Portada » Arte » La Piedad de Palestina+miguel angel
Fue el prototipo de hombre renacentista, artista polifacético y científico cn un conocimiento casi universal. Introdujo el sfumato, por el que los contornos nítidos del Quattrocento quedaban difuminados, logrando un mayor naturalismo y dando paso a la perspectiva aérea. frmado en Florencia, donde se aprecian las maneras dulces y la profunda vida interior de las figuras, el análisis de la naturaleza y el interés por la perspectiva. pasó a Milán y regresa en 1499 a Florencia.
Virgen de las Rocas empleó el sfumato, y en esta obra las figuras se enmarcan en una forma piramidal y se relacionan con gestos dulces y miradas, y la Virgen anticipa la incipiente sonrisa característica de Leonardo (sonrisa leonardina), detallando los músculos faciales.
Una pintura mural con acusado estudio de la perspectiva y un verdadero tratado de psicología en los rostros de los apóstoles. Los apóstoles, distribuidos en grupos de 3, son un tratado de emociones y reacciones humanas La Gioconda.
La indefinición de la identidad de la retratada, la enigmática sonrisa y el sfumato del paisaje del fondo dieron a esta obra un aire misterioso. En el rostro de la mujer se conjugan realidad e idealización. Integra las figuras en el paisaje natural, y gracias a la técnica del claroscuro, se ve como modula la luz sobre un fondo de sombra, suaviza los colores, y degrada los valores y contrastes que sugieren el relieve y la profundidad.
rafael reconocido como el pintor que mejor representó el clasicismo. A lo largo de su vida, consiguió en sus obras la anhelada asimilación del mundo pagano y el cristianismo. En Los desposorios de la Virgen se muestra su formación con Perugino, que reflejan la influencia de la Entrega de las llaves a san pedro se su maestro. También se refleja la luz límpida y una gracia y dulzura muy particulares. También se ve la sensibilidad de Rafal a la amplitud y a la facilidad de las composiciones de Piero della Francesca. En la estancia de la Signatura queda patente el clasicismo inicial del artista. Allí se encuentra varios frescos:
La escuela de Atenas, en el que se representa a varios sabios de la Antigüedad clásica agrupados de forma simétrica, habiendo movimiento en ellos, aunque pausado, y las posturas descubren un importante estudio de la anatomía. La arquitectura es monumental y refuerza la perspectiva, y los elementos arquitectónicos están inspirados en el arte romano. Además, utilizó la forma semicircular de la pared para formar un gran arco, y ahí representó un gran escenario determinado por una marcada perspectiva lineal. La estética corresponde a la desarrollada en las 2 primeras décadas del s. XVI, en la que predomina un sentido clasicista y monumental; la Disputa del Sacramento, en la que representa la Teología, a través de una escena sobre la Gloria de la Eucaristía. Destaca de este fresco su hábil composición, indicando la doble presencia de la Eucaristía tanto arriba, en el cielo, como abajo en la tierra. En la parte superior se ve a la Trinidad, con el Padre, Jesús y el Espíritu Santo. En la parte inferior, la Iglesia como institución que custodia la Eucaristía y milita en defensa de la fe; el Parnaso, en el que se representa la fuente Hipocrene, al dios Apolo tocando el violín y, a su alrededor, las 9 musas. Rafael representó a numerosos literatos conversando entre sí sin atender al concierto. Aquí aparecen no sólo poetas de la Antigüedad clásica, sino también otros posteriores e incluso contemporáneos, como Dante, Petrarca, Ariosto o Sannazaro; y la Jurisprudencia, en la que están representadas las Virtudes cardinales y las teologales y la Ley. Las virtudes están en el luneto: fortaleza, prudencia y templanza. A la izquierda de la ventana aparece la Entrega de las Pandectas al emperador Justiniano y, a la derecha, Entrega de los Decretales al papa Gregorio IX.
