Portada » Ciencias sociales » Paradigmas socio-críticos de educación, Giroux
aprendizaje se ha vuelto más social, y se desarrolla ahora en el campo de las redes sociales virtuales.Los jóvenes utilizan la tecnología para construir amplias comunidades de participación para muchos fines, pero también para fines de aprendizaje,enseñar de maneras nuevas. En segundo lugar, el aprendizaje actual de los estudiantes es mucho más virtual, conocimiento en todas partes, y que esta producción de conocimiento tiene lugar todo el tiempo. llamo «aprendizaje ubicuo», representa un desafío para las escuelas y los educadores. Desarrollar nuevas asociaciones de colaboración con estos otros lugares de aprendizaje y ayudar a los estudiantes en las escuelas a relacionar el aprendizaje que tiene lugar en otros sitios donde están aprendiendo. Las cosas de la escuela son importantes pero también es importante relacionarlas con ese aprendizaje en Internet, en la cultura popular, en los medios y la televisión porque esta es una generación que está aprendiendo en muchísimos lugares y en un montón de maneras distintas.
la enseñanza ahora está ubicada en muchos canales diferentes de aprendizaje distribuido, que no son controlados por las instituciones formales, o sea que ya no existe ese monopolio. Las escuelas siguen siendo muy importantes, pero ya no desempeñan el mismo papel; siguen siendo el centro de la rueda, pero ese centro está conectado por los rayos a estos otros lugares de aprendizaje donde éste se produce; conservan un papel importante, pero es un papel diferente, menos exclusivo.
aprendizaje del futuro es la importancia de los aparatos portátiles. Pero eso requiere que la escuela, los docentes y los programas hagan cambios importantes en lo que enseñan y cómo lo enseñan.
Seguimos pensando en que el profesor sabe más que el alumno. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con que en materia tecnológica los chicos saben tanto o más que los profesores. ¿Cómo impacta esto en el vínculo entre docente y alumnos?Nuevas formas de enseñar y de diseñar los programas para tratar de llegar a los jóvenes allí donde están sus intereses.
Dewey dice que el problema típico del educador es: «esto es lo que quiero enseñarle al chico, ¿cómo se lo hago interesante?» Y él dice que es justo al revés. La pregunta del educador debería ser: «¿Qué le interesa al chico y cómo uso yo eso para enseñarle lo que creo que necesita saber?»
Para Giroux las escuelas son lugares que aunque reproducen básicamente la sociedad dominante, contienen también la posibilidad para ofrecer a los estudiantes una educación que los convierta en ciudadanos activos y críticos de la instrucción escolar. Este autor postula que para que una teoría crítica sea viable es necesario contemplar las escuelas como esferas de poder democráticas donde los profesores puedan luchar tanto en contra de la opresión como a favor de la democracia. La democracia implica una lucha no sólo pedagógica sino política y social. Ver las escuelas como esferas públicas democráticas es un argumento para defenderlas.
Coincidiendo con Giroux podemos afirmar la necesidad de conseguir que lo pedagógico sea más político y lo político más pedagógico. Hacer lo pedagógico más político significa insertar la instrucción escolar directamente en la esfera política propiciando la universalización del acceso al conocimiento y a los productos simbólicos creados socialmente. Dentro de esta perspectiva se tiene en cuenta que en dicha instrucción se juegan disputas por la imposición de significados y luchas en torno a las relaciones de poder. Se fomenta la reflexión y la acción crítica en los estudiantes y se reconoce al conocimiento como una herramienta de lucha de intervención y transformación social.
Hacer lo político más pedagógico significa servirse de formas pedagógicas que encarnen intereses políticos opuestos a la opresión, discriminación y exclusión. Asistirse de formas de pedagogía que traten a los estudiantes como sujetos críticos, que fomenten un conocimiento liberador y que apoyen la lucha por un mundo con justicia económica política y social para todas las personas.
los trabajos de Giroux, es la lucha por lo que llama una «democracia radical», es decir, una democracia ampliada en términos de justicia social, libertades, y relaciones sociales igualitarias en los distintos ámbitos. La educación, dirá Giroux, tiene mucho que ver con este fin.
La pedagogía crítica parte de desarmar la racionalidad positivista en pos de modelos sensibles a las evidentes relaciones entre poder, ideología y enseñanza. Pero Giroux va más allá, pues el propio funcionamiento de las fuerzas opresivas en la escuela, que reproducen y perpetúan las desigualdades, ameritan una mirada compleja. El proceso no es lineal, la escuela está conformada no por un grupo dominante y otro dominado, sino por alianzas complejas de grupos cuyos intereses se encuentran en pugna, y se articulan estrategias de resistencia diversas.
Hacia los 80′ el autor conceptualizaba el poder desde la idea de unas prácticas que producen formas sociales. Las experiencias y subjetividades de las personas son a su vez modeladas por estas formas sociales. El énfasis, entonces, está puesto en la complejidad interna del proceso, en su faz productiva, superando así las miradas lineales sobre el poder. En este puinto, su obra dialoga con la producción de Michel Foucault.