Portada » Historia » 10.1. LA GUERRA DE Sucesión Y EL SISTEMA DE Utrecht y política exterior en Europa
En el año 1492 sucedieron varios hechos relevantes, el más relevante fue el descubrimiento de América por Cristóbal Colón este fue uno de los hechos más importantes de la historia europea y condiciónó la evolución política, social y económica de los siglos siguientes. La principal causa de este descubrimiento fue la necesidad de encontrar nuevas rutas alternativas debido al férreo control turco que obtuvo en el 1453 sobre el mar mediterráneo y las rutas hasta Asía, debido a esto los europeos occidentales se vieron forzados a buscar nuevas rutas para llegar a las indias lugar proveedor de especias y de productos de gran valor como la seda. Otra causa importante de este descubrimiento fueron las mejoras que hubo en las tecnologías de navegación, como fueron la mejora de la cartografía, el perfeccionamiento de la brújula y el astrolabio y la construcción de naves más rápidas. Y finalmente las causas ideológicas, en esta época hubo un gran cambio de mentalidad en el que se recuperó la antigua visión de la tierra como una esfera, los relatos de antiguos viajes, el deseo de fama y riqueza y el espíritu de cruzada. El descubrimiento de un nuevo continente trajo consigo unas grandes repercusiones. Sociodemograficamente este suceso provocó el descenso de la población indígena debido a la llegada de nuevas enfermedades provenientes de Europa y también un descenso demográfico europeo debido a la migración, hubo un mestizaje, una creación de grandes imperios coloniales, conflictos por el control de los mares. Y finalmente la trata de esclavos y la jerarquización por razas. En lo que se refiere a la economía ésta se desplazó al atlántico, también llegaron nuevos metales preciosos y productos y hubo un auge en la economía española y su “política mundial”. Culturalmente hubo una aculturación por parte de los pueblos indígenas y un etnocentrismo europeo. Durante el 1492 también hubo dos grandes sucesos, estos fueron la conquista del reino de Granada y la expulsión de los judíos, estos dos contribuyeron a la uniformidad religiosa y política de la península ibérica.
La guerra de sucesión española se produjo entre los años 1700 cuando muere Carlos II y 1713 con la firma del tratado de Utrecht. Tras la muerte sin descendencia del rey de las Españas, Carlos II de Austria, se desencadenó un gran conflicto nacional (e internacional) en torno a las dos candidaturas, la del archiduque Carlos de Austria y la de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón, quien fue coronado con el título de Felipe V. Acababa así la dinastía de los Habsburgo y llegaba al trono español la dinastía de los Borbones
. Muy pronto, sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. La Guerra Civil y europea estalló. El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida uníón de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, que, por supuesto, era sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español. No solo se enfrentaba en esta guerra la sucesión al trono sino que también se enfrentaban dos modelos de estado: el de los Austria, tradicionalmente pactista, que respetaba las instituciones forales de los reinos y su diversa legislación y fiscalidad apoyado por la corona de Aragón; y el de los Borbones, que importaba el modelo francés absolutista, unificador y centralizador apoyado por la corona de Castilla. Comenzaba así la Guerra de Sucesión Española. Posteriormente debido a la muerte del hermano de Carlos de Habsburgo este heredó el Imperio alemán y se desinterésó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible uníón de España y Austria bajo un mismo monarca. Gracias a este suceso y a las victorias militares, Felipe V fue capaz de llegar al trono español. La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente, que Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa también que Los Países Bajos españoles y losterritorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria, el reino de Saboyá se anexiónó a la isla deSicilia y finalmente Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias). El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.
