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LA NARRATIVA DE POSGUERRA A LA ACTUALIDAD.
1. ETAPA DE POSGUERRA (1940-1970).
La narrativa española de esta época, dejando aparte la producción en el exilio, persigue la búsqueda de nuevas formas que rompan el letargo cultural de los primeros años de la posguerra. La producción de esta etapa suele clasificarse en tres periodos.
1.1 LA NOVELA EXISTENCIAL (1940-1950)
Las condiciones ambientales de la posguerra determinan, fundamentalmente, la temática y las técnicas narrativas de las novelas escritas en este período. Su temática trata sobre el desencanto del ser humano y su destino trágico. Los protagonistas reflejan la miseria de la realidad española de posguerra. Se advierte, sin embargo, la influencia de la picaresca de los Siglos de Oro, y sobre todo, la de Pio Baroja.
Los temas de la novela existencial son:
1.2 LA NOVELA SOCIAL (1950-1960)
La década de los cincuenta marca el inicio de una lenta recuperación económica que lleva implícito un cambio sociocultural. La apertura de España a la comunidad internacional y una censura más tolerante posibilitan la entrada de corrientes literarias que introducen técnicas narrativas nuevas. Los autores llevan a cabo una dura crítica de la injusticia y de las desigualdad de clases; los protagonistas son individuos representativos de la sociedad: obreros, campesinos, mineros…
En este período, escriben sus obras los autores Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio y Juan Goytisolo, entre otros. Con ellos se consolida la renovación de la novela. Sin embargo el gran impulsor de la novela social será Camilo José Cela con “La Colmena”.
Estos novelistas constituyen un grupo generacional comprometido. Se interesa por los problemas humanos y sociales del momento y quieren contribuir a la transformación de la realidad española; de ahí, que la reivindicación social sea el denominador común de todos ellos.
Los novelistas de esta década siguen esencialmente dos tendencias:
Temas:
El tema de la novela social en su conjunto es la propia sociedad española, caracterizada por la soledad individual y colectiva; Una soledad que es fruto de la desconexión entre pobres y ricos, campo y ciudad, y de la división de los españoles a causa de la guerra civil.
El tema de la sociedad española se refleja en tres ámbitos distintos:
1.3. LA NOVELA EXPERIMENTAL (1960-1970)
A finales de los años cincuenta, algunos escritores empiezan a cuestionar la calidad literaria de la novela social. El estilo sencillo, supeditado a la finalidad de denuncia objetiva de los hechos, había empobrecido el subgénero narrativo, y el interés del lector por este tipo de novelas había disminuido.
Estos síntomas de desgaste de la novela social, tanto en sus técnicas narrativas como en su finalidad, dan paso a una renovación total de la novela en la que prima la continua experimentación con elementos formales (lenguaje y técnicas narrativas).
La renovación de la novela
La novela experimental representa un nuevo enfoque en los temas de la novela social y una renovación de las técnicas narrativas.
En cuanto a los temas, el novelista no busca ya la denuncia objetiva de los hechos sino la visión dialéctica de la realidad española, es decir, dar testimonio de la realidad confrontando los diferentes estratos sociales que la componen (ideológicos, sociales…) y, mediante esa confrontación, captar el sentido global de la sociedad.
LA NOVELA EN EL EXILIO.
A causa de la guerra civil una serie de escritores continúa su producción literaria fuera de España, principalmente en los países de América y Europa. Son entre otros, Arturo Barea, Rosa Chacel, Francisco Ayala, Max Aub y Ramón J. Sender.
Estos novelistas pertenecen a la llamada Generación perdida, desvinculada de la sociedad española de posguerra. Algunas de sus obras no han sido conocidas en España hasta el final de la dictadura franquista (1975), debido a la prohibición de sus ediciones.
Los novelistas del exilio producen una narrativa de temática social que enlaza con el realismo de los años treinta; incorporan, además técnicas innovadoras.
Estos novelistas recrean tres temas: El pasado y la añoranza de España y la realidad del exiliado.
A falta de una realidad sobre la que escribir, algunos autores optan por la abstracción y el simbolismo. Sus relatos toman un aire filosófico sobre diversos temas.
Durante los primeros años de esta década continúan editándose obras con las características del período anterior; no obstante, el año 1975 abre un período en la narrativa en el que, abolida la censura, la libertad de expresión se convierte en un factor determinante para la creación artística. Los narradores se alejan de la novela experimental y se decantan por la búsqueda de una voz propia.
Promoción de los ochenta: Juan José Millas, Eduardo Mendoza, Manuel Vázquez Montalbán, Soledad Puértolas…
Se advierte una vuelta a la concepción clásica del relato y la narrativa adquiere las siguientes características: recuperación del gusto por contar historias, organizadas en capítulos; preferencia por el tiempo lineal y cronológico; sencillez y naturalidad del lenguaje…
Temática:
En la novela de los últimos años vuelven a prevalecer las inquietudes existenciales.
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