Portada » Ciencias sociales » Porque la educacion es un subsistema social
La obra de la educación está dividida en cinco libros. En cada uno de ellos aborda la educación ideal que debería darse a un supuesto ciudadano, que bautiza con el nombre de Emilio.
En el 1º
libro, el autor glosa la educación que corresponde a los primeros años de vida.
En él critica la forma de vestir y ataviar a los pequeños. También ataca a las madres y padres que se desentiendes de la educación de sus hijos, dejándolos en manos de nodrizas.
En el 2º libro, que abarca desde los dos a los doce años, se muestra respetuoso al máximo con la libertad del individuo. Así escribirá “nadie tiene derecho, ni siquiera su propio padre, de mandar a un niño lo que puede serle de algún provecho”. Para esta etapa propone la educación negativa; es decir, recomienda la inacción total del preceptor sobre el educando, si su intervención no es necesaria, aconsejando no hacer hoy lo que pueda hacerse mañana. Aboga por la necesidad de conocer al educando antes de querer educarlo. Defiende el castigo natural.
En el 3º libro, que coincide con la adolescencia, 12-15 años, plantea la formación intelectual. Según el autor, ésta es la etapa ideal de la vida para formar intelectualmente a los alumnos. Pero al mismo tiempo reconoce que no se trata de enseñarle todas las ciencias, sino de aficionarlo a ellas, y proporcionarle los métodos para que las aprenda, cuando se desarrollen mejor sus aficiones.
En el 4º libro, versa sobre la educación que debe recibir Emilio, desde los 15 a los 22 años, edad del matrimonio. A esta edad nace de verdad el hombre a la vida, y de ahora en adelante nada extraño está fuera de él. También en esta época se despiertan las pasiones que no hay que tratar de aniquilar sino de orientar. Asimismo, durante esta época, deberá recibir la educación social y moral, de un modo práctico, viajando por Europa, con experiencias vividas y por medio de las fábulas, pero sin comentárselas. Por último, a los dieciocho años es la edad de la formación religiosa. La religión en que se adoctrinará a Emilio será una religión natural, que difiere mucho de las religiones positivas.
En el 5º libro, el autor aborda la educación de Sofía, la futura compañera de Emilio. Aquí se deja llevar de la concepción tradicional que creía que el hombre era activo y fuerte y la mujer, pasiva y débil, y por ello “el destino especial de la mujer consiste en agradar al hombre”. Sostiene que la mujer está hecha para someterse al hombre: de soltera, al padre, y de casada, al marido. Por todo esto se le ha acusado de machista y de pedagogo mediocre.
Freobel, al año de vida queda huérfano de madre, como consecuencia, su infancia fue triste. Después de haber ensayado varias profesiones, descubre la vocación docente, al ejercer de profesor en una escuela de Franfurt.
En 1840, crea Kindergarten (jardín de niños), para la educación infantil. Este término explica muy gráficamente su concepto de educación. En estos centros se tiene que actuar como en los jardines, donde las plantas son los niños, que deben recibir el cuidado y la nutrición adecuada, a través de la tarea esmerada del educador, como la planta lo recibe del jardinero.
En los jardines de infancia se debe crear un ambiente adecuado para cultivar las fuerzas físicas, desarrollar los órganos de los sentidos y las facultades de observación, sin desdeñar algunos útiles y agradables conocimientos.
Para él, el fin de la educación es llegar al conocimiento de sí mismo. El destino del hombre es alcanzar la conciencia de sí mismo, y la educación ha de ser consecuente con las características y exigencias de la naturaleza del niño.
La educación conducirá al hombre hacia su máximo desenvolvimiento como ser natural, siguiendo un proceso continuo.
Iván Illich, por sus teorías tan radicales, fue apellidado el visionario de Cuercavaca.
Para Illich, la “desescolarización” es la palabra que mejor define una sociedad, donde las instituciones manipuladoras serían sustituidas por otras, de convivencia. Para él, la desescolarizacion de las escuelas no implica el cierre de las escuelas, sino la desinstitucionalización de éstas.
Sus grandes ideas educativas las expone en su obra La sociedad desescolarizada.
Para Illich la verdadera educación reside en la convivencia libre de cada persona con las otras y el contacto con los objetos educativos. El papel de la institución educativa consiste en posibilitar estos encuentros, en “tejer la tela de relaciones”.
No se puede dudar de la acción educativa de la sociedad, pero la escuela también educa, y la interacción equilibrada entre escuela y sociedad es la que puede proporcionar los mejores beneficios al individuo.