Portada » Filosofía » 16 textos de selectividad de Descartes Discurso del método
Descartes decide que no va a emprender la reforma de todo el saber, decide dejar para otro
Momento la revisión de los principios morales que imperan en la vida social (seguir una “moral
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Provisional”) pero si va a revisar el resto de los conocimientos recibidos. Para ello tiene.
Primeramente, que encontrar un método de trabajo que le garantice el éxito de su misión.
Toma como modelo la lógica y las matemáticas, por ser disciplinas en las que encuentra más
Orden y sentido que en cualquier otra, a pesar de que no todo en ellas es salvable, así que
Decide imitar el orden de razonamiento que ambos saberes observan, y su carácter deductivo,
Es decir, que se basan en razonamientos rigurosos que se desarrollan a partir de primeros
Principios evidentes. Además también aplica el principio de simplicidad común a la lógica y las
Matemáticas: pocas reglas pero siempre respetadas.
Estas son las reglas del método:
1. Evidencia: admitir sólo «aquello que se presentara tan clara y distintamente
A mi espíritu que no tuviera motivo alguno para ponerlo en duda». Se trata del criterio de
Certeza
2. Análisis: descomponer las dificultades en sus elementos componentes para examinarlos uno
A uno. Regla que se aplica a las cuestiones complejas para simplificarlas.
3. Síntesis: componer los conocimientos empezando por los elementos más simples.
Reconstrucción de lo simple a lo complejo, pero observando un orden.
4. Enumeración: revisar tantas veces como fuera preciso todo lo hecho, para estar seguro de
No haber omitido nada.
Descartes está seguro de la efectividad de su método porque se asemeja al modo natural de
Proceder de la razón. Es una herramienta que permite distinguir las ideas evidentes de las que
No lo son, y su éxito en la aplicación a la geometría y al álgebra (con el desarrollo de la
Geometría analítica) le persuade de su utilidad para la revisión del saber filosófico, disciplina
Mucho más confusa y en la que su aplicación es mucho más necesaria.
El propósito de Descartes en esta parte es aplicar el método a la filosofía y a su parte central
(el tronco del árbol del saber), la metafísica, con el fin de descubrir si existe en ella verdades
Incuestionables, principios evidentes.
Para ello aplica la primera regla, lo que nos obliga a dudar de todo conocimiento que no se
Presente al entendimiento de forma absolutamente clara y distinta. La duda se aplica de forma
Progresiva, de menor a mayor radicalidad, primero a el testimonio de los sentidos, luego a la
Fiabilidad de nuestros razonamientos, y finalmente a la conciencia de la existencia de un
Mundo exterior. Él mismo apunta que los motivos de duda pueden ser considerados
Suposiciones extravagantes, pero lo que pretende es sostener un artificio (una especie de
“experimento mental”). La duda debe ser absolutamente radical para garantizar que la idea
Que supere esta duda, sea absolutamente incuestionable.
Descartes descubre la existencia del “yo” como primera certeza, esta existencia no es algo
Que se deduce (no se debe interpretar como “si pienso, entonces existo”), sino que se trata de
Una identificación de pensamiento con existencia que se descubre de forma intuitiva:
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Inmediata: “soy pensamiento”. Este es el “primer principio” o axioma que le permitirá
Reconstruir deductivamente el resto de la metafísica.
Algunas aclaraciones respecto a la existencia del “yo”:
– Más adelante Descartes descubrirá que el “Yo” depende de Dios para existir, así que,
Aunque el yo es el “primer principio de la filosofía” en el orden del conocimiento, en el
Orden del ser, es Dios el primer principio. El método hace que el orden de las certezas
Predomine sobre el orden del ser.
– Lo que se ha descubierto es el sujeto o cógito , cuya naturaleza o atributo es el
Pensamiento.
– Dualismo antropológico, el alma es independiente del cuerpo, no lo necesita. Si el
Cuerpo dejase de existir, no por ello dejaría de existir el alma.
– El alma se conoce con independencia del conocimiento que tengamos del cuerpo, este
Conocimiento del cuerpo procede de la sensibilidad, por lo tanto no hay ninguna
Certeza en él. Es más fácil conocer el alma que el cuerpo, y quien piense lo contrario,
Es porque no está aplicando el método.
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El contenido del ser pensante son las ideas, ¿habrá entre ellas alguna que me permita
Afirmar su verdad?. Descates distingue dos aspectos en las ideas, su realidad formal, el ser
Pensamientos (son todas iguales) y su realidad objetiva, lo que representan (son diferentes
Porque representan seres con distinto grado de realidad) . Las ideas deben tener una causa, y
La causa debe ser proporcional a la idea (por ejemplo, la idea de bondad no puede proceder de
Un ser que carezca de bondad). Tengo la idea de un ser perfecto?, evidentemente, no puede
Proceder de mí, ya que yo no soy perfecto, la duda es una prueba de mi imperfección. Solo
Cabe una respuesta: la idea de un ser perfecto procede de un ser perfecto: Dios.
Argumento ontológico de tipo anselmiano. Poseo la idea de elementos de la geometría en la
Que parece haber una gran evidencia, por ejemplo en la idea “un triángulo tiene tres ángulos”,
Sin embargo, nada hay en la evidencia de la idea de triángulo que me persuada de que esta
Figura geométrica deba existir, sin embargo en la idea que tengo de Dios como un ser perfecto,
Está implícita (es evidente) su existencia, ya que, igual que pensar en un triángulo que no
Tenga tres ángulos resulta contradictorio, es lógicamente imposible –por incoherente- pensar
En un Dios que carezca de la perfección de existir 9.Dios GARANTIZA EL CRITERIO DE VERDAD. ANULACIÓN DEL TERCER MOTIVO DE DUDA:
Tras llegar al primer principio, Descartes dedujo que todo lo concebido con igual claridad y
Distinción sería verdadero, ahora reformula este principio: para que lo concebido con claridad
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Y distinción sea verdadero, es necesario que Dios lo garantice. Si Dios no existiese y no fuese
Un ser bueno y veraz, entonces no habría garantía de que cada vez que el entendimiento
Conciba algo claro y distinto, eso sea verdadero. Un “genio maligno” podría engañarnos
Haciéndonos creer que algo es claro y distinto cuando solo es una ilusión, Dios anula la
Hipótesis del genio maligno.
Después de descubrir la existencia de Dios, Descartes puede anular los motivos de duda que
Se había planteado al inicio de esta cuarta parte:
En primer lugar afirma que la falsedad del conocimiento se produce cuando el entendimiento
No concibe ideas claras y distintas, y a pesar de ello, se afirma la existencia de los seres a los
Que se refieren las ideas, da igual si en este proceso estamos despiertos o dormidos. Por lo
Tanto queda anulado el segundo motivo de duda.
Lo mismo ocurre con las demostraciones matemáticas: siempre que se muestren claras y
Distintas serán verdaderas, no importa si la estoy haciendo, o estoy soñando que la hago.
Respecto a la confusión entre sueño y vigilia, Descartes aduce que los razonamientos son más
Completos y evidentes cuando estamos despiertos que cuando soñamos, como la evidencia es
Prueba de certeza, habrá que concluir que hay más verdad en los que tenemos mientras
Estamos despiertos.