Portada » Lengua y literatura » Resumen lazarillo de tormes por tratados
En el s. XVI, la difusión de la imprenta y el mayor nivel cultural de la población favorecieron el aumento de la afición a la lectura, que pasó a ser uno de los mayores entretenimientos de la gente cultivada. Para satisfacer ese gusto por la lectura, surgió una literatura de ficción, que gran parte de los lectores consumían con deleite. Hay dos tipos de novela:
De evasión o idealista y realista.
Ambientada en paisajes fantásticos, donde suceden aventuras protagonizadas por personajes poco realistas. Destacan cuatro tipos: Caballerías (Transformación de los poemas épicos medievales, a los que se añaden elementos fantásticos. Destaca Amadís de Gaula. En 1605 Cervantes publica El Quijote). Morisca (Junto al pastor culto enamorado, está presente en este momento otra figura del mismo modo idealizada: la del musulmán caballeroso y galante. Tiene sus precedentes en algunos de los romances del siglo XV, donde ya se idealizaba la figura del árabe. Destaca Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa). Bizantina (Surge a partir de las traducciones de algunas novelas griegas, como Teógenes y Cariclea). Pastoril (Surge en Italia con La Arcadia, y se extiende por toda Europa. Sus características son: naturaleza idealizada; pastores refinados que se cuentan sus problemas de amor; acción complicada y lenta que necesita la magia para solucionarse; lenguaje culto y elaborado).
Intenta reflejar con exactitud el mundo auténtico, real. Sus protagonistas se alejan del héroe tradicional y, a menudo, proceden de las clases sociales más humildes. Destaca la novela picaresca.
Se publicó en 1554. Siempre apareció anónima. Se ha atribuido a varios autores, basándose tanto en el estilo como en su contenido de crítica social y religiosa. Éstas son algunas hipótesis: Muy posible que se tratara de un religioso porque casi toda la crítica que contiene la obra va dirigida contra la mala situación de muchos clérigos; Puede ser que sea un judío converso, un personaje marginado que criticaba a una sociedad en la que prevalecían la injusticia y las falsas apariencias. Tampoco está clara la fecha de composición de la novela. Podría haberse escrito en 1525 o 1550.
Está narrada en primera persona y adopta la forma de una carta dirigida por Lázaro de Tormes a un noble caballero a quien llama “Vuestra Merced”. El objeto de esta carta es explicarle por extenso algo sobre lo que este personaje ha oído rumores, y a lo que llama “el caso”. Comienza así el primero de los capítulos, donde Lázaro cuenta quiénes fueron sus padres y lo que sucedió con el ciego; segundo cuenta su estancia al servicio de un cura en Maqueda; tercero sus días como criado de un hidalgo todelano; en los tratados siguientes cuenta que estuvo al servicio de un fraile de la Merced, de un vendedor de bulas y de otros amos sucesivos; Así se llega al séptimo tratado donde afirma que ha alcanzado “la cumbre de toda buena fortuna” por ocupar el puesto de pregonero en Toledo y estar casado con quien parece ser la querida del arcipreste de San Salvador.
Está claramente desequilibrada porque de los 7 tratados que constituyen la obra, los 3 primeros ocupan la mayor parte del libro. Se debe a que el autor compone su obra tomando como material muchos chistes y chascarrillos populares, y emplea unos elementos narrativos muy comunes en los cuentos populares: reparto de la materia argumental en tres núcleos; la intervención de tres personajes sucesivos.
Inaugura la novela picaresca. El protagonista es el mísero hijo de unos vulgares aldeanos poco honrados, del que su madre se deshace entregándoselo a un mendigo ciego para que le sirva de guía. A partir de ahí, sus hazañas serán maneras de ingeniarse para ir resolviendo día a día el acuciante problema de la subsistencia: qué comer y cómo salir a flote, aunque sea a costa de obrar mal en una sociedad hostil. Ha sido considerado un antihéroe por encarnar las características contrarias a las que encarnaban los héroes literarios hasta el momento. No ofrece una visión realista de la sociedad que describe porque tal visión mostraría tanto los elementos positivos como los negativas. En el Lazarillo, por el contrario, la narración sólo da cuenta de lo negativo, de lo feo y lo miserable.
Un elemento esencial es la forma autobiográfica en que se presenta. Como se trata de una carta, el lector conoce el contenido sólo por las palabras de Lázaro. No se cuenta, por lo tanto, con otro punto de vista más que el suyo, y vemos todo desde esa perspectiva. Y Lázaro juega con este hecho, y nos presenta las cosas tal y como él las veía cuando sucedían, y no como luego supo que eran. Cada vez que Lázaro se engaña por las apariencias, también nos engañamos los lectores, y sólo salimos del engaño cuando lo decide haciéndonos ver la verdad.
Esta presentación nos lleva a otro concepto fundamental de la obra: el hecho de que lo que para Lázaro es una cosa, para el lector puede ser otra. De donde se deduce que no hay verdades objetivas; que las verdades son relativas, y que hay tantas verdades como individuos consideran un asunto. Por otra parte, se da un paso muy importante al hacer que todo lo sacado del folclore, de la tradición, se entrelace al servicio de un fin común: que Lázaro aprenda de cada aventura algo para que cuando le sucede la siguiente, ya tiene una experiencia adquirida en la anterior y obra en consecuencia.
No parece extraño afirmar que la lengua se caracteriza por su sencillez. El autor intenta reflejar el habla común de su época adaptándola a los distintos personajes. La obra cumple con el precepto del decoro poético, que consiste en la adecuación de la lengua de un personaje a su estado social