Portada » Historia » Qué tratado puso fin al pacto de familia entre españa y francia
Carlos I heredó un extenso territorio:
De su abuela María de Borgoña, los Países Bajos, Luxemburgo y el Franco Condado; de su abuelo Maximiliano, el archiducado de Austria y el título de Emperador de Alemania; de Isabel la Católica, Castilla, Navarra, Canarias, las posesiones del norte de África y los territorios americanos; y de Fernando el Católico, los reinos de la Corona de Aragón.Con Carlos I la corona española quedó en manos de la dinastía de los Habsburgo, o de los Austrias. El rey llegó a España en 1517. El nombramiento de nobles extranjeros para los altos cargos, como el de Adriano de Utrecht como regente del reino, y su partida para ser coronado emperador en 1520 tras haber convocado cortes para obtener fondos para el viaje, provocaron la sublevación de las principales ciudades castellanas con Toledo a la cabeza. En estas el poder municipal fue sustituido por comunas, (de ahí el nombre de Comunidades)
Integradas por artesanos, comerciantes y miembros de la baja nobleza y el bajo clero.
Entre sus reclamaciones destacan: el regreso de Carlos a España, la exclusión de extranjeros de cargos políticos, mayor protagonismo de las cortes, protección al comercio de la lana, reducción de impuestos… El conflicto se radicalizó y se convirtió en rebelión antiseñorial, por lo que la nobleza, hasta entonces al margen, unió sus fuerzas a las del rey y los comuneros fueron derrotados en Villalar (1521)
y sus líderes (Padilla, Bravo y Maldonado) ajusticiados. A pesar de su victoria Carlos se deshizo de la camarilla de flamencos y prestó más atención a los asuntos castellanos.El movimiento de las Germanías (1519-1522)
Se inició en Valencia y se extendió a Murcia y Mallorca.
Desde el principio tuvo un carácter social. El rey había confirmado a los artesanos el permiso para formar una milicia –Germanía- en caso de ataque de los piratas berberiscos. Tras reunirse en junta, proponen la reducción de los privilegios de los nobles, el conflicto se radicaliza hasta llegar a la rebelión cuando muchos nobles abandonan las ciudades ante la llegada de un brote de peste y las germanías se hicieron con el poder municipal.
El Ejército imperial, con el apoyo de la nobleza acabó con la rebelión. Como en Castilla la alianza entre monarquía y nobleza se consolidó.
Felipe II solo recibió una parte de la herencia paterna pues Carlos, consciente de la dificultad de gobernar tan distintos territorios, tras retirarse a Yuste en 1556, dejó el titulo imperial y la corona de Austria a su hermano Fernando. A pesar de ello Felipe reunirá en su persona un imperio mayor que el de su padre, porque a los territorios de Castilla (incluidos los del Nuevo Mundo y el Pacifico), de Aragón con sus territorios italianos y los Países Bajos, añadió Portugal y su imperio ultramarino, herencia que recibió a través de su madre, Isabel de PortugalEn 1578 murió el rey de Portugal, Sebastián I, sin descendientes directos. El trono pasa a tu tío abuelo, el Cardenal Enrique, que muere dos años después también sin descendientes. Siguiendo la línea sucesoria el heredero legítimo era Felipe II, lo que significa la unión dinástica de ambas coronas y por tanto la unidad ibérica. Parte importante de la nobleza y los grandes comerciantes portugueses pensaban que la unión podía traer importantes beneficios políticos y económicos. Las clases populares portuguesas, sin embargo, no veían con buenos ojos la anexión a España. Finalmente, Felipe II decidió la invasión de Portugal que encargó al Duque de Alba. Las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas resistencia.
Tras la abdicación de su padre, asentó su Corte en Madrid.
La monarquía hispánica del siglo XVI debía gobernar territorios con diferentes leyes, instituciones y tradiciones, mientras que seguían existiendo poderes paralelos al de la corona como el de la nobleza, la iglesia, las ciudades o las cortes. En ambas cuestiones los Austrias van a continuar la política de los RRCC, afirmando su autoridad mediante un progresivo control de estos poderes y adoptando un gobierno basado en sínodos (polisinodial) o Consejos.
