Portada » Historia » Guerra civil
18. La Guerra Civil 11
>18 .1. La evolució n de la Españ a Republicana.-
El alzamiento militar se quiso justificar con el argumento de que en la República gobernada por el Frente Popular, se estaba preparando una revolución comunista que eliminaria la propiedad privada, la religión y el Estado democrático para imponer una dictadura al estilo soviético. Nada de ello tenía fundamento: en la primavera de 1936 no ía ninguna revolución en marcha, si bien el desorden era grande (huelgas, atentados, ocupación de tierras, actuación de bandas y enfrentamiento s políticos), éste era provocado tanto por las derechas como por las izquierdas.
Fue el propio alzamiento militar, (que obligó al gobierno republicano a dar armas al pueblo), lo que provocó en esta zona un proceso revolucionario que fue llevado adelante sobre todo por los anarquistas, secundados por el sindicato socialista de la UGT. Pero tanto el PSOE como el PC se mantuvieron fuera de esta revolución (de carácter colectivista, que proponía cambiar el sistema de propiedad y destruir el poder del Estado) y posteriormente se pondrían claramente en su contra.
En los tres primeros meses de la guerra en la zona republicana, el gobierno perdió el control de la situación. En muchas capitales y pueblos grandes y pequeños, se constituyeron Juntas, Consejos y Comités que ejercieron el poder por su cuenta. Se desarrolló, por otro lado, un violento movimiento anticlerical que se concretó en el saqueo e incendio de iglesias y objetos de culto, así como en el asesinato de miles de religiosos. Estas acciones fueron protagonizadas en su mayor parte por grupos incontrolado s de tendencia anarquista.
El elemento más significativo de la revolución social desencadenada fue, sin duda, el colectivismo. Se pretendió convertir la propiedad agraria e industrial en propiedad colectiva (de los trabajadores). En Cataluña (donde la influencia anarquista era muy grande) se emitió un decreto de la Generalitat (octubre de 1936) que colectivizaba las industrias. Las colectivizaciones agrarias se extendieron ampliamente por Aragón, Valencia, La Mancha y Andalucía. Muchos servicios esenciales (transportes, comunicaciones, abastecimientos alimenticios, fábricas de armas etc.) funcionaron al principio de la guerra, colectivizados a través de los sindicatos. Con el paso del tiempo los gobiernos republicanos tomaron el control y muchas de las medidas revolucionarias de los primeros meses fueron suprimidas.
Al producirse la sublevación, el gobierno de Casares Quiroga dimitió y se formó otro presidido por MartÍnez Barrio que pretendió negociar con los rebeldes el fin de la insurrección, Como ello fue imposible, Martí nez Barrio fue rápidamente sustituido por el gobierno de Giral el cual tuvo que armar al pueblo para defender la República. En agosto se decretó la creación de batallones de voluntarios (milicianos) encabezados por los oficiales fieles al gobierno republicano.
El mes de agosto fue especialmente crítico para el bando republicano debido al constante avance de los rebeldes. Era preciso formar un gobierno fuerte, presidido por’ alguien que fuera capaz de unir a todas las fuerzas republicanas (burguesas y obreras) en· un único esfuerzo de guerra. El hombre elegido fue Largo Caballero (secretario general de la UGT) que en septiembre fue llamado por Azaña (presidente de la República) para formar gobierno. En el gobierno de Largo Caballero estaban presentes: republicanos, socialistas, comunistas e incluso llegó a haber «cuatro ministros anarquistas». Una de las primeras acciones de este gobierno fue trasladarse a Valencia ante el inminente ataque a Madrid por parte del ejército de África.
El gobierno de Largo Caballero pretendía crear una «gran alianza antifascista», recomponer el poder del Estado (eliminando Juntas y Comités) y dirigir la guerra con nueva energía, militarizando las milicias de los partidos y creando un Ejército Popular.
Pero pronto comenzaron las disensiones entre los miembros de este gobierno, los anarquistas no querían renunciar a las colectivizaciones y se resistían a integrar sus milicias en el ejército regular. En mayo de 1937 se produjo en Barcelona un enfrentamiento armado entre los comunistas y los partidos republicanos que querían acabar con la revolución, volver a la propiedad privada y normalizar el Estado (primero ganar la guerra y después hacer la revolución) y los anarquistas y el POUM que defendían la revolución social al mismo tiempo que hacían la guerra. Los anarquistas fueron derrotados y el POUM fue disuelto por la presión de la Unión Soviética (algunos de sus líderes, como Andrés Nin, fueron detenidos y nunca se volvió a saber de ellos). A raíz de estos acontecimientos Largo Caballero quedó muy debilitado y los comunistas (que en ese momento tenían mucha influencia, gracias a la ayuda que Stalin prestaba a la República) exigieron su dimisión. Largo Caballero dimite y se constituye un nuevo – gobierno presidido por el socialista Negrin.
