Portada » Ciencias sociales » Evolucion del desarrollo comunitario
“… concepto que considera el bienestar general de los seres humanos como foco y objetivo de la acción para el desarrollo.
Entraña la aplicación del aprendizaje para mejorar la calidad de vida”. En el informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI de la UNESCO, La educación encierra un tesoro, se conceptualiza la educación para el desarrollo como aquella que: “… deberá permitir que cada persona se responsabilice de su destino a fin de contribuir al progreso de la sociedad en la que vive, fundando el desarrollo en la participación responsable de las personas y las comunidades… Sin embargo, ese desarrollo responsable no puede movilizar todas las energías sin una condición previa: facilitar a todos, el “pasaporte para la vida” que le permitirá comprenderse asimismo, entender a los demás, y participar así en la obra colectiva y la vida en sociedad”.
Para ello, la educación básica para todos ha de basarse en cuatro pilares fundamentales:
En la sociedad actual, sobre todo en entornos urbanos, lo comunitario es un valor en crisis. Todo individuo o familia se inserta en un colectivo social, y éste interviene de forma muy directa en los procesos de socialización. En línea con la descohesión social y la crisis de valores comunitarios, han aparecido conceptos alternativos al de comunidad, que buscan un reflejo más realista de la situación actual de muchos colectivos de personas. Se trata de los conceptos de red social, grupo, colectivo y barrio. La “Red Social”
Se define como el conjunto de relaciones humanas que el individuo establece con otras personas, y que no tienen necesariamente como referente espacial o territorial el lugar de residencia. Sería el conjunto de relaciones humanas que tienen un impacto duradero en la vida de un individuo. Cada persona puede tener varias redes sociales, más o menos coincidentes, según los ámbitos en los que transcurre su vida social. El análisis de las redes sociales de un individuo puede ser muy importante en el caso de problemas de inadaptación social, siendo conveniente analizar las siguientes dimensiones: El tamaño: número de sujetos que conforman la red social de una persona determinada; La composición: diversidad de personas que componen la red (familiares, amigos, compañeros,…); Densidad: número de vínculos existentes dentro de una red, que será más densa según aumente el número de interconexiones entre sus miembros; Reciprocidad o direccionalidad: grado en que el apoyo es dado y recibido por una persona; Frecuencia: periodicidad con la que cada miembro de la red mantiene contactos con el resto; Duración: extensión de la relación de la persona con su red. Indica estabilidad de las relaciones; Intensidad: fuerza con la que es percibido el estímulo de la red por el individuo; Multiplicidad: vínculos de la red que cumplen más de una función, ofreciendo diversos tipos de apoyo; Dispersión: indica la facilidad o dificultad para contactar con los miembros. El apoyo que recibimos de las personas de nuestra red social puede clasificarse en seis categorías: emocional, material, informativo, asistencia física, participación social, y evaluación; El educador social debe concretar todos estos elementos operativos en cada comunidad realizando el correspondiente diagnóstico socioeducativo, a partir del cual se elaborará el programa de intervención;
Desarrollo comunitario es un proceso o intervención que se realiza para la consecución del bienestar social de una población, con la participación directa y activa de ésta en el análisis, concienciación y resolución de los problemas que afectan a la comunidad, partiendo por tanto de la propia comunidad y de la utilización, potenciación o creación de los recursos de la misma.
Siglo XVIII.- Los “Pueblos cooperadores” de Robert Owen. Siglo XIX.- La Charity Organization Society (COS). En Inglaterra, 1860; El “Movimiento de los establecimientos (settlements)”. Inglaterra, 1884.
Primera Década.- Se organizan los “Consejos de Bienestar de la Comunidad” en los EEUU. Años 20.- la intervención comunitaria se origina en esta década en Estados Unidos de la mano de los “Consejos locales de planeamiento de la comunidad. Creación de las “Misiones Mexicanas” como primeros intentos de mejora de las comunidades rurales en América Latina. Años 40.- Se formaliza el método de intervención social y se dan los primeros intentos de reconocimiento del trabajo y la educación social como profesión. Años 50.- A mediados de esta década, los organismos especializados de Naciones Unidas (UNESCO, OIT, FAO, OMS) comienzan a promover los Programas de Desarrollo Comunitario como forma de contribuir a los cambios socioeconómicos necesarios. Años 60: Primeros Programas de Desarrollo de la Comunidad como instrumentos de la acción gubernamental en Asia, África y América latina. El desarrollo comunitario, hasta entonces limitado a zonas rurales, se extiende a los ámbitos urbanos. En España, las experiencias de Cáritas son precursoras del desarrollo social comunitario en nuestro país. Se realizan los primeros estudios sobre la realidad social. Años 70.- Surgen los “Programas de Promoción popular”, para integrar a los marginados en la sociedad global. Se extiende la influencia de las prácticas de la Pedagogía liberadora de Freire. En España, a consecuencia del cambio político, se impulsan los Servicios Sociales y aumentan las experiencias de desarrollo comunitario. Años 80 y 90.- El Consejo de Europa desarrolla su proyecto Educación de adultos y desarrollo comunitario. Se extiende la práctica del desarrollo comunitario. El lema es “piensa globalmente, actúa localmente”.
Tendencias actuales.- Crecimiento de la iniciativa social (ONG´s, asociaciones ciudadanas) y del voluntariado. Influencia de las demandas de los movimientos antiglobalización. Aunar esfuerzos de servicios y técnicos (públicos y privados) constituyendo “redes de apoyo social” a poblaciones en riesgo, coordinadas y multiprofesionales. Surgimiento de experiencias innovadoras para dar respuesta eficaz a los nuevos problemas mundiales de exclusión social, que defiendan y fortalezcan la comunidad (empowerment) frente al resquebrajamiento del estado del bienestar que se aprecia en las sociedades más desarrolladas.