La nobleza será sustituida en las tareas de gobierno por hombres formados en las universidades, y en las acciones militares por ejércitos mercenarios. Ira poco a poco convirtiéndose en una nobleza cortesana. Al mismo tiempo la necesidad de ayuda militar del Papa permitirá un mayor control sobre la Iglesia.
Las Cortes, dejarán de reunirse a medida que se dispone de otros recursos, como la plata de América o los créditos de los banqueros y los concejos de las ciudades estarán cada vez más controlados por los corregidores reales.En cuanto el sistema de gobierno está decir constituido por sínodos o consejos:
EL Consejo de Estado, presidido por el rey se ocupa de asuntos de política exterior y cuestiones de estado; los Consejos Territoriales de Castilla, Aragón, Italia, Indias, Portugal y Flandes; los Consejos asesores, que tenían competencia en todos los reinos como el Consejo de Estado, Hacienda o Inquisición, Ordenes Militares y el de guerra, separado por Felipe II del Consejo de Estado.En el ámbito territorial la diversidad era grande, aunque algunas instituciones eran similares en varios territorios: Los virreyes que suplían al monarca en algunos territorios y las Audiencias que funcionaban como tribunales de justicia. Pero cada uno de estos territorios tenía sus propias leyes, instituciones de gobierno, idioma, fronteras, etc.
A lo largo del siglo XVI se dio en la Península Ibérica una etapa de crecimiento demográfico y económico.
La población se incrementó, alcanzando los 8 millones de habitantes a finales de siglo.
Se amplió el espacio de cereales y viñedo a costa de bosques aunque la ganadería siguió siendo la base de la economía castellana. Las actividades artesanales seguían siendo escasas.
La demanda de productos aumentó en parte debido a los colonos americanos, además, la conquista americana permitió el intercambio de productos agrarios. Aunque el oro y la plata fueron las mayores riquezas que se extrajeron de América. Los nuevos territorios supusieron una importante fuente de ingresos para Castilla, y especialmente para la Corona. Pero España desaprovechó la buena coyuntura económica y empezó a quedar relegada mientras que otros países como Francia, Inglaterra y Holanda iniciaban su despegue económico. Los gastos de las Guerras acabaron provocando la ruina de la Hacienda real, el endeudamiento y el aumento de la presión fiscal provocaron la ruina de los sectores productivos. El crecimiento económico se tradujo también en una peligrosa subida de precios.
A mediados de siglo comenzaron a aparecer los primeros síntomas de crisis.En cuanto a la sociedad, se mantuvo la sociedad estamental tripartita de la Edad media, (nobleza, clero y pueblo llano) destacando la diferenciación de un grupo de nobles
: los Grandes de España, una élite instituida por Carlos I tras su coronación como emperador, su número aumentó con el tiempo, gozaban de ciertos privilegios y desempeñaban altos cargos militares y diplomáticos. También se generalizó el requisito de la limpieza de sangre para acceder a determinados cargos o instituciones. Esto trajo consigo el rechazo de prácticas fundamentales para el desarrollo económico como el comercio que eran repudiadas como propias de judíos o conversos. Mientras en los países protestantes mejoraba la consideración del trabajo de artesanos y mercaderes en España eran estimadas incompatibles con el honor.
8.5. Cultura y mentalidades en la España del siglo XVI. La Inquisición.
En el siglo XVI España se movió entre el espíritu humanista del Renacimiento y la ortodoxia de la Contrarreforma.
Paralelo al desarrollo artístico se produce un desarrollo de la cultura, pasándose de la escolástica bajomedieval al humanismo renacentista, en el que tuvo una gran influencia Erasmo de Rotterdam y que se desarrolla en las nuevas universidades como la de Alcalá de Henares y la de Salamanca. La política internacional de Carlos I y la expansión ultramarina estimuló la atención a los problemas de las relaciones internacionales, destacando el dominico Francisco de Vitoria como uno de los creadores del derecho internacional.
Las conquistas también contribuyeron al desarrollo de la navegación, la geografía y las ciencias naturales.
