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Acabada la
Reconquista, el castellano pasó a ser la lengua de la Administración y de
las relaciones comerciales. Los siglos de Oro favorecieron el auge del
castellano, que desde el siglo XIV se designó como lengua española.
Se impuso el uso del castellano en la enseñanza y en los ámbitos
jurídico y administrativo. En el siglo XIX, con el desarrollo de los
movimientos nacionalistas se reivindicaron las lenguas y tradiciones
nacionales.
En la
Segunda República se aprovaron los estatutos de Cataluña y
del País Vasco; el de Galicia solo pudo aprobarse al inicio de la Guerra Civil. El
régimen franquista impuso el castellano en la enseñanza, en los medios de
comunicación y en la vida pública, y propició el estancamiento de las otras
lenguas impidiendo su aprendizaje escrito y reduciéndolas al uso familiar y
coloquial. La
Constitución de 1978 reconoció la pluralidad lingüística y
cultural de España.
El castellano.
El castellano es una
lengua románica derivada del latín vulgar y enriquecida con el aporte de otros
dialectos e idiomas. Desde sus inicios presenta tendencias innovadoras que la
distinguen de otras lenguas peninsulares.
El
castellano surgió en el norte de la Península, en un territorio conocido como la Bardulia. Cuando
Castilla se constituyó en reino independiente, se extendió progresivamente. En
tanto que se cultivaba la poesía romance, la prosa primitiva no cobró autonomía
hasta el siglo XIII, sobre todo gracias a la labor de Alfonso X, quien
convirtió el castellano en la lengua de los documentos reales. El rey
contribuyó a la nivelación lingüística, a la fijación de la ortografía y al
desarrollo de la prosa castellana como vehículo de producciones culturales. Con
los Reyes católicos se propició la unificación lingüística, que se vio
favorecida por la unidad política, las traduciones de autores clásicos, las
publicación de la Gramática
de la lengua española, de Antonio de Nebrija, y la difusión de la imprenta. El
descubrimiento de América llevaron el castellano más allá de las fronteras de la Península. El auge
del castellano clásico coincidió con el esplendor de las obras literarias
renacentistas y barrocas en los siglos XVI y XVII. En el siglo XVIII, el
interés por la corrección lingüística y la pureza de la lengua se reflejó en
estudios dedicados al idioma y en la fundación de la Real Academia
Española.
En las comunidades bilingües, el español ha adoptado realizaciones
peculiares en las que destacan las interferencias.
·El catalán ha influido en
rasgos del castellano: la articulación palatal del fonema /l/, sobre todo en la
terminación -al; el ensordecimiento de la /d/ final de palabra; la
pronunciación labiodental de v en zonas que distinguen entre /b/ y /v/;
interferencias gramaticales y léxicas; el dequeísmo o calcos.
·La influencia del gallego
se observa en la entonación; en el cierre de las cocales finales /o/ y /e/; en
el uso único del pretérito perfecto simple; preferencia por el diminutivo
-iño/-iña; en los calcos de construcciones gallegas como los pronombres
enclíticos o el uso del dativo ético.
·El vasco, que influyó en la
formación del castellano, también lo hace en la lengua actual: en las
estructuras sintácticas verbales; en el leísmo femenino o en la ausencia de
pronombres de complemento directo.
·La influencia del
asturiano se percibe en rasgos como el cierre de las vocales finales /e/, /o/;
el uso del sufijo diminutivo -ín/-ina; los plurales femeninos en -es; la
tendencia a usar los verbos pronominales sin pronombre; el uso de pronombres
personales enclíticos, la preferencia por el perfecto simple.
·Las hablas aragonesas
influyen en rasgos como la entonación, la combinación pronominal se le/les en
lugar de se lo/la; la preferencia por el sufijo -ico/-ica; el uso particular
del pronombre personal con preposición; y en el empleo de abundantes
aragonesismos.
Las variedades
septentrionales. Corresponden a las zonas de origen del castellano
que, lingüísticamente, son las más conservadoras.
Las variedades
meridionales. Corresponden a la zona sur de la expansión de
Castilla, y presentan una mayor evolución en sus rasgos fónicos.
El gallego
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El gallego surgió en el noroeste de la Península, vinculado con
el portugués. Durante la
Edad Media tuvo un importante cultivo literario: desde
finales del siglo XII hasta mediados del siglo XIV floreció la lírica de los
cancioneiros. En el siglo XV, el castellano se introdujo en la zona de
influencia del gallego. En el siglo XIX, surgió el Rexurdimiento, un movimiento
de reivindicación de la lengua. Así, en 1905, se creó la Real Academia
Galega. Durante la
Segunda República, se aprobó el Estatuto de Galicia, pero el
inicio de la Guerra Civil
frustó la recuperación de su lengua. Ya en la democracia, con la Constitución en 1978
y el Estatuto de Autonomía en 1981, el gallego adquirió carácter oficial en Galicia.
El
catalán surgió al noreste peninsular. A fines del siglo XIII, además de ser la
lengua de Cataluña, se había expandido por el reino de Valencia y las Islas
Baleares. Su prestigio medieval, avalado por una rica tradición literaria, tuvo
su punto culminante en la obra de Ramon Llull y en las crónicas históricas. En
el siglo XV, en Valencia, destaca la figura del poeta Ausias March y la novela
caballeresca Tirant lo Blanch. En el siglo XIX surgió la Renaixença, movimiento
de recuperación de la lengua y cultura catalanas; además de obras literarias,
se publicaron los primeros periódicos en catalán. Ya en el siglo XX se creó el
Institut d’Estudis Catalans. Con la Segunda República
y la aprobación del Estatuto, el catalán fue lengua oficial, pero la Guerra Civil
interrumpió su aplicación. Con la Constitución de 1978 volvió a ser oficial.
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El euskera es la más antigua de las
lenguas de España. Se lo relaciona con lenguas caucásicas o con lenguas
bereberes del norte de África. La literatura popular vasca fue esencialmente
oral. En el siglo XIX, con el surgimiento del nacionalismo vasco, se hicieron
esfuerzos por recuperar la lengua, lo que llevó, en 1919, a la creación de la Euskaltzaindia. Durantela Segunda República,
el Estatuto oficializó el euskera, pero la Guerra Civil
interrumpió su aplicación. El carácter de lengua oficial, a partir de la Constitución de 1978,
han propiciado el avance en el conocimiento y el uso del vascuence y en la
valoración del mismo.
El bilingüismo social se refiere a una sociedad de lenguas en
contacto. El bilingüismo individual alude a la competencia comunicativa de un
hablante, semejante en las dos lenguas.
La
diglosia.El concepto de diglosia alude a un desequilibrio
entre dos lenguas de una comunidad, que se encuentran jerarquizadas.
La situación más típica es aquella en la que existe una lengua
fuerte. Esta es considerada por la comunidad la lengua de prestigio. La otra,
llamada lengua débil, queda relegada al uso familiar y cotidiano.
La alternancia es el
paso de un código lingüístico a otro que realiza un hablante bilingüe según la
situación y la intencionalidad comunicativa.La interferencia es la transferencia de elementos
lingüísticos de una lengua a otra