La Transfiguración (óleo sobre madera), se muestra en la parte superior la transfiguración de Jesucristo en el monte Tabor, con Cristo transfigurado flotando en frente de nubes suavemente iluminadas, perdiendo la materialidad para transformarse en Espíritu Santo entre los profetas Moisés y Elías con quienes está conversando. Debajo de él hay 3 discípulos asustados. En la parte inferior, representa a los Apóstoles intentando liberar a un niño poseído de los demonios. Son incapaces de curar al niño enfermo hasta la llegada de Jesucristo, quien lleva a cabo el milagro. Se muestran influencias de Miguel Ángel, que inicialmente llevó a dar a sus figuras y composiciones mayor monumentalidad, pero que al final le condujeron a derivar su estética clasicista hacia otra más expresiva y de fuerza interior, propias del último Miguel Ángel y del manierismo.En El Papa León X y dos cardenales (pintura al óleo sobre tabla), el Papa está representado marcando una acentuada diagonal. Aparece sentado sobre silla frente a una mesa, donde se observa un códice, la campana con la que el papa llama a sus sirvientes y un libro de oraciones abierto. En la mano izquierda sostiene una lupa. La figura del Papa centra el retrato del grupo, Luis de Rossi y Giulio de Médici (de otra autoría) aparecen representados como su escolta real. León X tiene un gesto duro y desprende inteligencia con su mirada. La mirada de los otros dos cardenales destila interés y sabiduría. En los hábitos pontificales resaltan los variados tonos rojizos que contrastan con el fondo de la obra. La ropa de esta obra del poder que posee la figura del Papa. El fondo contrasta con el resto de la composición por el contraste que tiene respecto a las figuras representadas en el primer plano.
Sus obras pictóricas detallan su preferencia por la escultura, y por eso, dio gran importancia al dibujo y utilizó el color como auxiliar para dar volumen a los cuerpos. Estos tomaron la apariencia de esculturas, sobre todo en los desnudos, como se observa en los frescos de la Capilla Sixtina. En la bóveda de la Capilla Sixtina, Miguel Ángel realizó una trama arquitectónica ficticia para distribuir diversos temas del Génesis, ofreciendo el espacio celeste y el terrestre (simbólicos), junto a las figuras de los ignudi, muchachos desnudos de clara influencia escultórica. En los lados colocó figuras de profetas y sibilas. Es sobre todo relevante la Creación de Adán, donde el contacto del índice de Adán con dios parece dar vida al primer hombre. En el Juicio Final refleja la transformación espiritual del artista y el cambio hacia una estética manierista. Todo es un torbellino de movimientos ascendentes y descendentes relacionados con la tensión provocada por el fin del mundo: a la derecha de Cristo, los justos ascienden al cielo, y a su izquierda, los condenados caen al infierno. Los desnudos aumentan el dramatismo de la escena. La influencia de la iconografía clásica se observa en los desnudos, que daban un sentido realista a la composición, pero también en un aspecto paganizante, por lo que se ordenó a Daniel de Volterra que repintara algunas figuras para cubrirlas con vestiduras. También se aprecia esta influencia en la figura de Jesucristo, que se presenta como heredera del dios romano Júpiter, o en la figura de Caronte. Además, se refleja el influjo de la iconografía de los tímpanos romanos y góticos, en los que la imagen de cristo en el Juicio Final se acompaña por los ángeles que hacen sonar las trompetas que anuncian el fin del mundo, y por ángeles con los símbolos de la Pasión.
La conversión de San Pablo se representa a San Pablo siendo cegado por un rayo de Dios que le hace encontrar su fe, mientras que su séquito de seguidores se alejan del centro, dejando a san Pablo como el protagonista. Hace pareja con El martirio de San Pedro, donde representa san Pedro en el momento en que, colocado al revés en la cruz, esta era alzada por los soldados romanos. Miguel Ángel concentró su atención en la descripción del dolor y del sufrimiento. Las caras de la gente presente están contraídas en una mueca de horror, y varios de los espectadores parece que van a morir. En ambos se muestra a un Miguel Ángel más audaz, como se ve en sus desnudos, donde se imponen su expresión dramática, en volúmenes simplificados, y los colores se aclaran y se suavizan. Pero en este último fresco, se nuestra un esquema algo más mesurado y tradicional tiziano