Pero el triunfo de la Reforma protestante en territorios europeos provocó un cambio de actitud mental, coincidiendo con el acceso al trono de Felipe II.
Se fundó la Compañía de Jesús que representaba el espíritu combativo frente a los protestantes y que desarrollará una activa labor misionera en América. La Inquisición se convirtió en un instrumento contundente contra el protestantismo. En 1553 la Inquisición publicó el primer Índice de libros prohibidos y cinco años más tarde se instauró la censura. Cualquier manifestación de heterodoxia podía llevar a la cárcel. En 1558 surgieron en Sevilla y Valladolid dos brotes de protestantismo en torno a grupos de intelectuales y nobles. Se detuvo a los sospechosos y los principales cabecillas fueron ejecutados. El mismo Felipe II acudió al auto de fe celebrado en Valladolid para manifestar su posición frente al protestantismo. A pesar de todo la Inquisición era una institución popular y apreciada por el conjunto de la sociedad.
Con Felipe III (1598-1621)
se inició la práctica de la privanza o delegación de las cuestiones de gobierno en manos de un hombre de confianza: el privado o valido. El valido carecía de cargo oficial, pero en la práctica actuaba como un auténtico primer ministro. El valido de Felipe III fue el duque de Lerma, político mediocre y ambicioso que colocó en todos los cargos importantes a sus parientes y amigos y convenció al rey de trasladar la capital a Valladolid, en 1600. Le sucedió en la privanza, su hijo el Duque de Uceda, que no fue capaz de solucionar los graves problemas de España. El hecho más destacado en política interior durante el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos decretada en 1609.Muy diferente a los anteriores fue el Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV (1621-1665)
, que tenía una gran inteligencia política y una sincera voluntad de reforma, aunque sus proyectos más importantes no se llegarán a realizar.
Puso en marcha una serie de reformas (Unión de Armas)
para aumentar los recursos de la monarquía, además intentó implantar como sistema de organización política el modelo castellano en todos los territorios. La propuesta provocó el rechazo general produciéndose importantes enfrentamientos. Estos sucesos acentuaron la impopularidad del valido y en 1643 Felipe IV le apartó de la política, siendo sustituido por Don Luis de Haro, pero su caída no fue suficiente para restablecer la paz social.Durante la primera parte del reinado de Carlos II (1665-1700)
ejerció la regencia su madre, Mariana de Austria, quien confió el gobierno a validos como el jesuita alemán Nithard o a Fernando de Valenzuela.
Durante la mayoría de edad de Carlos II primero gobernó Juan José de Austria, enemigo de la reina madre, y posteriormente el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa, que llevaron a cabo una acertada política financiera de reducción de impuestos y contención del gasto público que acabará con la crisis del XVII
En el siglo XVII, debido a la política imperialista del siglo anterior, España y sobre todo Castilla, sufre una profunda depresión económica y un notable descenso demográfico al que se suma el desprestigio de los monarcas que delegan su poder en manos de validos.
El reinado de Felipe IV se desenvolvió en un escenario internacional de guerra permanente (Guerra de los 30 años) que dejó arruinado al país y le llevo a un estado de revueltas internas. Para afrontar la situación el Conde Duque de Olivares puso en marcha una serie de reformas para aumentar los recursos de la monarquía como la Unión de Armas, un ejército común financiado por los diferentes reinos; además se intentó implantar como sistema de organización política el modelo castellano en todos los territorios. La propuesta provoco el rechazo general produciéndose importantes enfrentamientos.El 7 de junio de 1640 se produjo en Barcelona el denominado Corpus de Sangre, que empezó como un altercado entre segadores y funcionarios reales y que derivó en un motín general. El virrey, el conde de Santa Coloma, fue asesinado, y los funcionarios reales perseguidos. Felipe IV envió un ejército de 30.000 hombres y los catalanes pidieron ayuda a Francia. En enero de 1641 Cataluña se sometió a la protección de Francia. La crisis económica, unida a un nuevo brote de peste y a la opresión francesa provoco el agotamiento de los catalanes que se rindieron en 1652, con la condición que se respetaran sus antiguos fueros.Paralelamente a la sublevación catalana se produjeron conatos de rebelión en otros lugares.
