lo común.
El entendimiento –en su función cognoscitiva– formula el concepto de hombre y lo conoce.
Como creyente y filósofo, Tomás de Aquino considera que una tarea fundamental de la razón consiste en demostrar la existencia de Dios. Al respecto se plantea dos cuestiones: ¿es necesario demostrar la existencia de Dios? Y ¿es posible demostrarla?
La primera cuestión puede parecernos ociosa actualmente: claro que es necesario demostrar la existencia de Dios, ya que está lejos de sernos evidente e incontrovertible. Para Aquino, sin embargo, la pregunta no es ociosa, dando el contexto religioso e intelectual en el que se desenvuelve su pensamiento: no debemos olvidar que Aquino vive en el seno de una sociedad en la que la creencia religiosa está plenamente vigente; creencia religiosa que se expresa en la convicción de que “el conocimiento de la existencia de Dios está imbuido de un modo natural en los hombres “ (San Juan Damasceno). A pesar de ello, piensa que la existencia de Dios no es inmediatamente evidente para el entendimiento humanoy, por tanto, resulta necesario demostrarla.
En cuanto a la segunda cuestión, Aquino responde que es posible demostrar la existencia de Dios si se utiliza el procedimiento adecuado, que consiste enpartir de los seres del mundo, considerados como efectos, hasta llegar a Dios como su causa. Este tipo de demostración, que va del efecto a la causa, se denomina a posteriori. La demostración inversa, que va de la causa al efecto se denomina a priori, es decir “a partir de lo que es anterior”, pero tal forma de demostración, que se encuentra en la demostración de Anselmo de Cartebury, es excluida por Aquino.
Reuniendo elementos tomados no sólo del aristotelismo, sino también del platonismo y de otras fuentes, Aquino propone cinco argumentos (cinco vías, como las denomina él mismo), cuyo recorrido llevan a afirmar que Dios existe. Estas cinco pruebas poseen una estructurasimilar, desarrollándose cada una de ellas a través de estos cuatro pasos sucesivos:
Constatación de un hecho de experiencia(vemos que hay cosas que se mueven, por ejemplo.
Aplicación del principio de causalidadal hecho constatado (todo lo que se mueve es movido por otro).
Afirmación de que es imposible una serie infinita de causas(no puede haber una seria infinita de seres quemueven a otros y que, a su vez, son movidos por otros, etc.).
Afirmación de la existencia de Dios(luego hay un primer motor, él mismo inmóvil, que es Dios.
Primera vía. Es la única que materialmente procede de Aristóteles, y está fundada en la observación del movimiento. (1) Es cierto y consta al sentido que las cosas se mueven en el mundo. (2) Todo lo que se mueve es movido por algo. (3) En esto no se puede proceder “ad infinitum”. (4) Habrá que admitir algo que se mueve sin ser movido por nada, un “primer motor inmóvil”, que es Dios.
Segunda vía. Parte de la observación causal. Encontramos en los seres sensibles un orden de causas eficientes. No es posible que algo sea causa de sí mismo. Como es imposible proceder “ad infinitum” en las causas eficientes, es necesario que exista una causa eficiente primera que no es causada, que no es efecto de nada. Esta causa primera es Dios.
Tercera vía. Se funda en la observación de las cosas contingente. Encontramos ciertas cosas que tienen la posibilidad de ser o no ser, pero lo contingente depende de lo necesario; en la serie de los seres contingentes que tienen su causa en algo necesario no se puede proceder infinitamente. Por lo tanto, es forzoso que exista algo que es necesario por sí mismo: Dios.
Cuarta vía. Parte de la observación de los grados de perfección. Se encuentra en las cosas que algo es más o menos bueno, verdadero o bello. Más o menos se emplean según se acerquen a lo que es en grado máximo. Lo máximo es causa de lo que en ese género existe. En la serie de participantes y participados no se puede proceder al infinito. Por tanto, existe algo que es absolutamente perfecto por medio de lo cual se mide lo más y lo menos; esta realidad absolutamente perfecta es Dios.