Se formó en los talleres de los Bellini y posteriormente con Giorgione, pero Tiziano desarrolló un estilo personal. Pronto abandonó el dibujo y la pincelada detallista, para utilizar una pincelada totalmente suelta, casi abocetada, de marcada modernidad, en la que llegó a sustituir los pinceles por los dedos Asunción de la Virgen se ven 3 capas: en la inferior están representados los Apóstoles, con los brazos alzados hacia el cielo, con la excepción de san Pedro, cuyos brazos están cruzados. Miran a la Virgen María, vestida de azul y rojo, que está volando entre ellos y Dios, en pie sobre una nube y está rodeada de querubines celebrando y bailando por aquel momento. Junto a Dios hay otro querubín sosteniendo la corona de la Gloria Santa. En este cuadro, rompe con la dulzura y el tonalismo de Giorgione. Se nota la influencia de Miguel Ángel en la figura de Dios Padre, y la de Rafael en la composición piramidal. Los 3 planos están unidos por un efecto de luz insólito. Los personajes están representados en movimiento, con posiciones distintas: de frente, de espaldas o en escorzo Venus de Urbino, en la que se representa a una joven desnuda recostada en un diván rojo cubierto con una sábana blanca en el interior de un palacete veneciano. La Venus (primer plano) mira de forma directa al espectador con cierta provocación. Con sus manos sujeta unas flores y se cubre sus partes íntimas, el cabello que cae sobre sus hombros refleja erotismo intencionado por parte del pintor. Esta imagen pone en evidencia el alejamiento que quiere plasmar Tiziano del idealismo del Renacimiento italiano. Es evidente que la mayor diferencia con la Venus típica y tradicional, es que la joven del cuadro aparece consciente y orgullosa de su belleza y su desnudez. El color pálido del cuerpo contrasta con la oscuridad del fondo y del colchón, consiguiendo que la mirada del espectador se centre única y exclusivamente en el cuerpo de la mujer. Además, el artista proyecta un potente foco de luz sobre el cuerpo de Venus. El perrito que descansa a los pies de la joven. Esta es otra señal de que nos encontramos ante una mujer de carne y hueso. El perro es símbolo de fidelidad aunque aparece dormido. En el fondo de la estancia se puede apreciar una ventana que permite ver el cielo, un árbol, leves reflejos de una laguna y a 2 jóvenes que se afanan en buscar ropas en un arcón. Y consigue perfectamente la perspectiva a través de las baldosas, el árbol y la columna situada al fondo Retrato ecuestre de Carlos V, se muestran la fuerza y elegancia del caballo y de armadura, que dan al emperador la imagen de vencedor captando su psicología, esto es, su carácter y personalidad, en medio de un ambiente de penumbra y misterio característico de muchas de las obras del maestro veneciano Dánae recibiendo la lluvia de oro, en la que Tiziano representa el mito de Dánae, quien había sido encerrada por su padre, el rey de Argos, en el momento de ser tomada por Zeus en forma de lluvia de oro. La figura central está recostada sobre la cama, con las piernas dobladas. A su derecha hay un perro pequeño, que se reputa un atributo de la cortesana. En la parte derecha hay una criada cuya espalda oscura contrasta con la blancura de Dánae; del mismo modo, hay una oposición clara entre su rostro envejecido y la juventud de la princesa de Argos. Esta sirvienta está recogiendo con un delantal las pepitas de oro que caen en forma de lluvia dorada, desde las nubes tormentosas que dominan el centro de la parte superior. Se percibe la influencia de Giorgione en el desnudo.
Combinó el gusto por la luz y el color venecianos con rasgos manieristas, debidos a su admiración por Miguel Ángel, de quien adoptó la expresividad de sus figuras, determinada por la fuerza del volumen y las posturas forzadas. Más tarde, profundizó en el manierismo utilizando fuertes contrastes de luz y sombra, y forzaba ahora las composiciones diagonales en espacio de gran fondo, creando perspectivas y escorzos artificiales.
La Última cena, realizada en óleo sobre lienzo, se representa la escena dramáticamente distorsionada, utilizando una muy original perspectiva oblicua. Las figuras humanas parecen abrumadas por la aparición de seres fantásticos. La escena tiene lugar en una taberna sombría y popular, donde las aureolas de los santos aportan una luz extraña que subraya detalles incongruentes. Es una obra oscura, en la que destaca precisamente el tratamiento que hace de la luz. Los rostros de los santos se distinguen gracias a la luz de sus propias aureolas. Hay 2 puntos de luz intensa: uno en alto, a la izquierda, y otra la intensa aureola de Jesucristo. El tono es barroco.
El paraíso realizado en óleo sobre lienzo, es considerado el mayor cuadro del mundo sobre lienzo. Frente al fondo claro de las nubes inferiores agrisadas, y la luz amarillenta que expresa el esplendor de la gloria, destacan a contraluz los personajes. Una sensación de movimiento incesante de abajo a arriba recorre los diversos grupos. Las figuras dispuestas sobre las nubes huyen de la verticalidad y la estabilidad. En la parte superior del eje central del cuadro, Cristo corona a la Virgen bajo las alas extendidas de la paloma del Espíritu Santo. Se apoyan en una nube hecha de querubines, cuyas cabezas y alas desdibujadas crean un movimiento agrisado comparable al de las nubes situadas más abajo. El espacio se ordena en una composición geométrica que sugiere guirnaldas que se van superponiendo. Figuras aladas de ángeles rompen la horizontalidad predominante en el cuadro. Hacia el fondo, las cortes celestiales se desdibujan en la luz, haciéndoles perder contraste y nitidez en el dibujo.
