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Francisco Salzillo y Alcarazfue un escultor barroco español, considerado
como el más representativo imaginero del siglo XVIII español y uno de los más
grandes del Barroco. Salzillo se dedicó en exclusiva a la temática religiosa y
supo plasmar en su estilo los cambios que se fueron produciendo durante el
siglo XVIII, lo que se vio plasmado en una escultura de transición hacia el
rococó y el neoclasicismo, así como en diversos cambios que se fueron
produciendo en el taller que heredó de su padre, el también escultor e
imaginero, Nicolás Salzillo.
Su vida transcurrió enteramente en la ciudad de Murcia que, hoy día,
cuenta con un museo dedicado a su obra, el Museo Salzillo. Con el paso de los
años, su obra fue adquiriendo fama y recibió multitud de encargos de iglesias y
conventos de Murcia y de las provincias limítrofes: Alicante, Albacete y
Almería.
Las producciones más destacadas de su época juvenil, en la que le tocó
hacerse cargo del taller de su padre, fueron varias pero destaca la Sagrada
Familia de San Miguel, la escena es tratada como una escena familiar, cuyos
protagonistas marcan una atmósfera doméstica, en este caso Salzillo, inmerso
en la estética de su tiempo, hace de escenas solemnes situaciones cotidianas
despojadas del ritual acostumbrado, en un acertado contraste entre elegancia
palaciega y un arraigado sentido de lo popular. Muestra el gusto por la
complicación de las telas y el intenso colorido. Las formas redondas y suaves se
acentúan en las figuras centrales. Todo el conjunto está tratado con minucioso
naturalismo, cuidando la descripción del más mínimo detalle.
La influencia italiana se aprecia en obras de este período como las
imágenes de San Francisco y Santa Clara del convento de Capuchinas. El
movimiento y la expresión de sus manos les convierten en unas de las
principales obras barrocas en el terreno de la espiritualidad y la mística.
A partir de 1765 se puede hablar de una producción más industrializada.
A partir de 1776 se observa un viraje en la producción de Salzillo incluyendo
algunas notas del neoclasicismo. Muchas cofradías acudieron a Salzillo cuando
se había convertido en maestro indiscutible en el arte escultórico en el Reino
de Murcia.
El Belén es realizado a partir de 1776, el belén es una de las obras más
representativas de la obra de Francisco Salzillo. Está compuesto por 556 figuras
de 25-30 centímetros realizadas en barro cocido, madera y cartón. Basándose
en los Evangelios de San Mateo y de San Lucas, Salzillo va relatando la historia
bíblica del Nacimiento de Cristo, desde la Anunciación a la Huida a Egipto,
compaginando las escenas religiosas con otras de carácter popular o
costumbrista, siendo fiel reflejo de muchas de las tradiciones de la época.
Basado en origen en la tradición del Pesebre napolitano, crearía una auténtica
escuela de belenes que perdura en Murcia hasta nuestros días.
San Jerónimo penitente, en la Catedral de Murcia, es una de las mejores
obras de la imaginería española. Representa al Santo arrodillado, con un
crucifijo en la mano izquierda. De la imagen del Santo fluyen humanidad y
santidad.
Oración en el Huerto es uno de los pasos del Viernes Santo de Murcia.
Está compuesto por dos grupos. En una parte, el ángel que sostiene a Cristo y
en otra, los tres apóstoles, San Juan, San Pedro y Santiago. Cristo aparece
arrodillado, a punto de caer desplomado, su rostro es angustiado y
melancólico. El grupo que forman los Apóstoles es un estudio de actitudes. San
Juan duerme profundamente, Santiago reposa en posición descuidada y San
Pedro, se representa alerta aunque duerme, dando un expresivo matiz de
duermevela y sujetando la espada con la mano. La Caída reproduce el
momento en que Jesús cae agotado por el castigo al que está siendo sometido.
El rostro de Cristo posee una mirada que exterioriza todo su dolor y angustia.
Su obra es el resultado de un cruce de influencias y estilos. Por medio de
su padre Nicolás recibió la influencia de escultores italianos como Bernini,
aunque la obra del escultor francés Antonio Dupar y la tradición española
también estuvieron presentes en su formación. No obstante, el Barroco italiano
fue lo que le marcó más. Con todo esto, el estilo personal de Francisco que
caracterizaría sus obras destacó desde muy pronto, con técnicas como el
terminado del cabello a punta de cincel o su labrado en forma de estrías muy
finas. A diferencia de los grandes autores del siglo XVII, como Montañés o
Gregorio Fernández, Francisco Salzillo no profundizaría en los aspectos
dramáticos de las escenas, ahondando en conceptos naturalistas y de
idealizada belleza que serán ya transición del final del Barroco al Rococó y al
Neoclasicismo. Salzillo creó escuela, la llamada Escuela Murciana de Escultura,
que trascendió a su época y que ha permanecido vigente hasta nuestros días.
Francisco Salzillo es considerado una de las personas más célebres de la
ciudad levantina de Murcia. El primer reconocimiento le llegó en vida, cuando
fue nombrado escultor de la ciudad en 1755. Actualmente, su nombre sigue
siendo recordado en numerosos puntos de la misma. Una de sus arterias
principales, la Gran Vía, lleva su nombre.