Quinta vía. Se basa en la idea de finalidad. Todo tiende a un fin, incluidos los seres que carecen de conocimiento. Lo que no conoce ha de tender a un fin dirigido por alguien que conozca. En la serie de seres inteligentes directores que a su vez tienden a un fin no se puede proceder “ad infinitum”. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, y que se convierte en fin absoluto de todo: éste es Dios.
Todas las sustancias están compuestas de materia y forma. En el hombre también se da esta composición. El alma es la forma, el cuerpo es la materia. Para Tomás de Aquino el hombre es una unidad sustancial de alma y cuerpo.
El alma, desde la fe cristiana, posee dos peculiaridades que necesitan ser armonizadas con las exigencias de la razón. En primer lugar, el alma es inmortal; en segundo lugar, el alma es creada por Dios.1. Inmortalidad del alma
La uníón sustancial de alma y cuerpo supone que esta necesita del cuerpo para poder desarrollar sus funciones:
§El alma es el principio vital del cuerpo; esta función es llamada función vegetativa. Gracias a este principio es posible la nutrición, el crecimiento y reproducción. Es la función propia de las plantas.
§El alma es principio sensitivo gracias al cual es posible la sensación,el movimiento y el apetito, que supone la capacidad de desear algo para la consecución de una finalidad. Función sensitiva. Es la función propia de los animales.
§El alma es principio racional; este principio se concreta en la capacidad de entendimiento y voluntad. Función racional. Estas funciones son específicas de los seres humanos.
Es la función racional la que posibilita concebir el alma como una realidad inmaterialaunque necesite de la corporeidad para poder desarrollarla. La intelección y la libre elección, entendimiento y voluntad son procesos inmateriales porque no es posible que la materia pueda pensarse a sí misma o pueda querer como propio algo que no sea sensitivo. Quereres poder desear lo no sensitivo y esto sólo es posible por la inmaterialidad de la voluntad.
La inmaterialidad del alma posibilita el paso a la afirmación de la inmortalidad del alma. Lo inmaterial es incorruptible; sólo es corruptible aquello que está compuesto de materia y forma. El alma, considerada en sí misma, es solo forma y por tanto inmortal.
El alma como forma resuelve el problema de su creación por Dios, y solventa las dificultades de San Agustín a este respecto. El alma no puede ser engendrada, transmitida de padres a hijos, porque solo la materia puede ser comunicada de esta manera. El alma es, por tanto, creada directamente por Dios. Es inmortal pero no eterna. No puede se eterna porque es consustancial al cuerpo.5.EL PROBLEMA DE LA ÉTICA
De acuerdo con Aristóteles, santo Tomás sostiene que todos los hombres buscan la felicidad. Sin embargo, esta felicidad solo es posible en la posesión de Dios mismo, ya que nada contingente puede llenar al hombre de manera completa. A la felicidad, entendida de esta manera cristiana, la llama Tomás beatitud.
Los actos éticos solo tienen sentido si responden a actos humanos libres, pues la ausencia de libertad eliminaría cualquier apreciación moral sobre ellos. Con palabras de santo Tomás, no hay moral para los ángelesque no pueden pecar, ni para los irracionalesque no poseen libertad.
Tomás considera la virtud, al igual que Aristóteles, como un término medio entre dos extremos; y como hábito, ya que la virtud solo se consigue con la repetición de acciones virtuosas. Pero la ética tomista no estaría completa sino se reflejara la importancia de la graciapara vivir una vida virtuosa.
El ser humano puede conocer el bienporque en su propia naturalezase halla impresa por Dios la ley natural, esta ley le permite al hombre conocer sus tendencias naturales y poder actuar de acuerdo a ellas.
