TEMA 12: EL ARTE BARROCO. El Barroco fue un período artístico que se desarrolló fundamentalmente durante el siglo XVII y, aproximadamente, la primera mitad del siglo XVIII, constituyéndose en este último siglo el período que se conoce como Rococó. Una de las características más destacadas de este estilo es el uso del arte como factor de persuasión. En los países católicos, el poder religioso vio en el Barroco un aliado de la Contrarreforma. La Reforma luterana había promovido una estricta austeridad en la decoración religiosa, frente a los cual, la Iglesia católica aprovechó las posibilidades del arte como medio de oposición y de evangelización. El absolutismo monárquico utilizó el arte como elemento de propaganda política que exaltara su poder. En las naciones donde había triunfado la Reforma y la burguesía tenía un importante papel social, se aprovechó del sentido realista de la estética barroca para mostrar a los burgueses en sus labores cotidianas. •Las características de la arquitectura barroca Italiana. El Barroco aportó un tratamiento anticlásico y antirracional a los elementos constructivos y decorativos clasicistas. La idea de la teatralidad (la escenografía), el engaño, la generación de imágenes y espacios irreales. – El uso de formas cóncavas y convexas en las fachadas (curvas y contracurvas). – La colocación de elementos que produjeran resaltes y hundimientos favoreciendo efectos de claroscuro y con ello de relieve. – Columnas retorcidas en una forma helicoidal (las columnas salomónicas). – El gusto por las formas curvas generando sensación de movimiento. – La decoración de las bóvedas a base de pinturas con efectos de trampantojo. •Gian Lorenzo Bernini. Nació en Nápoles, pero hacia 1605 se trasladó a Roma, donde además de arquitecto, también trabajó como escultor y pintor. Fue el arquitecto más importante del Barroco italiano y con quien triunfó el nuevo estilo. Construyó el baldaquino. La estructura, realizada casi en su totalidad con líneas curvas, se levantó sobre cuatro columnas salomónicas. La Plaza de San Pedro del Vaticano donde logró sorprendentes efectos de perspectiva. La dividió en dos partes: 1. La más próxima a la basílica de planta trapezoidal, colocando el lado de mayor longitud paralelo a la fachada, con lo que logró un efecto de perspectiva que hacía parecer la fachada aún más ancha de lo que era. 2. La otra parte de la plaza la configuró con dos brazos que formaban un espacio elíptico enmarcado por una columnata de carácter gigantesco en correspondencia con las ideas barrocas de escenografía teatral y de efectos sorpresa que creaba fuertes contrastes de luces y sombras. •Francesco Borromini. Fue el otro gran arquitecto del Barroco romano. Nació en Milán, y trabajó en Roma desde 1620. Sus primeras actuaciones fueron en el Vaticano. Obras: San Carlos de las Cuatro Fuentes, en Roma. Utilizó la planta ovalada con juegos cóncavos y convexos que a través de las paredes se trasladaban en la cúpula. En otra iglesia, Sant´lvo alla Sapienza, en Roma, la planta sigue un esquema centralizado, con planta de estrella de seis puntas, diseñando en tres de ellas una forma cóncava y en las otras tres convexa. Sobre ellas colocó una cúpula sumamente original. •El palacio del poder. Versalles. El prototipo de palacio barroco se creó en Italia, pero su función de ensalzamiento de la figura del monarca se desarrolló en Francia, al ser allí donde se forjó el carácter de la monarquía absolutista. El palacio en el que se desarrolló la estética barroca francesa fue Versalles, más tarde imitado por otros muchos monarcas en Europa. Versalles era el refugio de caza de Luis XIII y había sido construido con la característica planta en “U” de los palacios franceses. Luis XIV, atraído por el lugar, lo amplió en tres etapas sucesivas: – En la primera el arquitecto Louis Le Vau alargó las alas laterales para convertir el refugio de caza en un palacete. – En la segunda ampliación el mismo Le Vau envolvió el antiguo edificio con una nueva construcción, cuya fachada al jardín seguía los modelos barrocos italianos. – En la tercera ampliación el arquitecto Jules-Hardouin Mansart transformó Versalles añadiendo dos alas transversales. En la plata principal se dispusieron amplios salones decorados con paredes de mármol y pinturas al fresco en los techos, exaltando al monarca. El más importante fue la Galería de los Espejos. El jardín ocupaba una gran extensión al oeste del palacio y fue diseñado por André Le Nôtre, que lo estructuró con una serie de avenidas y caminos que formaban un trazado geométrico. Numerosas estatuas y fuentes aludían al poder de Luis XIV. •Escultura barroca en Italia. Gian Lorenzo Bernini. La escultura barroca, al igual que la arquitectura buscaba la exaltación del poder, siendo Italia el centro principal de la escultura de persuasión religiosa, aunque se dieron múltiples ejemplos de obras mitológicas, retratos, etc. la escultura formaba en general parte de una escenografía estudiada, en la que participaban, además de la obra propiamente dicha, la incidencia de la luz, las perspectivas desde los puntos de visualización, etc. Las obras de este período buscaban el movimiento, las curvas y los efectos del claroscuro, como se aprecia en la obra del máximo exponente de la escultura del período: Gian Lorenzo Bernini arquitecto y pintor, además de escultor. Su obra de gran modernidad y transcendencia, alcanzó tal poder expresivo que fue fiel reflejo de los estados de ánimo, del poder de la personalidad de la figura representada. Formado con su padre, pronto comenzó a trabajar para el cardenal Borghese. Sus obras principales son: – La figura de David, donde escogió el momento de máxima tensión. David ya ha empezado a lanzar la piedra con la que golpeará a Goliat, por lo que se retuerce, echándose hacia atrás para impulsar la honda. El rostro refleja el nerviosismo del momento, frunce los ojos y aprieta la boca mientras mira al gigante. – En el grupo de Apolo y Dafne, Bernini escogió de nuevo el momento de máxima tensión, cuando el dios está a punto alcanzar a la ninfa, la cual es transformada por su padre en un laurel para evitar que fuese alcanzada. Bernini plasma en la obra varias contraposiciones, característico en el Barroco: la belleza del cuerpo de Dafne contrasta con la dureza del tronco en que se convierte; el rostro de sorpresa de la ninfa con el rostro del dios, impresionado y frustrado; ya la llegada en carrera de Apolo con la parada súbita de Dafne al quedar anclada al suelo. Ya en su madurez, esculpió el Éxtasis de Santa Teresa. La expresividad de las figuras, junto con el tratamiento de los plegados, contribuyen a la fuerza espiritual de la escultura, para la que Bernini estudió la colocación del grupo con la intención de que la luz ayudase a simular que las figuras flotaban sobre las nubes en las que se apoyan; su ubicación formaba parte de una escenografía teatral. Bernini también esculpió retratos de busto, captando los rasgos físicos y el carácter del personaje, como muestra el retrato de Luis XIV. En sus sepulcros, donde igualmente retrataba al difunto, fijó una nueva tipología, caracterizada por la escenografía barroca, en los que utilizaba el bronce a la vez que mármoles de distinto color. Destacan los sepulcros de Urbano VIII y Alejandro VII. Bernini asimismo realizó varias fuentes en la ciudad de Roma, como la Fuente de los Cuatro Ríos, de gran movimiento y monumentalidad.