El lavatorio de los pies (óleo sobre lienzo), Se representa una escena narrada por el Evangelio de Juan, en la que se narra cómo durante la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa quitándose el manto y atándose una toalla a la cintura. Después de echar agua en un recipiente, se puso a lavar los pies a sus discípulos. Pedro pretendió negarse, pero al insistir Jesús en que de otro modo no podría tener parte con él, accedió a que le lavase los pies, e incluso las manos y la cabeza. El artista lo representa con Cristo y san Pedro en un extremo de la composición. La mayor parte del lienzo está ocupado por la estancia donde se desarrolla la Última Cena. En el centro destaca un perro, y detrás los apóstoles descalzándose o en diversas posturas. En un segundo plano se estaría relatando un milagro de San Marcos. El extremo de la izquierda está dominado por otro apóstol que se está desatando el calzado, cuya esculturalidad se asemeja a las poderosas anatomías de Miguel Ángel. La composición parece descentrada, con el episodio principal desplazado a un lado del cuadro. Además, el escorzo de la mesa acentúa el efecto de perspectiva. En el fondo de este lado izquierdo se ven arquitecturas clásicas de una ciudad que recuerda a Venecia. Los elementos arquitectónicos están inspirados en ilustraciones de Sebastiano Serlio el greco forjó un estilo personal debido a la influencia que recibió en los diversos lugares en que residió, así como por una evolución personal hacia una creciente espiritualidad. El paso por España marcó una nueva etapa evolutiva, en la que poco a poco las figuras se fueron alargando y retorciendo más, en una perfecta integración en la estética manierista y en relación con una creciente espiritualidad, llegando a parecer que los personajes no pesan y flotan en el espacio.
Expolio de Cristo, se ve el manierismo patente en las figuras. La composición está dominada por la mancha roja de la túnica de Cristo, que se refleja en la armadura del soldado que está a su lado, produciendo una serie de matices cromáticos muy característicos de la pintura veneciana. El rostro de Jesucristo manifiesta una gran espiritualidad, acrecentada por la mirada acuosa. Pretendió trabajar para el Monasterio de san Lorenzo de El Escorial, para el que pinto el lienzo del Martirio de San Mauricio no se colgó en la basílica del monasterio, pues su estética manierista no se adaptaba bien al gusto español de aquel momento, al quedar el tema del martirio en un segundo plano, puesto que no se correspondían con los estereotipos aplicados sobre los temas religiosos. Aquí demuestra su capacidad para combinar complejas iconografías políticas con motivos ortodoxos medievales Entierro del Señor de Orgaz, la composición se divide en 2zonas: la zona inferior, que muestra el mundo terrenal durante un entierro. Allí los personajes tienen un aspecto realista, el color es oscuro y sobrio, y la composición es ordenada y los gestos pausados; y la zona superior es la corte celestial que espera al difunto, donde pretende mostrar un aspecto más espiritual (colorido más rico), las figuras están desdibujadas y las figuras tiene un color más blanco que en la parte terrenal, se dan un gran movimiento y una densa aglomeración de personajes. También se da un rico programa iconográfico, destacando san Pedro con las llaves, san Juan Bautista con la piel de camello, la Virgen y el propio Jesucristo. La Virgen y san Juan Bautista acompañando a Cristo representan una deesis, y un ángel y las nubes separan ambos grupos. Se utiliza la técnica del óleo, y los colores son de influencia veneciana, destacando el fuerte rojo del vestido de la Virgen, y los amarillos de las túnicas de los santos Esteban y Agustín. También influye la estética manierista en el alargamiento de las figuras, aunque, a pesar de estas influencias, el cuadro corresponde al estilo muy personal de El Greco
El caballero de la mano en el pecho (óleo sobre lienzo), representa a un caballero con la mano en el pecho que mira al espectador como si hiciese un pacto con él. La postura de la mano parece un gesto de juramento. Este hombre está vestido de forma fina y elegante y porta una espada dorada. De oro es también el medallón con cadena que lleva. En su tiempo se convirtió en la representación clásica y honorable del español del Siglo de Oro. Se ha demostrado la influencia de la escuela veneciana.