6.- EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

            El descubrimiento de América fue la culminación del proceso de expansión atlántica de portugueses y castellanos. Coincidieron en la Península una serie de factores como la experiencia y conocimientos náuticos y geográficos, necesidades o ambiciones económicas, progresos científicos y técnicos o impulsos religiosos y evangelizadores.
            Portugal iba en cabeza de la carrera hacia las Indias (orientales después), disponía de mejores conocimientos técnicos y de un sistema de navegación y comercio en las islas del Atlántico y en las costas africanas. Tanto allí como en Castilla, la falta de burguesías locales suficientemente fuertes hizo que buena parte de las expediciones fueran financiadas por mercaderes italianos asentados en Lisboa y Sevilla.
            En ese contexto Cristóbal Colón (un genovés al servicio de Portugal), propuso a su rey Juan II, en 1486, un proyecto de navegación hacia Occidente para alcanzar las Indias que fue rechazado. La propuesta pasó a Castilla, donde  los reyes católicos se resistieron a aceptarla (la guerra contra el reino nazarí que consumía los recursos financieros; las exigencias de Colón de ser nombrado almirante y virrey de las tierras descubiertas; las dudas de la junta de expertos reunida en Salamanca sobre la legalidad de la empresa).

           Finalmente, recibió el apoyo de la Corona tras diversas presiones a favor de la empresa colombina. Aunque no recibió gran ayuda material, sí contó con experimentados marinos onubenses y con un planteamiento técnicamente acertado, que facilitó los viajes. Las condiciones de administración de las tierras descubiertas quedaron previamente acordadas con los Reyes en las Capitulaciones de Santa Fe.
 

El 3 de agosto de 1492, la nao Santa María, al mando de Cristóbal Colón y bajo el pilotaje de Juan de la Cosa, y las carabelas La Pinta y La Niña, capitaneadas por los hermanos Pinzón, salieron del puerto de Palos (Huelva) e hicieron escala en Canarias. El viaje del descubrimiento treinta y tres días de Canarias a Guanahaní, aprovechando los vientos alisios y las corrientes marinas.

Durante los meses siguientes exploraron  otras islas como Cuba y Haití. Inicialmente Colón creía que había llegado a las islas de Cipango (Japón). A principios de 1493 regresó al puerto de Palos y en Barcelona fue recibido por los reyes católicos.

Realizó tres viajes más a América. En el segundo (1493) se preparó una gran expedición de 17 naves y unos 1.200 hombres que se instalaron en Haití, La Española. Pretendía establecer una serie de factorías comerciales; pero la sublevación de los indígenas, la escasez de oro, la inexistencia de especias, la negativa de los Reyes a la esclavitud de los indígenas la hicieron fracasar.

  El tercer viaje parte de Sanlúcar de Barrameda en 1498 con seis navíos llegando a la desembocadura del río Orinoco. Recorrió las costas de las actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Desde Jamaica regresó a España en 1504 muriendo dos años después en Valladolid.

6.2.- El tratado de Tordesillas

. La expansión castellana hacia el oeste y el descubrimiento de América provocó de nuevo la tensión con el vecino reino de Portugal. El Papa español Alejandro VI trató de mediar y por la bula Inter Caetera (1493) delimitó las respectivas áreas de influencia de ambas monarquías, en una línea situada a cien leguas al oeste de las Azores. Pero las reticencias de Portugal a aceptar esta delimitación llevaron, poco después, al Tratado de Tordesillas (1494) que trasladó esa línea a 370 leguas al oeste de Cabo Verde lo cual dejaba bajo la expansión portuguesa una amplia zona al este de Sudamérica. Ello posibilitaría los derechos portugueses sobre Brasil.

6.3.- Los  primeros efectos del descubrimiento

. El descubrimiento trajo consigo numerosos intereses y efectos, algunos perceptibles ya antes de la muerte de Fernando el católico. La colonización de las primera tierras descubiertas resultó difícil. Las características tropicales resultaron difíciles para la aclimatación de cultivos y de hombres.

La búsqueda del oro, alimentada por las noticias y engrandecida por las leyendas, fue un estímulo constante en la empresa americana. Los organizadores de los viajes y la hacienda real castellana se beneficiaron de los hallazgos del mineral.

Las encomiendas

. Los españoles, a su llegada a América trataron de aprovechar hasta la extenuación la fuerza de trabajo de la población indígena y se contagiaron enfermedades que provocaron la muerte de millares de indios. Para compensar la escasez de mano de obra, y dada la negativa de la reina Isabel a aceptar la esclavitud de los indios, se arbitró el procedimiento de las encomiendas:
Los indios se repartieron entre los colonos y éstos se comprometieron a instruirlos.

El sistema no evitaba el trabajo forzoso y algunos colonos se compadecieron se sus sufrimientos, destacando el dominico fray Antonio de Montesinos. La primera protesta fue el célebre sermón del dominico Antonio de Montesinos en la Nochebuena de 1511, denunciando las condiciones a que se sometía a los indios. Las Leyes de Burgos de 1512 trataron de corregir los excesos de los encomenderos, lo que no evitó la extinción de la población de las Antillas. 

El gobierno de las Indias

.  El gobierno y la administración de las Indias se hicieron según patrones de la Corona de Castilla, a la que quedaron incorporadas. Las bases la constituyeron las audiencias (órganos de justicia y gobierno) y los municipios. Junto a estas instituciones la monarquía contó con el apoyo de la Iglesia. Los franciscanos y dominicos emprendieron inmediatamente una labor de evangelización y aculturación. 

La casa de Contratación

. La administración americana desde el punto de vista financiero se organizó a través de la Casa de Contratación, creada en 1503, con sede en Sevilla. Allí se centralizaron las relaciones comerciales con las tierras descubiertas y se controlaron las llegadas de metales preciosos.