Negrín pretendía continuar el esfuerzo militar, para ello tuvo que apoyarse en los comunistas y permitirles el control de las operaciones de gqerra. Pero a partir de 1938 la vida empezó a hacerse sumamente dificil en el territorio republicano, faltaban alimentos y abastecimientos básicos, los reveses militares eran continuos y entre la población empezaba a extenderse el cansancio de la guerra. Negrín pretendió llegar a un acuerdo con el bando rebelde con tres condiciones: la salida de las tropas extranjeras de España, la celebración de elecciones para que el pueblo decidiera el gobierno que quería tener y que los defensores de la República no fueran represaliados, pero Franco se negó en redondo y Negrín se propuso resistir hasta el fin. La única esperanza de la República era que estallase una guerra a nivel internacional entre las potencias democráticas y fascistas en el que quedase englobado el conflicto español. Por ello se acuñó el slogan . «¡Resistir es vencer!». Sin embargo en Madrid, el coronel Casado, como hemos visto, rindió la capital al ejército franquista y la República perdió la guerra. Franco declaró su victoria el 1 de Abril de 1939, cinco meses mas tarde, ell de septiembre de 1939, con la invasión de Polonia por las fuerzas alemanas, comenzaba la II Guerra Mundial.
>18.2 El nacimiento del Estado franquista
Los grupos políticos y sociales que habían apoyado el alzamiento militar estaban divididos (no tenían ningún proyecto común). Por eso aceptaron la supremacía del ejército que fue el encargado de organizar el nuevo Estado surgido del conflicto. Los militares sublevados formaron muy pronto un organismo de dirección al que llamaron Junta de Defensa Nacional. Se instaló en Burgos y fue presidido por el general más antiguo entre los sublevados, Miguel Cabanellas. La Junta prohibió la actividad de todos los partidos políticos (la CEDA incluida) y paralizó la reforma agraria en todos los territorios conquistados. Dado que el general Sanjmjo, considerado el jefe de la sublevación militar, murió en un accidente de aviación en Lisboa el 20 de julio de 1936, el alzamiento se quedó sin líder. Cuando quedó claro que el golpe militar había provocado una guerra civil, se planteó la necesidad de buscar alguien que ocupara su puesto. A fines de septiembre comenzaron las reuniones militares para nombrar un jefe supremo del alzamiento. El nombre de Francisco Franco fue adquiriendo cada vez mas adeptos entre-los generales ya que por un lado era la figura mas conocida en el extranjero (gracias a la cual se había conseguido la ayuda de Alemania e Italia), por otro lado mandaba el ejército de África (el mas preparado y numeroso de la zona rebelde) y porque además se había hecho muy popular entre la población cuando consiguió socorrer y liberar el Alcanzar de Toledo. Por todo ello el 30 de septiembre fue elegido en Salamanca jefe del alzamiento. El primero de octubre de 1936 se publicó un decreto que le nombraba «Jefe del gobierno del Estado y Generalí simo de los Ejé rcitos Españ oles«. La Junta de Defensa fue suprimida y el cuartel general de Franco se trasladó a Salamanca. Una vez que quedó claro que la guerra iba a ser larga, se vio la necesidad de lograr una cohesión política en la zona rebelde. Naturalmente los sublevados tenían una fuerte ideología antiliberal y se había procedido a paralizar todas las reformas que la República había intentado llevar a cabo, pero no existía ningún partido que los aglutinara políticamente. Solo actuaban como grupos políticos Falange Española (su líder, José Antonio Primo de Rivera había sido fusilado por los republicanos en la cárcel de Alicante el 20 de noviembre de 1936) y la Comunión Tradicionalista (carlismo). Ante la necesidad de organizar un poder político unitario, los sublevados se inspiraron en el modelo de los países fascistas italiano y alemán, que tanto les estaban ayudando. Acudieron pues al modelo de Estado de partido único y iefe con plenos poderes. En abril de 1937, Franco dio a conocer el Decreto de Unificación, por el que se creaba un partido único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS que unificaba oficialmente a falangistas y carlistas y en el cual se integrarían todas las ideologías de la zona nacional (católicos, monárquicos etc.). Se adoptaría el uniforme formado por la camisa azul de Falange y la boina roja de los carlistas yel saludo oficial fascista (mano derecha estirada y levantada). Por supuesto Franco seria el Jefe del· Partido Único. La Iglesia apoyó claramente a Franco, publicando una Pastoral Colectiva de los Obispós que comparaba la guerra de España con una «Cruzada de Liberación Nacional». Algunos carlistas o falangistas que se opusieron a la unificación fueron desterrados o hechos prisioneros (como por ejemplo Manuel Hedilla, que había sido ¡.
nombrado jefe de Falange, después de la muerte de José Antonio). En enero de 1938 se formó el primer gobierno de Franco en Burgos. En el estaban representadas las fuerzas que conformarían el Régimen Franquista: católicos, carlistas, falangistas, militares y todavía algún monárquico. Franco por supuesto era el Jefe del Gobierno y el Jefe del Estado. A partir de entonces pasó a ser llamado normalmente «Caudillo de España».