En 1641 se produjo en Andalucía una conspiración dirigida por el Duque de Medina Sidonia, que fue aplastada.
Las Cortes portuguesas, aprovechando la rebelión catalana, proclamaron rey al Duque de Braganza con el nombre de Juan IV. Todos los intentos de España por recuperar el dominio de Portugal fracasaron (derrota de Villaviciosa en 1665). La nueva monarquía portuguesa se consolidó con la ayuda de Francia e Inglaterra y España tuvo que reconocer, finalmente, su independencia en 1668 en el reinado de Carlos II. Estos sucesos acentuaron la impopularidad del valido y en 1643 Felipe IV le apartó de la política, pero su caída no fue suficiente para restablecer la paz social.
En el reinado de Felipe III se interrumpió la tendencia belicista del siglo anterior.
La muerte de Isabel I de Inglaterra posibilitó la paz con este país y la ruina financiera de la corona obligó a firmar con Holanda la tregua de los Doce años (1609-1621).
Pero desde 1618 un conflicto entre el emperador Fernando II y los príncipes protestantes alemanes derivó en un estado de Guerra general europeo, “La guerra de los Treinta años”, con dos grandes bandos: Los Habsburgo austriacos y españoles, que pretendían mantener su hegemonía en Europa, y las potencias rivales, lideradas por Francia.
A partir de 1621, año que finalizó la Tregua de los Doce años, se renovaron las hostilidades entre España y Holanda.
En 1648 acabó la guerra de los Treinta años, con la paz de Westfalia, España reconoció la independencia de las provincias Unidas (Holanda), continuando en solitario la guerra contra Francia hasta 1659, cuando por la Paz de los Pirineos cedió a Francia el Rosellón, la Cerdaña, la región del Artois y algunas plazas flamencas.
España perdió así su hegemonía en Europa.Durante el reinado de Carlos II se reconoció la independencia de Portugal, 1668.
Por otro lado, España fue víctima de la política agresiva y expansionista de Luis XIV. En la Paz de Aquisgrán (1668) España cedió a Francia Lille y otras plazas fronterizas.
Por la paz de Nimega (1678) España entregó a Francia el Franco Condado y otras plazas flamencas.
Francia emergía como la indiscutible potencia europea, España quedaba relegada a un segundo plano en el escenario internacional. . Al final del reinado de Carlos II, España se ve envuelta nuevamente en las disputas de las grandes potencias que pelean por obtener la sucesión española (Guerra de Sucesión 1702-13).
El siglo XVII fue una etapa de depresión económica en casi toda Europa. En España el esfuerzo bélico realizado durante el siglo anterior y las guerras que se dieron durante el siglo XVII llevaron a la hacienda real a una situación de endeudamiento constante, agravado por la disminución del volumen de metales preciosos procedentes de América y la disminución del comercio colonial por el contrabando y la mayor autosuficiencia de las colonias.
Esto llevó a la corona a buscar nuevas fuentes de ingresos como la creación de nuevos impuestos, la venta de cargos públicos o la venta de privilegios nobiliarios
La crisis económica se agravó por el descenso demográfico causado por: el aumento de la mortalidad debido la propagación de epidemias y las guerras constantes; las dificultades económicas que provocaron la escasez de matrimonios;
El aumento del número de clérigos;
Y el incremento de la emigración.
Esta situación se vio acentuada por la expulsión de los moriscos, (1609), sobre todo en Valencia y Aragón.La recesión económica se manifestó en la caída de la producción agraria, la disminución de la ganadería y de la industria textil castellana.
La crisis afectó a todas las capas sociales.
La nobleza, que aumento a consecuencia de las ventas de títulos, vio disminuir sus rentas y tuvo que endeudarse para mantener su nivel de vida.
El número de religiosos creció, no por el aumento de vocaciones sino por la necesidad buscarse un medio de vida.
El campesinado fue el sector más afectado, sobre todo en Castilla, muchos campesinos se vieron obligados a vender sus tierras y a emigrar.
