Portada » Español » El mester de clerecía resumen
Las jarchas mozárabes, las cantigas de amigo galaico-portuguesas y los villancicos castellanos (del Siglo XV) son las modalidades de una lírica común a toda la península Ibérica. Son breves cancioncillas que entona, normalmente, una mujer enamorada.
Las manifestaciones escritas de estos cantos líricos se extienden por un gran período de tiempo:
Las jarchas desde mediados del s. XI hasta la primera mitad del s. XIV; las cantigas de amigo desde finales del s. XII hasta finales del s. XIV; y los villancicos desde mediados del s. XV hasta finales del s. XVII.
El tema principal de estas composiciones es la queja amorosa femenina por la ausencia del amado.
Las confidentes habituales de la muchacha enamorada son la madre, las hermanas y las amigas, y en el caso de las cantigas de amigo, la naturaleza.
En cuanto a su métrica:
Las jarchas y los villancicos se caracterizan por su irregularidad e imprecisión métricas:
Constan de dos, tres o cuatro versos de medida y rima variables.
Las cantigas de amigo se caracterizan por la regularidad y precisión métricas.
La regularidad se manifiesta en su tendencia al isosilabismo y a la rima consonante.
4.2
En la creación y transmisión de la poesía narrativa medieval dos personajes cobran especial protagonismo: el clérigo y el juglar.
El clérigo es un hombre docto, conocedor de los saberes latino-eclesiásticos, pretende acercar al pueblo los temas cultos y religiosos con un propósito didáctico y moralizador.
Su oficio recibe el nombre de mester de clerecía.
El juglar es un individuo de vida errante que recorre castillos y aldeas; a cambio de dinero, informa de los acontecimientos de actualidad a un público ávido de noticias (función informativa)
Y lo divierte (función lúdica)
. Su arte se conoce como mester de juglaría.
La épica medieval es de carácter popular.
La palabra cantar se refiere a relatos de hechos y acontecimientos destinados, no a la lectura, sino al canto o a la recitación, y difundidos por los juglares. Estos poemas tienen un carácter informativo y noticiero.
El término gesta alude a las hazañas protagonizadas por individuos (héroes épicos) en los cuales se identifica toda la colectividad. De esta circunstancia se deduce el carácter nacional de estos relatos en verso.
los grandes poemas épicos no se estructuran en estrofas: sus versos, cuya medida oscila entre las 10 y las 20 sílabas (divididos en dos hemistiquios de 6 a 8 sílabas cada uno), se agrupan en largas tiradas monorrimas de extensión variable y rima irregular (normalmente asonante).
los juglares emplean indistintamente rasgos propios de la épica y, por tratarse de una literatura de transmisión oral, recursos propios de la lengua hablada.
Se ignora quién fue su autor. El insigne filósofo sostuvo que el Poema es obra de dos autores: uno, de San Esteban de Gormaz, y el otro, de Medinaceli.
En cuanto a su argumento, el Poema exalta la figura del héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, que desterrado por el rey Alfonso VI, marcha de Castilla y conquista la ciudad de Valencia. Posteriormente se reconcilia con el monarca y terminan casando a sus hijas con los infantes de Navarra y Aragón, por lo que se emparenta con reyes.
Respecto al tema, es el proceso de engrandecimiento del héroe que, desde una situación inicial deshonrosa (el destierro), consigue, con su arrojo y valentía, la recuperación de su honra y el máximo encumbramiento social.
Según su estructura, se diferencian tres partes:
– El Cantar del destierro nos relata cómo el Cid abandona Castilla por orden del rey, se adentra en tierra de moros y consigue sus primeras victorias.
– El Cantar de las bodas refiere la conquista de Valencia, el reencuentro con su familia en dicha ciudad y el casamiento de sus hijas con los infantes de Carrión.
– El Cantar de la afrenta de Corpes narra el ultraje que sufre el Cid en las personas de sus hijas, humilladas y abandonadas por sus respectivos esposos, y la posterior reparación en las cortes de Toledo; finaliza el cantar con el anuncio del matrimonio de aquéllas con los infantes de Navarra y Aragón.
La métrica del Poema de mio Cid muestra una clara irregularidad métrica.
Se trata de tiradas monorrimas de extensión variable. Los versos constan de dos hemistiquios de 6 a 8 sílabas cada uno. La rima es asonante pero presenta continuas anomalías.
destaca su Realismo.
El poema refleja fielmente la organización social y las costumbres de la época. Cabe mencionar también la fuerte unidad de la obra en torno al tema central (se centra en el proceso de recuperación de la honra); la maestría con que el autor traza los caracteres; y la finura y sutileza con que se introduce el elemento humorístico.
En el poema se refleja el espíritu de todo un pueblo. Ahí, en el retrato de esa colectividad, es donde se manifiesta el carácter nacional del poema.
