Portada » Lengua y literatura » Que temas se destacan en la vanguardia
Como señalaba Dámaso Alonso, “lo primero que hay que notar es que esa generación no se alza contra nada”. Junto a su cosmopolitismo y apertura hacia las aportaciones que llegaban de Europa o América, los poetas del 27 valoraron el pasado lejano e inmediato y rescataron autores y estilos diversos, realizando una verdadera síntesis de vanguardia y tradición. Del pasado literario español, rescataron formas de la poesía tradicional (canciones, villancicos, romances), en la tendencia conocida como neopopularismo; de la poesía del Siglo de Oro, prestaron especial atención a Góngora, en quien reconocían la capacidad de crear una realidad poética propia y de renovar una retórica estereotipada, pero también a Garcilaso, san Juan, Lope o Quevedo; de la poesía del Siglo XIX, recibieron la influencia del intimismo de Bécquer, de la innovaciones métricas y el uso de las imágenes de Rubén Darío; de la concepción de la realidad como algo que puede ser pensado, soñado e imaginado, de Unamuno y Machado; y establecieron relación directa con la poesía simbolista, especialmente de Mallarmé y Valéry. En el “Romancero gitano” de Lorca se percibe la influencia de la literatura clásica española y también en Gerardo Diego; la influencia de la poesía de cancionero en Rafael Alberti y la de Garcilaso en Luis Cernuda. La estancia de muchos de ellos en países europeos y el dominio de otras lenguas les permitíó conocer de primera mano a los grandes poetas contemporáneos: Apollinaire, Cendrars, Eluard, Aragón, Eliot… De las vanguardias incorporaron diferentes temas y recursos, aunque no se decantaron por ninguna en particular. En el panorama español, valoraron la obra de Cansinos-Assens, Guillermo de Torre y, sobre todo, Gómez de la Serna. El influjo de Juan Ramón y de los “ismos” se observa en la innovadora disposición tipográfica de algunos poemas y en la desaparición de la métrica clásica, que será sustituida por el verso libre y el versículo. A esta estética vanguardista pertenecen obras como “Manual de espumas” (1924) de Gerardo Diego, “Sobre los ángeles” (1929) de Rafael Alberti, o “Poeta en Nueva York” (1930) de García Lorca.
los miembros de la Generación del 27 crean un vocabulario poético brillante y sugerente que separa la realidad cotidiana de la literaria. Para estos autores, la poesía es un don, un impulso cercano a lo religioso, que ha de ser engrandecido por medio de la técnica; el poeta debe esforzarse en crear imágenes alejadas del lenguaje corriente.
Se utiliza el verso libre y el versículo junto a estrofas tradicionales como el soneto, el romance, la seguidilla, canciones paralelísticas, villancicos, etc.
por un lado utilizan temas vanguardistas, relacionados con la técnica, lo moderno y lo intelectualizado; por otro, recuperan temas tradicionales o humanizados como el amor, la muerte, el paisaje, la soledad, la alabanza del mundo, etc. En concreto, destacan el sentido de la libertad como un principio que abarca todas las vivencias del individuo y los siguientes temas de la cultura moderna occidental:
Aparece unida a la visión futurista, impregnada de optimismo. Los poetas del 27 amaron la ciudad (que para ellos significaba progreso), valoraron el confort, el cine, la publicidad; pero también observaron el aspecto negativo del desarrollo urbano.
: Se presenta como la plenitud del individuo, y admite todas las manifestaciones posibles, con un sentido de libertad: amor heterosexual y también homosexual. Sin embargo, el choque entre esta actitud y la realidad en que vivían les llevó muchas veces al dolor.
: Influidos claramente por las vanguardias literarias, las artes se convirtieron en tema de creación poética.
. Concebida unas veces como entorno, en otras se convierte en parte del yo poético, que llega en algunos casos a una visión panteísta (sistema de los que creen que el único Dios es la totalidad del universo).En conclusión, en palabras de Jorge Guillén, los poetas de su generación «hablaban por imágenes», y con ellas consiguieron la renovación del lenguaje poético. Cultivaron tanto la imagen como la imagen visionaria, que relaciona los objetos no por su semejanza física, sino por las emociones que despiertan.
En busca de la poesía pura. Esta etapa de juventud, en la que el grupo se formó como tal, coincidíó con el esplendor de las vanguardias, que ejercieron su influencia en los poetas del 27. En estos años cultivaron la poesía pura y se inclinan por el abandono de lo humano y la concepción del poema como un artefacto elaborado con cuidado y precisión, destinado a desencadenar emociones desnudas e intelectuales. La metáfora y la imagen desempeñan un papel esencial en la construcción del poema. Hermetismo y dificultad son las consecuencias de este concepto de poesía que, sin embargo, en sus realizaciones concretas, no pierde del todo un fondo humano. En esta poesía pura se puede incluir también la asimilación culta de la lírica popular. Las formas métricas tradicionales (romances, sonetos, coplas, etc.) se ponen al servicio de una poesía estilizada de temas humanos (amor, muerte, etc.)
: Surrealismo y rehumanización. Hacia 1929 se comienzan a asimilar las novedades del movimiento surrealista. Algunos poetas sufrieron crisis personales y encontraron en el Surrealismo una forma de plasmar sus conflictos. Los nuevos temas produjeron un proceso de rehumanización poética, pues la exploración del yo y de las emociones humanas volvíó a ocupar un primer plano. Este hecho coincidíó con una complicada situación política, que no permitía que los artistas se mantuvieran al margen. Se dejó sentir la influencia del chileno Pablo Neruda que reclamaba una poesía impura, comprometida, cuyo ideal no era la belleza sino la comunicación. Aparece así un tipo de expresión irracional y muy libre, emparentado con técnicas surrealistas. El mundo onírico e inconsciente y las pulsiones de los deseos escondidos se traducen en un lenguaje sorprendente, pero bien calculado y controlado. La exigencia poética sigue ahí presente.
: La guerra y el exilio. En 1939, la Generación del 27 se desintegró definitivamente como grupo de forma dramática. Uno de sus miembros (Lorca) había sido asesinado, otros debieron partir al exilio, y algunos permanecieron en España. En la obra de estos poetas continuó el tema del compromiso. Tras el desconcierto y el dolor iniciales causados por la Guerra Civil y el destierro, recuperarán poco a poco su voz antigua o la modificarán en función de las nuevas circunstancias. En los años finales de su vida, la vejez, la soledad y la nostalgia irán tiñendo los poemas con matices diversos.