La escasa burguesía abandonaba sus negocios e invertía en tierras, señoríos y rentas fijas, incluso compraba títulos nobiliarios.
Pero hacía 1680 la crisis se puede dar por finalizada, se registró un aumento de la natalidad, mayor en el litoral que en el interior, y una lenta aunque constante recuperación de la de la producción y el comercio en parte consecuencia de medidas como la devaluación de la moneda. Esto condujo a una expansión demográfica y económica en la centuria siguiente.
La expresión cultural del siglo XVII está representada por la cultura barroca, ya que sus manifestaciones reflejan la visión del mundo propia de una época conflictiva, en un escenario de crisis general que contrastaba con el optimismo renacentista. Como en toda época de crisis existía el riesgo de que el descontento social desembocara en rebeliones y protestas, por lo que los poderosos, monarquía, Iglesia y nobleza, se sirvieron de la cultura como instrumento de dominación ideológica, sobre todo a través del arte y el teatro, principales medios de comunicación de la época.
Esta cultura se va a caracterizar por ser propagandística, ya que exaltará los valores de quienes controlan el poder, y conservadora, pues tiende a mantener el orden social establecido. Está dirigida a las masas, salvo algunas manifestaciones literarias, ya que pretende captar la voluntad del pueblo, que al tener escasa cultura tiene un contenido aparatoso y emocional buscando impactar y conmover.
En España se superó en la producción literaria y artística, el alto nivel alcanzado en la centuria anterior lo que ha justificado la denominación de Siglo de Oro a la mayor parte de este periodo. En el arte, la religión tuvo una gran difusión a través de la imaginería a nivel popular. Los grandes pintores de la época también produjeron obras de carácter religioso, pero igual que en otras partes de Europa las alternaron con otras de carácter secular. Como hicieron Ribera, Zurbarán, Murillo y Diego De Velázquez, pintor de Felipe IV.
En literatura destacan autores como Miguel de Cervantes, Góngora, Quevedo, Lope de Vega o Calderón de la Barca.
En general en la literatura barroca fue frecuente el tema del desengaño, de la caducidad de la vida y de la vanidad de las ilusiones terrenas.
La muerte sin descendencia de Carlos II, en 1700, provoca una lucha en Europa por la sucesión española entre los Borbones (franceses)
y los Habsburgo (austríacos).
Otras potencias como Holanda o Inglaterra quieren evitar que una de las dos naciones se convierta en una gran potencia. En España la opinión también estaba dividida: algunos apoyan a los Borbones porque piensan que traerán una política más centralista y equilibrada en el reparto de las cargas (Castilla). Otros apoyan a los Habsburgo porque quieren que se continúe el respeto a los fueros de los reinos (Aragón).
En un primer momento las potencias europeas aceptan el testamento pero la injerencia de Luis XIV en la política española termina desencadenando la guerra que va a extenderse a buena parte de Europa (1702-1714).En España no se inicia hasta 1705, cuando la corona de Aragón se levanta contra Felipe V y reconoce rey al pretendiente austriaco: el archiduque Carlos. La guerra acaba cuando Carlos es elegido emperador de Alemania, tras la muerte de su hermano, lo que plantea una nueva amenaza para Europa e Inglaterra presiona para firmar la paz. En España la guerra finaliza con la victoria de Felipe V, tras una dura resistencia de Cataluña.Para conseguir la paz, firmada en Utrecht (entre 1712 y 1714), con el resto de las naciones, Felipe debe hacer amplias concesiones:
Renuncia a todo derecho a la sucesión francesa; cede sus territorios europeos a Austria (Países Bajos, Nápoles y Sicilia), a Saboya (Cerdeña) y a Inglaterra como Gibraltar y Menorca; además de algunos derechos comerciales para este último paíscomo el “asiento de negros” y el Navío de Permiso. La pérdida de los territorios europeos permite a España centrarse en los problemas internos y abandonar una política imperialista que había agotado sus recursos humanos y económicos. Tras la firma de la paz de Utrecht se establece en Europa un equilibrio de poder entre las diferentes potencias, que se mantendrá vigente hasta las guerras napoleónicas.