Las leyes que emitió este gobierno irán conformando la configuración del nuevo Estado franquista. Entre ellas citaremos: ‘ La Ley’del Fuero del Trabajo (1938) inspirada en la «Carta del’ Lavoro» del fascismo italiano, en la doctrina social de la Iglesia y en algunos principios de Falange. Sentó las bases del sindicalismo vertical como una organización estatal que agrupaba a empresarios y trabajadores. Además se consideraban actos subversivos las huelgas y las reivindicaciones colectivas.
Una legislación sobre prensa e imprenta que establecía una fuerte censura previa por parte del Estado de todo lo que se publicaba o editaba en España, (lo que aseguró el control ideológico del Régimen sobre los medios de comunicación). Se derogaron todas las leyes republicanas relativas a la Iglesia: el matrimonio civil (no se consideraban casados), el divorcio (los que se habían diyorciado, volvían a estar casados), se estableció el cuita religioso en la enseñanza y en el ejército (misas en las escuelas, institutos y cuarteles), por supuesto la Iglesia siguió con la enseñanza y se instituyó una retribución estatal al clero.
Ley de Responsabilidades Políticas (1939) facultaba a los tribunales mixtos (formados por militares, falangistas y abogados) para la aplicación de penas a personas vinculadas a partidos de izquierda (con efectos retroactivos desde febrero de 1936)
Cuando el 1 de abril de 1939 se acabó la guerra, la figura de Franco estaba tan consolidada que nadie dudó en el bando vencedor de que en su persona se concentraban todos los poderes políticos, militares y sociales de la Nación. Su figura fue mitificada y exaltada hasta el límite. Comenzaban los casi cuarenta años de poder del Caudillo español.
>18.3. Asturias en la guerra civil.-
Cuando llegaron a Asturias las noticias del levantamiento militar, las fuerzas obreras manifestaron claramente su adhesión a la República. El coronel Aranda (jefe de la guarnición de Oviedo) fingiendo lealtad a las autoridades republicanas, dirigió a Madrid un tren repleto de mineros dispuestos a la defensa de la capital y concentró en Oviedo todas las tropas que pudo disponer haciéndose con el control de la ciudad. Entonces se sublevó contra el gobierno republicano. En Gijón los militares, dirigidos por el coronel Pinilla, también se levantaron contra la República, pero a pesar del apoyo del buque «Almirante Cervera» a los sublevados, (que se encontraban encerrados en el cuartel de Simancas , actual colegio de los jesuitas), mediante bombardeos sobre la ciudad, el pueblo rodeó el cuartel que cayó en manos de los republicanos el 15 de agosto. Es celebre la frase que desde el Simancas dirigieron los sublevados al buque «Almirante Cervera» cuando comprendieron que estaban siendo derrotados: »’Disparad sobre nosotros, el enemigo está dentro».
Como contrapartida Oviedo resistió los ataques de los mineros que intentaban rendir la capital. Las destrucciones materiales del «cerco de Oviedo» fueron enormes y llegó a combatirse en el centro de la propia ciudad (los edificios de la Catedral y la Universidad quedaron muy dañados). Pese a todo la ciudad resistió hasta octubre en que tropas nacionales procedentes de Galicia, lograron penetrar a través del cerco que los republicanos habían impuesto, trayendo municiones y alimentos.
Iniciada la campaña del Frente Norte y después de la ‘caída de Bilbao en junio de 1937 posteriormente de Santander en agosto del mismo año y a pesar de la resistencia de las fuerzas leales asturianas en Peñamellera Alta y en el Mazucu, los republicanos asturianos fueron derrotados ante la superioridad aérea y artillera de los nacionales y el aislamiento, impotencia y desorganización de las fuerzas republicanas’, El 21 de Octubre de 1937, con la desbandada de los mandos, las tropas republicanas se rendían. Gijón fue iudad tomada por los nacionales y en su puerto se sucedieron escenas de personas que querían marcharse y no encontraban modo de hacerlo. Algunos barcos que llegaron a salir, lo hicieron tan cargados o estaban en tan mala ión para navegar que fueron apresados por la marina nacional. Solo unos pocos llegaron a Francia. Durante la guerra (julio de 1936- octubre de 1937) y debido al aislamiento de nuestra región del resto del territorio republicano, se formaron Comités y organismos locales autónomos que terminaron constituyendo El Consejo de Asturias y León. En este organismo que actuaba en nombre del Gobierno de la República, miembros del PSOE, el PCE y la CNT se repartieron las responsabilidades y las funciones (abastecimiento, organización de la lucha armada, mantenimiento del orden público etc.) a la vez que desarrollaba una acción revolucionaria paralela, que se encargó de incautar las propiedades de los sublevados, de colectivizar los sectores productivos básicos y de cancelar las rentas y deudas de los campesinos. Por otra parte, este organismo se vio impotente para evitar el elevado número de victimas de simpatizantes derechistas que se produjeron, dado el clima de radicalización que siguió al estallido del conflicto. La entrada de las tropas nacionales y la huida de las autoridades republicanas, significó el final del conflicto armado en el territorio asturiano, pero a su vez, los vencedores depuraron, encarcelaron o asesinaron a todos aquellos que consideraban desafectos al nuevo Régimen. La represión sería dura y se prolongaría en el tiempo. Aunque la contienda hubiera concluido se iniciaba una larga posguerra.