Portada » Religión » Las 5 religiones mundiales
Creencia en un Ser Supremo, con el cual el hombre siente la necesidad de relacionarse.
La conciencia de que existe Dios crea un ámbito sagrado, de proximidad de lo divino.
El hombre procura llevar una conducta adecuada a su creencia. Así descubre el sentido del bien y del mal. Las diversas religiones ofrecen unas normas morales determinadas que invitan al hombre a seguir el bien y a evitar el mal.
Dios descubre al hombre que su vida es trascendente, sea a través de la reencarnación o de la resurrección y vida eterna.
Las religiones afectan no solo al individuo, sino a la convivencia social entre los hombres.
Su origen es antiquísimo y reconoce varias etapas diversas en su formación. Sus primeros libros, llamados Vedas datan de unos 2000 años antes de Cristo. Sus antecesores son el Vedismo y el Brahmanismo. El Hinduismo recibe este nombre unos 3 siglos antes de Cristo. No se reconoce un fundador ni un origen preciso.
Una figura sobresaliente del hinduismo ha sido el Mahatma (alma grande) Ghandi. Fue el líder de la lucha pacífica por la libertad de la India, hasta conseguir la independencia de esta antigua colonia británica en el año 1947.
En el siglo VI antes de Cristo lo funda Siddhartha Gautama, también llamado “Buda”, que significa “el Iluminado”. Su padre, resguardó a su hijo del mundo exterior y lo confinó al palacio donde rodeó a Gautama con placeres y riqueza. A pesar de los esfuerzos de su padre, Gautama un día vio el lado más oscuro de la vida en un paseo que dio fuera de las paredes del palacio.
Vio cuatro cosas que cambiaron su vida para siempre: un hombre anciano, un hombre enfermo, un hombre muerto y un mendigo. Profundamente conmovido por el sufrimiento que vio, se decidió a dejar el lujo de la vida de palacio y comenzó una misión para buscar la respuesta al problema del dolor y del sufrimiento humano. A la edad de 29 años, abandonó secretamente a su familia y durante seis años se dedicó a una vida de meditación y de renuncias, hasta que un día tuvo una iluminación (de ahí, Buda) que le mostró el camino para conseguir la felicidad. Su libro sagrado es El Vinaya.
En relación a Dios, Buda enseña que nada se puede decir de Él, dada su infinita trascendencia, por lo que se recomienda el “silencio”. Por ello, más que una religión, el budismo es una moral que enseña un determinado tipo de conducta con el fin de tener una vida feliz. Buda nunca habló de él como de una deidad, esta costumbre fue tomada por sus seguidores cientos de años después.
Es fundado por Mahoma, hacia el año 600 después de Cristo. Mahoma nace en La Meca hacia el año 570 d.C. Su padre, comerciante, muere antes de que naciera y su madre muere a sus 6 años. Se educa con su abuelo y un tío, también comerciante. A los 25 años de edad se casa con una viuda rica quince años mayor que él y tiene a su única hija, Fátima. Desde allí hasta los 40 años, no hay nada de extraordinario en su vida de comerciante. A esa edad Mahoma siente una profunda inquietud religiosa; se dedica a la meditación y vive una vida retirada. Ayuna en una cueva cercana a La Meca durante el mes de Ramadán, y allí, en el año 610, cree recibir un mensaje del Arcángel San Gabriel, que le asegura que viene de parte del único Dios, Alá, para comunicarle una nueva religión. Mahoma desarrolla una gran actividad para extender esa religión y pretende conseguir el poder político. Para ello propone la doctrina de la “guerra santa”. El año 631 es dueño de Arabia, y el Islam se convierte en la religión oficial de ese estado. Mahoma identifica religión y estado. El Islam contiene una amplia doctrina sobre Dios y propone unas normas de conducta: la doctrina musulmana, que está contenida en El Corán, su libro sagrado, que Mahoma dijo haber recibido de Dios.
Un sector de la religión musulmana ha caído en actitudes extremas e intransigentes. Es el llamado “fundamentalismo islámico” que pretende imponer los principios religiosos del Corán, incluso recurriendo a la violencia y la represión contra los que no los cumplen. Esta es la principal causa de violencia en algunos países árabes. Pero es importante no confundir este extremismo de algunos con el conjunto de la religión musulmana.
El término designa al pueblo judío y a la religión judía, estrechamente unidos en la historia. Los Patriarcas vivían en Canáan antes del 1700 A.c. Abrahán, Isaac y Jacob son el punto de partida de las intervenciones de Dios en la historia de este pueblo. Estas tribus adoran a un Dios personal, creador del universo. Se revela a través de la vida y palabras de los profetas. Es un Dios de amor que hizo alianza de amistad a través de Abrahán y luego de Moisés. Fueron el “pueblo elegido” por Dios para revelar la fe. Su libro sagrado es “La Toráh”. También tienen el “Talmud” que es una colección judía de prescripciones religiosas y de tradiciones del tiempo post bíblico.
Hay que amar, respetar y defender la “libertad religiosa” de las personas. Sin embargo, esto no significa que todas las religiones sean igualmente verdaderas ni que dé lo mismo una que otra en orden a la Salvación. Si fuera así, la Redención alcanzada por Jesucristo habría sido un empeño inútil.
“La Iglesia católica nada rechaza de lo que en estas religiones hay de verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque discrepan en muchos puntos de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad (Jesucristo) que ilumina a todos los hombres” (Declaración Nostra Aetate, N° 2).
Ver también los números 811 al 866 del Catecismo de la Iglesia Católica.
Es una religión revelada. Dios se reveló a los hombres, sin que fuese buscado por ellos. Las demás religiones tiene su origen en hombres que buscaban a Dios. En la cristiana, Dios es quién va al encuentro del hombre.
Al único Dios se puede llegar por la razón, pero a la intimidad de un Dios que se revela como tres personas (Padre, Hijo Y Espíritu Santo) solo se llega por la Revelación del mismo Dios.
Dios salva al hombre, lo redime. Las demás religiones buscan la salvación, Jesús la ofrece con su sacrificio redentor. No obstante el hombre debe colaborar con sus buenas obras para aplicar a su propia vida la salvación alcanzada por Jesucristo.
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