Portada » Griego » El artista desesperado ante la grandeza de las ruinas de la antigüedad
Liz Siddal es la musa de los pre rafaelitas. La posición de la mujer en Inglaterra cambia y se produce un avance ideológico. Esta obra, inspirada por Shakespeare, es posiblemente las más reconocida de Millais. Aparece la musa sumergida en el agua con un despliegue espectacular de naturaleza. Su rostro resulta muy lívido, y se consiguió mediante un método pseudocientífico de la PRB. La retrato estando la modelo sumergida en una bañera con agua fría.
Suizo que había estado en Roma quedándose impresionado por las ruinas. Era también un romántico que se había dado cuenta de que esa Roma, pese a que todavía guardaba un aroma de la grandeza del pasado era físicamente un conjunto de ruinas.
El Imperio romano estaba arruinado, daba muy mala impresión. Pensaría que no habían sido capaces de aguantar ni 2000 años, como iba a ser perfecta entonces. Este es el acento que ponen los utópicos, admiraban las ruinas antiguas pero había que hacer algo diferente.
Aquí se produjo un giro en la mentalidad que tiene que ver con dos palabras:
Hasta este momento se sentía una gran nostalgia del pasado y había un sentimiento de que podía volverse. La nostalgia fue sustituida por la melancolía, que es la actitud derivada de saber que ya no se puede volver. Es lo que le pasa a ese extraño ser, hombre o mujer, se ha dado cuenta de que no se puede volver más a esa antigüedad. Por eso está desesperado.
Vemos el ser humano y un pie a escala superior, demasiado grande. Se podía pensar que los antiguos soñaban a lo grande, o que todo lo que antes había sido un cuerpo unitario se había convertido en fragmentos, pro que donde está el resto del cuerpo ha quedado reducido todo a fragmentos, imposible hacer estatuas otra vez de ese tipo. Cuando Mussolini lo intento fue desastroso, kirsch absoluto. No se puede volver cuando el ser humano está dominado por la melancolía. Cuando ya no hay pasado al que volver nos queda presente y futuro.
Ese es el punto de partida de los utópicos.
Las ruinas es un tema central en la arquitectura utópica, como lo va a ser en el 20 cuando el neogótico comience a levantar ruinas que parecen edificios nuevos. Cuando aparecieron las ruinas las imágenes del Siglo XVIII fueron de este tipo, parecían descriptivas, pero era fantasiosa. Piranesi fue el primer culpable. Es el primero que dejo de creer en los tratados del pasado (Vitruvio), el primero en fijarse en lo etrusco y en imaginarse una arquitectura diferente, basada en ruinas.
Pensó en la ruinas como en un puzle que debía de ser organizado de forma nueva. Estos grabados tienen apariencia de ser verosímiles pero son ruinas. Juega con la idea de que la arquitectura era un cuerpo perfecto derruido por la naturaleza.
Siempre hay medio bóvedas, columnas destruidas, etc.
Hizo durante un tipo unas imágenes de una Roma imposible vendidas como imágenes que les interesaban a los intelectuales de Europa, que pensaban que era mejor creer en ruinas que admitir que la antigüedad no existía. Vemos también la idea de esqueleto de piedra que habla de la muerte del pasado, y una serie de figuras humanas colocadas para que la escala de los edificios sean más gigantes y porque ocupan espacios también dominados por la natrualeza. Tres elementos:
Las ruinas se convirtieron en una obsesión.
En Francia, por ejemplo, Monville encargo que le construyesen un palacio en forma de ruina.
Un edificio construido en el Siglo XVIII como si fuera una ruina era el sueño de un antico maníaco. Parece una visión muy clásica, pero en realidad es anticlásica, extravagante.
A menudo inventaba grabados buscando un efecto de incomprensibilidad de la imagen.
Acumulación de elementos en un mismo camino al aire libre. Es como si fuera un museo, que habían surgido de forma moderna en el Siglo XVIII. La antigüedad es un gran laberinto, donde uno no se puede aclarar.
Estas prácticas desembocaron hacia este tipo de imágenes. Invento su propia