Portada » Economía » Ejercicios de plan maestro de producción
Los pronósticos son el primer paso dentro del proceso de planificación de la producción y estos sirven como punto de partida, no sólo para la elaboración de los planes estratégicos, sino además, para el diseño de los planes a mediano y corto plazo, lo cual permite a las organizaciones, visualizar de manera aproximada los acontecimientos futuros y eliminar en gran parte la incertidumbre y reaccionar con rapidez a las condiciones cambiantes utilizando algún grado de precisión. Los pronósticos según el horizonte de tiempo pueden ser de largo plazo, mediano plazo o corto plazo. Uno de los principales problemas del administrador de operaciones, es el de seleccionar el mejor método de pronóstico que incluye el uso de métodos cuantitativos basado en antecedentes históricos de los datos. Cuando los datos históricos no existen o son poco confiables, lo mejor es emplear un método cualitativo, que a pesar de no ofrecer un alto grado de seguridad, resulta una alternativa viable para extrapolar información.
Ya hemos mencionado que el camino para mejorar la competitividad es la adopción de una correcta estrategia y a nivel de las operaciones productivas esto no es diferente, la estrategia de producción y operaciones se debe integrar con la estrategia empresarial, dando por resultado un patrón consistente de toma de decisiones en las operaciones y una ventaja competitiva para la compañía. Las dos funciones básicas que ha de cumplir la estrategia de operaciones son:
· Servir como marco de referencia para la planificación y control de la producción, de la cual es su punto de partida.
· Marcar las pautas que permitan apreciar en qué medida el subsistema de operaciones está colaborando el logro de la estrategia corporativa.
Dentro de este propósito, las decisiones básicas que deben ser contempladas dentro de la estrategia de operaciones son:
Decisiones de posicionamiento, que afectan la dirección futura de la compañía y dentro de la cual se incluyen los objetivos a largo plazo, el establecimiento de las prioridades competitivas, la fijación del modelo de gestión de la calidad, la selección de productos y la selección de procesos.
Decisiones de diseño, concernientes al subsistema de operaciones, que implican compromiso a largo plazo y entre las cuales se encuentran el diseño del productos y procesos, la mano de obra, la apropiación de nuevas tecnologías, decisiones de capacidad, localización y distribución de instalaciones y sistemas de aprovisionamiento.
La planeación agregada denominada también planeación combinada se encuentra ubicada en el nivel táctico del proceso jerárquico de planeación y tiene como misión fundamental establecer los niveles de producción en unidades agregadas a lo largo de un horizonte de tiempo de tal forma que se logre cumplir con las necesidades establecidas en el plan a largo plazo, manteniendo a la vez niveles mínimos de costos y un buen nivel de servicio al cliente. El término agregado, en este nivel de planeación, implica que las cantidades a producir se deben establecer de manera global o para una medida general de producción o cuando mucho para algunas pocas categorías de productos acumulados. Puede ser aconsejable utilizar unidades agregadas tales como familias de productos, unidad de peso, unidad de volumen, tiempo de uso de la fuerza de trabajo o valor en dinero. De todas maneras, cualquier unidad agregada que se escoja debe ser significativa, fácilmente manejable y totalmente comprensible dentro del plan establecido.
Mano de obra nivelada (con empleo de horas extras o trabajadores eventuales).
Adaptación a la demanda o de caza: (con o sin empleo de la subcontratación).
Se realizan mezclando varias estrategias puras.
Una vez concluido el plan agregado, el siguiente paso consiste en traducirlo a unidades o ítems finales específicos. Este proceso es lo que se conoce como desagregación o descomposición del plan agregado y su resultado final se denomina programa maestro de producción. Un programa maestro de producción, es un plan detallado que establece la cantidad específica y las fechas exactas de fabricación de los productos finales.
En cuanto al horizonte de tiempo de un MPS, la mayoría de los estudiosos del tema coinciden en que este puede ser variable y que dependiendo del tipo de producto, del volumen de producción y de los componentes de tiempo de entrega, este puede ir desde una horas hasta varias semanas y meses, con revisiones, generalmente, semanales. Se debe considerar la subdivisión del MPS en un horizonte de tiempo en tres marcos:
Período durante el cual no es posible hacer modificaciones al PMP.
Aquel en el que se pueden hacer cambios a ciertos productos.
Lapso más alejado, en el cual es posible hacer cualquier modificación al MPS.
El último paso dentro del proceso jerárquico de planificación y control, lo constituye el programa final de operaciones, el cual le permitirá saber a cada trabajador o a cada responsable de un centro de trabajo lo que debe hacer para cumplir el plan de materiales y con el, el MPS, el plan agregado y los planes estratégicos de la empresa. Estas actividades, se enmarcan dentro de la fase de ejecución y control cuyos departamentos o centros de trabajo se organizan alrededor de ciertos tipos de equipos u operaciones; en ellos, los productos fluyen por los departamentos en lotes que corresponden a los pedidos de los clientes. Es importante dentro de esta fase de gestión, tomar en consideración el tipo de configuración productiva que tiene el taller, pues dependiendo de esta, así mismo será la técnica o procedimiento a emplear en su programación y control.
La tendencia actual ha llevado a que los procesos productivos velen permanentemente por el aseguramiento de la calidad de la producción, en ese sentido el concepto de control de calidad permite se pueda alcanzar los objetivos de calidad durante las operaciones.
8-Para lograr procesos que impliquen calidad, se ha acuñado un concepto denominado Mejoramiento de la Calidad que corresponde al proceso que permite alcanzar niveles de performance con un nivel sin precedente.
Una de las actividades propias del área de producción es el control y manejo de los inventarios.
Los inventarios establecen el nexo entre el movimiento de la mercadería o producción que se comercializa y la generación de ingresos para la empresa, sea esta como ingreso de dinero efectivo (pagado al contado con dinero o cheque) o en algún formato crediticio ( a través del reconocimiento de la deuda en una cuenta corriente o facturando el evento lo que constituye una cuenta por cobrar o cuenta clientes). El manejo del inventario tiene un papel protagónico en la competitividad de la empresa, por un lado es una fuente de costos debido a que almacenar mercadería lleva a considerar costos de vigilancia, manutención, seguros y otros. Sin embargo sin inventarios la empresa pierde la posibilidad de mantener clientes satisfechos por la pronta entrega de productos. La pregunta que se sobreviene entonces es ¿cuál debiera ser la cantidad óptima de productos que debiera mantener la empresa por período para compensar los pro y contras antes evidenciados? Si bien la respuesta depende de múltiples factores como el giro de la empresa, su tamaño, grado de dependencia de la empresa con carteras de clientes muy esenciales, otros, se plantean algunos modelos cuantitativos para sortear el problema. Uno de ellos es el llamado Loteo óptimo Económico que se detalla con el apoyo de un ejemplo, otros modelos incorporan factores probabilísticos por lo tanto tienen un carácter más relativo.