En España el ascenso de una nueva dinastía de origen francés trajo importantes cambios en la estructura del estado, planteándose reformas para modernizar la administración, reforzar el poder real y fomentar la actividad económica.
Felipe V, ( 1700-46), tuvo un largo reinado interrumpido por la abdicación en su hijo Luis I en 1724, pero la muerte de este le obligó a volver a reinar.
Unificó la organización del Estado mediante los Decretos de Nueva Planta e invirtió grandes esfuerzos en la recuperación de la marina de guerra.
Su segundo matrimonio, con Isabel de Farnesio, obsesionada por obtener reinos para sus hijos, le impulsó a una política exterior agresiva.
Fernando VI,( 1746 – 49), inauguró una época de neutralidad en la política exterior.
Su secretario más importante fue el Marques de la Ensenada que puso en marcha un programa político que comprendía:
La reordenación de la Hacienda a través de un impuesto único que no se llevó a cabo por la oposición de los privilegiados pero que condujo a elaboración de un recuento de población y riqueza, el Catastro de Ensenada; un programa construcción de barcos como medio de mejorar la defensa del país;
medidas de desarrollo cultural como la creación de la Academia de Medicina y del Observatorio Astronómico. Estas medidas abrieron el camino para el despotismo ilustrado de Carlos III.
Aunque en un primer momento Felipe V (1700-46) acepta las leyes e instituciones de los distintos reinos españoles, tras la guerra de sucesión y el levantamiento contra él de la Corona de Aragón, procede a su unificación por los Decretos de Nueva Planta, asimilando las leyes e instituciones de todos los reinos a las de Castilla (1707-16), salvo en los casos de Navarra y el País Vasco que se mantienen sus fueros por haber seguido fieles a Felipe V durante la guerra. Las Cortes de Aragón se unen a las de Castilla, y pierden su competencia legislativa y su función de vigilancia de las leyes y usos del país frente a la autoridad del rey.
España será gobernada desde Madrid de forma centralista.Se introduce la Ley Sálica, de tradición francesa, según la cual las mujeres no pueden reinar, sustituye a las tradicionales leyes de Las Partidas, que permitían reinar a las mujeres pero dando preeminencia a la línea masculina. Los monarcas borbones se comportan como reyes absolutos, establecen una Cortes únicas y prescinden de los Consejos, algunos de los cuales desaparecen por la pérdida de territorios (Flandes o Italia) o por la unificación (Aragón), y los que quedan van perdiendo influencia. Sus funciones las asumen las Secretarías de Estado, su número y sus competencias sufrieron variaciones con el tiempo.Al frente están los Secretarios, hombres de confianza del rey, que no alcanzarán el poder de los validos del XVII. Esquilache, Floridablanca o Aranda con Carlos III son algunos ejemplos. El territorio se divide administrativamente en intendencias, siguiendo el modelo francés.Frente a la iglesia se intento una política de control o regalismo que en la práctica se redujo a la expulsión de los Jesuitas.Aunque tanto la Iglesia, como la nobleza continuaron ejerciendo una gran influencia, con los Borbones se reconoce como indiscutible la autoridad superior del rey.