De acuerdo con la teleología aristotélica, Aquino afirma que el ser humano, al igual que cualquier otro ser natural, posee ciertas tendencias enraizadas en su naturaleza. El término “tendencia” no tiene un sentido mecanicista, como impulso o predisposición que determina la conducta del individuo (por ejemplo en la búsqueda del placer); aquí hay que entenderla como línea de conducta orientada a un fin específico.
La naturaleza humana posee, pues, ciertas tendencias, como también poseen los demás seres naturales. Ahora bien, el hombre se distingue de los otros seres por su racionalidad, porque sólo él es capaz de conocer sus propias tendencias, y por tanto, sólo él puede deducir ciertas normas de conducta encaminadas a darles el cumplimiento adecuado. De este modo se demuestra, a juicio de Aquino, la existencia de una ley natural: como ser racional que es, el hombre puede formular ciertas normas de conducta de acuerdo con las exigencias de su propia naturaleza.
El contenido de la ley natural se deduce, por tanto, del repertorio de las tendencias naturales del ser humano, que Aquino clasifica en tres órdenes:
En tanto que sustancia (al igual que los demás seres), el ser humano tiende a conservar su propia existencia.El cumplimiento de esta tendencia impone el deber moral de procurar la conservación de la existencia.
En tanto que animal(y, por consiguiente al igual que el resto de los animales), el ser humano tiende a procrear. De esta tendencia cabe deducir ciertas normas de conducta relativas a la consecución del fin de la procreacióny del cuidado de los hijos.
En tanto que ser racional, el hombre tiende a conocer la verdad y a vivir en sociedad.La sociedad implica la ordenación racional de la convivencia con vistas a la consecución del Bien común. De estas tendencias surgen las obligaciones morales de buscar la verdad y respetar las exigencias de la justicia, es decir, de la ley positiva.
Para Tomás de Aquino, dado que la ley moral se deduce de las tendencias de la naturaleza humana, su contenido es evidente(todos los hombres pueden conocerlo) universal(ya que la naturaleza humana es común a todos) e inmutable(permanece constante a través de las mutaciones históricas).
La ley del Estado (ley positiva) debe definir y hacer explícita la ley natural; por tal razón, el legislador no tiene derecho a promulgar leyes que vayan contra la ley natural o sean incompatibles con la misma; su poder legislativo deriva en última instancia de Dios, ya que toda autoridad procede de Dios.
Santo Tomás afirma que el fin de la sociedad es la vida buena, y que la vida buena es una vida según la virtud, de modo que elfin de la sociedad es la vida virtuosa. Pero añade que el fin “último” del hombre es vivir virtuosamente para llegar a gozar de Dios. Conducir al hombre a ese fin no corresponde a la ley humana sino a la divina. La conducción se confía a Cristo y su Iglesia, de modo que el poder temporal del Estado debe estar sometido al poder de la Iglesia.
El poder de la Iglesia sobre el Estado no es un poder directo, ya que es al Estado y no a la Iglesia al que le corresponde administrar la economía y preservar la paz,pero debe atender estos asuntos con la mirada puesta en el fin sobrenatural del hombre. Así, aunque el Estado tiene su propia esfera no deja de estar subordinado a la Iglesia.
Finalmente Aquino recoge la división clásica tripartita de formas de gobierno: monarquía, aristocraciay democracia; y sus tres desviaciones: tiranía, oligarquíay demagogia. Santo Tomás no desarrolló especialmente esta cuestión, tal vez porque su vida transcurre en un momento histórico de pocos sobresaltos políticos. En cualquier caso, se decanta por la primacía de la monarquía como la mejor forma de gobiernoposible. En el pensamiento tomista el concepto de monarquía se desdibuja pues lo concibe como una estructura política que debe recoger en sí lo mejor dela aristocracia y de la democracia. Defiende, por tanto, una forma de gobierno mixta, en la que el poder del príncipe se vea limitado por otras magistraturas o consejos de notables.