Portada » Lengua y literatura » Los personajes de max estrella y don latino en luces de bohemia
Máximo Estrella: Es el protagonista de la obra; es ciego, andaluz, poeta, lunático y humorista. En él se representa la figura del último bohemio, y es presentado como un héroe clásico muy inteligente. A lo largo de la obra, aun teniendo estas virtudes, Max se va percatando de su soledad y va asimilando su fracaso, llegando así al mundo del alcohol y hundiéndose en la miseria.
A pesar de ser el mejor poeta de la época (según se decía), nadie publica sus obras.
Latino de Hispalis: Es un personaje con dudas existenciales pero que acepta el papel de lazarillo de Max. Y aunque acepta dicho rol, su lealtad brilla por su ausencia, debido a que siempre intentaba sacarle agún partido a todo cuanto Max hacía, sobre todo en el plano económico. Con esto se puede afirmar que D. Latino es un hombre cínico e irónico y un gran maestro de la mentira (sobre todo si la cosa trataba de dinero).
Madama Collet y Claudinita: Son la esposa y la hija de Max respectivamente. Ambas poseen un afán de protección hacia Max desmesurado, al igual que las caracteriza su gran ternura. Pero a pesar de esto tienen sus diferencias; por ejemplo, Claudinita se lleva muy mal con D. Latino y es bastante descarada. Al final acaban suicidándose porque se ven sumidas en la miseria y, posiblemente, por la muerte de Max.
Zaratrusta: Es un librero bastante estafador que, gracias a los pactos que hacía con Latino, consiguió timar a Max.
Pica Lagartos: Es el dueño de la taberna a la que solía ir Max y Latino. ES republicano a ultranza pero es defensor de la propiedad privada (sobre todo si se trata de la suya).
Rubén Darío: Es el poeta guía del modernismo y amigo de Max.
El Marqués de Bradomín: Aunque no prestaba toda su atención a Max, lo conocía y lo apreciaba.
Don Gay: es un cliente de la librería de Zaratustra. Un tanto pedante y conocedor de parte del extranjero, es aficionado a quejarse de los males del país, pero sin hacer nada para intentar remediarlo
Un Pelón y la chica de la portera: son personajes-coro. Aparecen de repente en la librería, pero sin hacer nada importante para el argumento. Reprensan otro de los tantos tipos sociales.
Un coime de taberna: es el chico que ayuda a Pica Lagartos. Es entusiasta en todo, especialmente en la política.
Enriqueta la Pisa Bien: es una mujer de vida alegre, liada y chuleada por el Rey de Portugal. Se dedica a vender lotería y flores. También es conocida como la Marquesa de Tango (baile muy de moda por aquella época).
El Rey de Portugal: chulea a Enriqueta, a la que, además, incita a manifestarse a favor el proletariado.
Un borracho: añade comentarios a las intervenciones de algunos de los personajes de la taberna de Pica Lagartos. Con su frase “¡Cráneo privilegiado!” se cierra la obra.
Dorio de Gádex: un joven poeta modernista, jefe del grupo que aparece en la obra, y el más individualizado de ellos. Es burlón, charlatán y no muy destacado en poesía.
Rafael de los Vélez, Lucio Vero, Mínguez, Gálvez, Clarinito y Pérez: jóvenes modernistas, también poetas. Están menos individualizados que Dorio y son seguidores de éste. Todos ellos son un poco caraduras iconoclastas (eso dicen) y frecuentadores de la noche madrileña.
El capitán Pepito: es un personaje sin relieve humano: fiel cumplidor del deber y no demasiado amigo de los intelectuales ni de los tumultos callejeros.
Dos guardias del orden: son personajes típicos de la noche madrileña. Individualmente no influyen para nada en la obra, pero adornan en el grupo.
Serafín el Bonito: es el hijo de Don Paco, Ministro de la Gobernación. Es respetuoso con la ley y el orden, y deseoso de ser respetado.
Un celador, el Guindilla…: son otros personajes típicos del Ministerio de Gobernación. Se tienen que someter a las reglas que les impone el lugar en el que trabajan.
Un preso (Mateo) : Detenido por huelguista, víctima del empresario catalán, que tiene en sus manos la riqueza y gran poder, y desea tener más utilizándola y explotando a los trabajadores. No es esperpentizado por Valle, que lo representa como a un personaje noble y solidario.
Es detenido y encarcelado injustamente. Se identifica con el carácter revolucionario de Max, por lo que éste le apoyará y juntos tendrán una reflexión sobre la sociedad española del momento.
El portero de una redacción: se trata del conserje de El Popular, periódico al que van a quejarse los modernistas por la detención de Max.
Don Filiberto: es el redactor jefe de El Popular. Aparentemente comprensivo, pero igual de opresor que sus amos. No se compromete por nada y por nadie, y le gusta que le halaguen.
El Ministro de Gobernación: es un personaje de carácter dudoso. Es tierno y sentimental, antiguo bohemio, generoso con sus amigos y un poco favoritista.
Representa la corrupción, ya que ostenta su poder sin dar explicaciones a nadie y expropia el dinero del fondo de policía para subvencionar a Max.
La madre del niño muerto en brazos: Dentro de la obra, no interviene en gran grado, pero su repercusión el Max es importante porque es de los pocos personajes que ayudan a mostrar la parte más noble del protagonista. En las acotaciones que se hacen sobre ella, se transmite al receptor una sensación de impotencia y rabia.
Dieguito: es el secretario de su Excelencia, al Ministro. Bastante más burócrata que aquél, menos educado que Max y sin convicciones.
Un Ujier: es el típico guardaespaldas de las puestas de la gente importante.
Una vieja pintada: es una prostituta en sus últimos años. Se lleva a Don Latino a un lugar reservado. Es descarada y desvergonzada.
La Lunares: es otra prostituta, pero joven y honesta, e incluso un poco inocente. Es antagonista a la otra prostituta, la vieja. Se siente atraída (sólo en cierto grado) por Max, ya que éste la trata como persona. No es esperpentizada por Valle.
Basilio Soulinake: es un periodista alemán, fichado en los registros policiales como anarquista ruso. Parece tener algunos estudios de medicina. Es alto, delgado y con grandes barbas rojas de judío anarquista y ojos envidiosos. No tiene mucha caridad humana.
Dos sepultureros: según el Marqués de Bradomín, filósofos estoicos. Se trata de dos pobres hombres acostumbrados a su trabajo. Son los que entierran a Max.
“Luces de Bohemia” es una obra dramática de Valle-Inclán, uno de los mejores autores de teatro contemporáneo, que destaca por su originalidad, y fue publicada en 1920. Tardó mucho tiempo en ser representada por la situación política que vivía España (dictadura de Primo de Rivera) y por la complicación que conllevaba esa representación.
Corresponde a su etapa esperpéntica, la cumbre de su obra. Por medio del esperpento el autor distorsiona la realidad, a través de diferentes procesos en los que todo queda deformado y es símbolo del rechazo hacia su momento histórico.
La obra se divide en 15 escenas; las 12 primeras cuentan hasta la muerte del poeta y las 3 últimas su entierro y velatorio.
Para conseguir el esperpento, Valle-Inclán produce la animalización de los personajes y la literaturización de la realidad. Aparece la mezcla de registros, el culto y el barriobajero, encarnado en “La Lunares”.
La obra es muy interesante porque es capaz de hacer reflexionar al lector, hace que éste se dé cuenta de la sociedad en la que vive y la analice, ya que, aunque es una obra esperpéntica, las deformaciones no la alejan tanto de la realidad.