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Reproducción
asistida
A diferencia de la
ingeniería genética, que implica la manipulación del ADN, en las técnicas de
reproducción asistida solo se trabaja con gametos. Al principio, las técnicas
de reproducción asistida sirvieron para solucionar el problema de esterilidad
que afecta-y sigue afectando- a un gran número de parejas. Actualmente, estas técnicas
también se utilizan para el diagnóstico genético preimplantacional, destinado a
evitar la aparición de ciertas enfermedades genéticas o a propiciar la
gestación de bebés sanos cuyas células de cordón umbilical sirvan para salvar
la vida de un familiar enfermo.
Los tipos de
técnicas utilizadas para la reproducción humana asistida son diferentes en
función del problema que se debe tratar. Pueden ir desde una simple
estimulación ovárica hasta inseminación artificial, fecundación in vitro,
inyección intracitoplasmática de espermatozoides o transferencia de embriones
donados.
La inseminación
artificial consiste en la introducción médica del semen, previamente tratado,
en el útero de la mujer
De esta manera se
intenta acortar la distancia que separa a óvulo y espermatozoide y facilitar el
encuentro entre ambos. Se recurre a la
inseminación artificial, cuando hay algún impedimento fisiológico para la
fecundación: impotencia, vaginismo, anomalías
anatómicas del pene o del cuello del útero, alteración de la ovulación,
disminución del número o movilidad de los espermatozoides, etc. Cuando el
hombre padece una enfermedad infecciosa como el sida, se realiza un lavado de
semen previo. Y si va a someterse a un tratamiento que pueda alterar los
espermatozoides, como radioterapia o quimioterapia para curar un cáncer, se
congela. En ocasiones, la inseminación se realiza con semen de donante,
principalmente cuando existe infertilidad masculina o enfermedades venéreas y
hereditarias.
Como consecuencia
de la estimulación ovárica a la que se somete la mujer, en esta técnica es
bastante frecuente que se produzca un embarazo múltiple.
2.-Fecundación in
vitro (FIV) es una técnica de reproducción asistida en que la unión del
espermatozoide y del óvulo se realiza en laboratorio.
El preembrión
resultante se deposita en el útero de la paciente. La FIV puede hacerse con
óvulos propios o donados, que en cualquier caso deben extraerse del cuerpo de
la mujer mediante punción ovárica. Una vez obtenidos y tratados, se procede a
la unión del óvulo y el espermatozoide en un tubo de ensayo, donde se optimizan
las condiciones necesarias para la fecundación. Simultáneamente, la paciente
recibe un tratamiento hormonal que prepara al útero para la recepción de los preembriones.
Los óvulos que
logran ser fecundados forman el cigoto. Al tercer día se depositan en la
cavidad uterina de la madre, mediante catéter, los preembriones seleccionados
(en número variable). Dos o tres días después, uno o más embriones se implantan
en el endometrio (pared interna del útero) para seguir su desarrollo con
normalidad. También en este caso puede producirse un embarazo múltiple. Además,
la técnica aumenta el riesgo de embarazo ectópico, es decir, fuera del útero.
La inyección
intracitoplasmástica de espermatozoides es considerada una fecundación in vitro
especial, en la que el espermatozoide se inyecta en el citoplasma del ovocito
con una microaguja. Cada vez se utiliza más , ya que aumenta la probabilidad de
embarazo.
Cuando los dos miembros
de la parejas son estériles, se recurre a la transferencia de embriones
donados. Consiste en introducir en la futura madre preembriones con una carga
genética diferente a la de los padres. Los preembriones pueden proceder del
banco donde están congelados los excedentes de parejas sometidas a fecundación
in vitro o ser el resultado de la fecundación de espermatozoides y óvulos procedentes de donantes
Para aplicar las
técnicas de reproducción asistida se requiere una legislación específica que
garantice los derechos humanos e impida la utilización de los avances
científicos para intereses espurios. En España se aprobó en 2006 una nueva ley,
adaptada a las exigencias de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida,
que generó bastante polémica. Los puntos clave de su contenido son:
.Acota el concepto
de preembrión, definiéndolo como un embrión formado in vitro, de menos de
catorce días (le otorga una categoría inferior a la de embrión)
.Regula la
aplicación de las técnicas de reproducción humana asistida, adaptándose a los
avances científicos
.No pone límites
para la generación de óvulos en cada ciclo reproductivo, aunque solo autoriza
la transferencia de tres preembriones. Permite decidir a la pareja el destino
de los embriones sobrantes: uso por la propia mujer, donación con fines
reproductivos, donación para investigación o cese de la conservación.
.Regula la donación
de semen, óvulos y preembriones, que debe ser anónima y estar exenta de lucro.
Corresponde al médico, y no al paciente, la elección del donante, atendiendo a
la similitud física y a las compatibilidades.
.Mantiene la
prohibición de las “madres de alquiler” y de la clonación de seres humanos con
fines reproductivos
.Regula los
requisitos que deben cumplir los centros de reproducción asistida. En todos los
casos deben estar debidamente acreditados por la autoridad sanitaria
competente.
**Diagnóstico
preimplantacional
La ley de
Reproducción Humana Asistida permite la selección de embriones mediante el
diagnóstico genético preimplantacional, con el fin de evitar enfermedades
genéticas o de curar a familiares enfermos (con células de placenta o de cordón
umbilical). Esto ha dado lugar a los llamados “bebés medicamento” por unos, y
“bebés de la esperanza doble” por otros. La técnica trata de escoger los
embriones idóneos, es decir, libres de la enfermedad y compatibles con el
familiar enfermo, para su implantación en el útero materno. Previamente se
requiere fecundación in vitro.
Algunos sectores de
la sociedad ven en esta técnica una forma nueva de eugenesia, es decir, de
selección artificial de los organismos con mejor dotación genética. En España
ya existen casos de nacimientos de bebés seleccionados genéticamente: embriones
libres de hemofilia o de beta talasemia mayor (una variedad de anemia congénita
grave), o liberados de un gen que predispone al cáncer de mama. Además, hay
varios casos autorizados por la Comisión Nacional de Reproducción Asistida para
iniciar otros procesos de selección.