Portada » Griego » Técnicas y recursos dramáticos en La Fundación
El lugar y el tiempo son indeterminados, (el espacio se nombra como “un país desconocido”, esto es, todos aquellos en los que se dan, se han dado o puedan darse circunstancia similares a las que se describen); con ello se asegura la vigencia de la obra, que podría desarrollarse en cualquier lugar y época, siempre que se haya sufrido la represión por motivos de ideas.
ESPACIO: El espacio en La Fundación tiene un valor simbólico. La cárcel exterior es la cárcel interior. Una cárcel nos conduce a otra. La vida humana es prisión; hay una limitación que define y caracteriza al ser humano, cuyos barrotes pueden ser tan invisibles como los de la cárcel en que están encerrados Tomás y sus compañeros, pero no por ello menos consistentes. La utilización de espacios con función simbólica es un recurso que usa Buero frecuentemente en su obra (por ejemplo, la escalera en Historia de una escalera, el sótano y el tragaluz en El tragaluz). En La Fundación la celda tiene también un significado simbólico.
Cuando el drama se inicia el escenario no ofrece la visión real de esa sórdida cárcel en que se desarrolla toda la acción, sino la fantástica perspectiva de la Fundación que Tomás imagina en su delirio. El espectador ve a través de sus ojos todo el escenario que está situado, por así decirlo en la mente de Tomás. El público ve pues, lo que ve el personaje, que impone un “punto de vista subjetivo” de primera persona a todo el universo escénico.
Así, los petates son cómodos sillones y las paredes, librerías con un ventanal sobre el campo. La Fundación es una habitación elegante y funcional.
La escena, aunque varíe en su configuración por la conversión paulatina en celda de una cárcel, es siempre la misma y existe, por tanto, en la obra, unidad de lugar.
Desde este punto de vista, este espacio cerrado –por muy cómodo que sea- se contrapone a la belleza, a la que continuamente se alude, de un paisaje exterior ideal, ensoñado por Tomás. Conforme este personaje va saliendo de su enajenación mental, los objetos van desapareciendo o se transforman. Precisamente, uno de los logros formales de la obra consiste en ver cómo desaparecen los objetos ideales del decorado, sustituidos lentamente por las desnudas paredes de la celda, al mismo tiempo que se va produciendo esa transformación en Tomás: su toma de conciencia de la realidad que le rodea. El espacio es por tanto un elemento fundamental en el desarrollo de la trama, ya que refleja con sus cambios, la evolución de Tomás y de la historia.
La transformación del espacio escénico va acompañada de sustanciales cambios en la luz que pasa de una “irisada claridad, un tanto irreal” del principio a una agria “claridad gris y tristona” cada vez más cruda. Cuando el proceso, lento y progresivo, llega a su desenlace, el paisaje tras el ventanal se oscurece “casi hasta la negrura” y Tomás admite la desaparición de la Fundación. Tomás será el personaje que está siempre en escena; si él faltase,
3.7. Técnicas
– El “efecto de inmersión”: un recurso escénico que ya había utilizado anteriormente. Técnicamente se trata de uno de los mayores hallazgos de Buero, con él busca introducir al espectador dentro de la propia obra, en el interior de los propios personajes, mostrándonos la realidad a través de los ojos de estos.
— Comienzo in medias res: el espectador ingresa en el argumento in medias res, cuando ya ha sucedido gran parte de los acontecimientos, cuando la historia se halla casi al término muy próxima a la resolución final: Tomás es un preso que tras sufrir tortura ha delatado a sus compañeros de celda. Como no puede soportar la culpa inventa un mundo. Cuando comienza la obra, la historia de la delación de Tomas y la condena a muerte de los personajes está próxima a su fin.
— La escenografía, decorados y lenguaje escénico: los elementos del escenario y el decorado adquieren un papel revelador. Son ellos con su transformación los que van mostrando a Tomás la realidad, produciendo un paulatino acceso a la misma, un acceso que resulta torturador y dramático. La realidad se va manifestando progresivamente a través del lenguaje escénico, al ritmo que marca el personaje, gracias a una serie de pruebas que descubren finalmente la verdad: la celda.
— Ruptura de la linealidad cronológica: la obra carece de linealidad cronológica: esta es sustituida por una estructura temporal en la que el pasado va siendo referido al lector en el momento más oportuno.
— Estructura circular y final abierto: la estructura de la obra es circular y el final abierto. Se parte de una situación a la que se vuelve. Cuando Tomás y Lino abandonan la celda un nuevo grupo de hombres entra en esa misma celda y la ve como una fundación.
La estructura circular se apoya en una serie de recursos escénicos como las ya mencionadas decoración y música. ”. También la música vuelve a sonar igual que al principio, se escucha de nuevo la Pastoral de Rossini. Así se está mostrando que una vez acabada, la historia vuelve a empezar: una fundación nos lleva a otra. El símbolo de la fundación continúa. En cuanto al final, deja un resquicio a la esperanza, es posible, al menos, tener esperanza. El espectador no sabe si Tomás y Lino serán ejecutados o lograrán fugarse, lo que supone un desenlace en cierta medida esperanzador.
— Hay un gran simbolismo, el espacio escénico es simbólico, la cárcel real es un símbolo de las múltiples cárceles que alienan al ser humano. La música y la pintura adquieren también en la obra una dimensión simbólica contribuyendo a subrayar el significado de la historia. Los hologramas de Tulio inciden en el tema de la realidad ilusoria. El mal olor del cuarto de baño que no funciona (un compañero muerto) es una metáfora de que lo que se ve no es lo que es. Las apariciones de Berta (novia de Tomás) tienen también valor simbólico, ella es el otro yo de Tomás, que simboliza la aspiración y la felicidad de este.