El despotismo ilustrado era una práctica política, que pretendía introducir reformas destinadas a fortalecer el poder del estado mediante una administración más racional, eficaz y centralizada con el objetivo de mejorar las condiciones de vida del pueblo. Carlos III y sus ministros: Floridablanca, Campomanes y Aranda, fueron los mejores representantes del despotismo ilustrado en España. Las medidas más destacadas fueron:– Se liberalizó el comercio con América, suprimiendo el monopolio de Cádiz, esto fue un gran estímulo para la industria y el comercio, en especial para Cataluña.– Se crearon las Compañías comerciales al estilo de las británicas y holandesas.– La industria se estimuló mediante la creación de Reales Fábricasde artículos de lujo (tapices, porcelanas, relojes) para evitar la importación de estos costosos productos.– En cuanto a la agricultura, se encarga a Jovellanos “El informe sobre la ley agraria” sobre la situación de la agricultura, sus problemas y posibles soluciones en el que se hacía hincapié en la mala distribución de la tierra y en el problema de la amortización o de las “manos muertas”. Sin embargo cuando se publicó el informe ya había estallado la Rev. Francesa, y el informe fue ignorado. La creación de Sociedades económicas de Amigos del País sirvió para mejorar las prácticas agrícolas del campesinado.-Frente a la iglesia se intento una política de control o regalismo que en la práctica se redujo a la expulsión de los Jesuitas. A pesar de ello mantuvo sus propiedades, y su gran influencia social.-Se estimuló la educación y la ciencia considerados por los ilustrados como el motor del progreso. Se crearon Reales Academias (Historia, Artes, Lengua), museos (Prado) y centros de investigación (Jardín Botánico, Observatorio Astronómico, en el Paseo del Prado de Madrid). Con el estallido de la Revolución Francesa el movimiento ilustrado fue dejado de lado y muchas de estas reformas se paralizaron.
El cambio de dinastía supone un giro total en la política exterior española. Tras la paz de Utrecht, España perdió sus territorios europeos (Países Bajos e Italia), lo que hizo que su centro de interés se desplazara al Atlántico. También se produjo un acercamiento a Francia, la eterna enemiga, tanto porque en ambos países reinaba la misma dinastía como por el hecho de que tenían como rival a Gran Bretaña que buscaba su expansión colonial a costa de Francia y España. Esta alianza se plasmó en los Pactos de Familia. Felipe Vfirmó dos, en 1733 y 1743, que le llevó a participar en las guerras de sucesión de Austria y Polonia y que supuso la recuperación del ducado de Parma para el infante Felipe, y el reino de Nápoles para el infante don Carlos.
Carlos III firmó el Tercer Pacto de familia en 1761, por el cual España participo en el conflicto entre Gran Bretaña y sus colonias americanas en apoyo de estas últimas. Esto supuso la recuperación de Menorca El reinado de Carlos IV coincide con el estallido de la Rev. Francesa y supone un paréntesis en la alianza con Francia pues España participa en las Guerras de Coalición para acabar con la Francia Revolucionaria y devolver el trono a los Borbones. Tras la Paz de Basilea(1795)
España vuelve a su antigua política de alianza con Francia, ahora bajo el control de Napoleón Bonaparte, y en contra de Gran Bretaña. La consecuencia fue el desastre de Trafalgar (1805) y la destrucción de la flota franco española a manos británicas, lo que puso fin al resto del poderío marítimo español y supuso la incapacidad de controlar el contrabando a gran escala en América.
La nueva dinastía borbónica impuso cambios administrativos en América, con el fin de controlar con más eficacia a las colonias para obtener de ellas un mejor rendimiento económico.
El Consejo de Indias fue perdiendo competencias a favor de las correspondientes secretarias igual que la Casa de Contratación de Sevilla,que se disolvió en 1790.
A los dos virreinatos existentes, Nueva España y Perú se añadieron otros dos, segregados del de Perú:
Se creó un ejército regular americano y se establecieron intendencias, con las mismas atribuciones que las peninsulares.También se adoptaron medidas económicas a lo largo del siglo:En un primer momento se crearon Compañías Comerciales al estilo de las británicas y holandesas, como la Compañía Guipuzcoana de Caracas.
Se suprimió el tradicional sistema de flotas y galeones (las mercancías con destino a América se embarcaban todas juntas una vez al año en flotas escoltadas por galeones de guerra) por el sistema de registros, en el que los particulares podían cargar sus mercancías en barcos autorizados (registros) que partían cuando querían desde Cádiz. Los decretos de 1765 y 1778 autorizaron el libre comercio directo, suprimiendo el monopolio de Cádiz, esto fue un gran estímulo para la industria y el comercio, en especial para Cataluña.
Aunque el comercio con América aumentó como resultado de estas medidas, el mercado era excesivo para la industria peninsular, por lo que la mayoría de las manufacturas enviadas a América eran extranjeras y el volumen de contrabando era superior al comercio legal.