Los rasgos de estilo más destacados son:
oEn la escritura:
-Pervivencia de arcaísmos.
-Utilización del epíteto épico: se asigna a los seres inanimados un rasgo identificador. Ej: Valencia la clara, Babieca el corredor;
Burgos la casa, Atiença las torres;
mio Cid el que en buena hora nacíó,
mio Cid el que en buena hora ciñó espada.
-Dualidades o bimembraciones.
oEn el habla:
-Uso del vocativo (llamar el juglar a los oyentes “¿Queréis saber qué le pasó?”)y de formas verbales en 2ª p. Del plural.
-Libertad en el uso de los tiempos verbales.
Es la obra de un grupo de escritores de los siglos XIII y XIV que utilizan el tetrástrofo monorrimo o cuaderna vía.
Se llama mester de clerecía porque es cultivado por clérigos, aunque entendiendo siempre por tales no sólo a quienes los eran propiamente, sino también a todo hombre culto y letrado que poseyera la ecuación latino-eclesiástica.
Guiados por un afán didáctico-moral, los escritores del mester de clerecía divulgan temas eruditos (sobre ciencia, artes y otras materias) que proceden del patrimonio cultural del Occidente europeo.
Este tipo de poesía narrativa se caracteriza por la regularidad métrica.
El carácter culto de esta escuela junto con el fin divulgador que persigue determina la preferencia por un estilo en el que alternan:
La existencia de este tipo de poesía narrativa culta se divide en dos periodos:
La obra más importante del mester de clerecía en este periodo es el Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita.
Escrita en la primera mitad del Siglo XIV, se trata de una obra de sumo interés, por sus valores artísticos, y por constituir una mezcla donde se dan cita temas y tendencias culturales de la Edad Media española.
El tema del libro es el amor, entendido tanto en su dimensión humana (loco amor)
Como en la divina.
Y por la tensión entre ambos surge la deliberada ambigüedad de la obra, señalada muchas veces por la crítica.
: forman la obra una sucesión de fingidas aventuras amorosas protagonizadas por el propio poeta. Este relato autobiográfico es el núcleo argumental.
El autor emplea la cuaderna vía.
A veces, se sustituye el metro alejandrino por el de dieciséis sílabas (8+8).
En su propósito por hacer surgir la crítica, crea la ambigüedad entre ambos amores. El nombre de buen amor resulta confuso; podría referirse al amor humano, pero al mismo tiempo, el término alude al amor divino, y ahí radica la intención moralizadora expuesta por el autor en el prólogo y defendida por gran parte de los especialistas.
LA PROSA MEDIEVAL
Las glosas (son anotaciones en los márgenes de los escritos) constituyen las primeras muestras escritas del castellano. Las más antiguas, denominadas glosas silenses y emilianenses, datan del Siglo X y se han encontrado en códices de los monasterios de Silos y San Millán de la Cogolla.
Las primeras manifestaciones de la prosa romance aparecen bajo el reinado de Fernando III el Santo (1ª mitad del Siglo XIII) y consisten en traducciones de textos anteriores escritos en latín.
Alfonso X el Sabio es el auténtico creador de la prosa castellana. Con él no alcanza todavía rango literario, pero dota a nuestro idioma de los instrumentos indispensables para elevarlo a la categoría de lengua de cultura.
Este rey dirigíó el trabajo de traducción al castellano de gran cantidad de obras latinas, griegas, hebreas… Que eran básicas en la cultura medieval. Esto se llevó a cabo gracias a su trabajo de organización y gestión de la Escuela de Traductores de Toledo. Por este hecho se le conoce como creador de la prosa castellana.
En el Siglo XIV, dentro de la prosa literaria, destacamos a don Juan Manuel, que es el autor de El conde Lucanor, obra didáctica que constituye, junto con la del Arcipreste de Hita, la cumbre literaria del Siglo XIV. Se trata de una colección de cincuenta cuentos de procedencia clásica y oriental con los que el conde Lucanor es instruido por su criado y consejero Patronio. Sus enseñanzas morales invitan a adoptar una actitud práctica ante la vida, donde hay que desenvolverse con astucia y cautela. En este libro don Juan Manuel no se limita a reunir un material cuentístico ya existente, sino que recrea de forma personal esa herencia sirviéndose de un estilo inconfundible, con el que persigue la claridad y precisión.
En el Siglo XIV también surge un nuevo género, la novela, cuyas primeras manifestaciones son:
El teatro nace, en la Edad Media, ligado a las celebraciones religiosas:
Surge de la dramatización de las ceremonias de culto en el interior de las iglesias.
La muestra más antigua de nuestro teatro medieval es el Auto o Representación de los Reyes Magos, de la segunda mitad del Siglo XII.