Durante el reinado de Carlos III en el Siglo XVIII, el principal problema de la agricultura española en el Antiguo Régimen radicaba en unos rendimientos muy bajos que en épocas de inclemencias climáticas y malas cosechas, provocaban crisis de subsistencias. Era una agricultura atrasada que utilizaba técnicas y métodos de cultivo aún muy primitivos. Una de las principales causas de este problema era el régimen de propiedad de la tierra. La mayor parte de las tierras cultivables estaban amortizadas, es decir, sus titulares no podían desprenderse de ellas, venderlas o donarlas. Por tanto, apenas había tierra en el mercado que pudiera ser adquirida por quien tuviera medios e interés para mejorar su cultivo. Gran parte de las tierras amortizadas estaban en manos de la iglesia (manos muertas) o de la nobleza (mayorazgos), quienes sólo explotaban directamente una pequeña parte, arrendando el resto a campesinos en pequeñas parcelas. Además, un porcentaje significativo de tierra amortizada pertenecía a los municipios. En la segunda mitad del Siglo XVIII, el incremento de los rendimientos agrícolas se convirtió en una necesidad imperiosa en un contexto de crecimiento demográfico, pues la población aumentaba y con ella la demanda de productos agrarios. En época de Carlos III se adoptaron una serie de reformas para conseguirlo, la mayor parte tenían como objetivo el ideal ilustrado de formar una clase de pequeños propietarios campesinos, motivados para trabajar, interesados en la mejora de sus tierras, y buenos contribuyentes. Entre estos destacaron: el arrendamiento de tierras municipales a campesinos que tuvieran medios para trabajarlas., las colonizaciones de nuevas tierras, planificadas y financiadas por la Corona, seis mil colonos centroeuropeos fueron asentados en pueblos de nueva creación en Andalucía para repoblar tierras vacías y acabar con el bandolerismo, la aparición de nuevos cultivos americanos, la mejora de los regadíos con la construcción de canales y pantanos y la reducción de privilegios de la mesta. Sin embargo, todas las medidas fueron parciales e insuficientes, propias de un reformismo ilustrado que pretendía adaptar las estructuras del Antiguo Régimen a las nuevas necesidades sin atentar contra los intereses de los estamentos privilegiados. Nunca se llevó a cabo una reforma profunda de las estructuras agrarias del país que implicaba una desamortización de la tierra, pues el proyecto de Ley Agraria que la propónía, redactado finalmente por Jovellanos, llegó tarde, en 1794, en el reinado de Carlos IV, cuando el temor a la revolución ya impedía cualquier reforma.
La «Uníón dinástica» es la uníón de varios reinos, Estados, dominios…Bajo un mismo soberano o gobernante por derecho dinástico. Como consecuencia de tal tipo de uníón, estos reinos o Estados no han sido integrados, sino que la misma persona posee cada uno de ellos de forma independiente y, por lo general, cada territorio mantiene sus propias instituciones y legislación (particularismo). La “uníón dinástica” hace referencia a la uníón de los reinos de Castilla y Aragón a través del matrimonio de sus reyes, en lo que se ha denominado la Monarquía Hispánica, sin embargo, cada reino mantendrá su independencia, y sus propias instituciones y legislación por lo que se gobiernan de forma independiente. Como puede observarse en el mapa, el proceso de «uníón dinástica» se logró en varias fases, la primera fue, tras la Batalla de Toro (1476) y la Paz de Alcáçovas (1479) que Isabel I es reconocida como reina de la Corona de Castilla, la segunda fue en 1479 que Fernando es coronado rey de la Corona de Aragón. Posteriormente se consuma la «uníón dinástica» entre Isabel y Fernando aunque ya se habían casado en 1469, y finalmente las Conquistas de: el reino nazarí de Granada 1492, la de Canarias en 1496 y el reino de Navarra que se incorpora a la Corona de Castilla en el 1512. El objetivo principal de los Reyes Católicos fue el reforzamiento del poder real y crear una monarquía autoritaria y fuerte. Para este fin, impulsaron una política religiosa que se concretó en, la creación del Santo Oficio o Inquisición (1478), con permiso papal, para controlar la uniformidad religiosa que se concretó en la expulsión de los judíos decretada en 1492 y también la persecución de los mudéjares (moriscos), que tuvieron que convertirse al cristianismo. Y por otro lado el fomento de las regalías, que supónían, entre otras cosas, un control en el nombramiento de los obispos (Patronato Regio). Además, crearon otros instrumentos: entre ellos un ejército permanente pagado por la monarquía, y un cuerpo de funcionarios reales. También reformaron instituciones ya existentes, especialmente en Castilla que se reorganizó el Consejo Real de Castilla (1480) como principal órgano de gobierno, se redujo el papel de las Cortes de Castilla, en los municipios se revitalizó el cargo de corregidor y se creó la Santa Hermandad. En política exterior tuvieron una clara voluntad de expandir sus dominios y unificar los territorios de la Península, consolidar sus dominios en el Mediterráneo y abrir nuevas rutas comerciales hacia el Atlántico.
La llegada de la Dinastía de los borbones al trono de España propició importantes cambios en la estructura del Estado. Con Felipe V de Borbón se instauró en España el absolutismo monárquico impuesto por su abuelo, Luis XIV. El primer objetivo del nuevo rey Felipe V fue reducir la complejidad de los reinos, leyes e instituciones a una sola entidad a la manera de Castilla. Esta obra de reforma administrativa se va a plasmar en los “Decretos de Nueva Planta”, disposiciones legislativas promulgadas como represalia por el apoyo que los territorios de la corona de Aragón prestaron a Carlos II, que supusieron la abolición de los fueros e instituciones propias, e imponiéndose las leyes e instituciones castellanas. Con estos Decretos, se procedíó a un nuevo modelo de administración territorial, como nos muestra el mapa basado en la siguiente estructura. Aparecieron nuevas instituciones y cargos que representaban la autoridad real en los distintos territorios y configuraban un sistema basado en cuatro grandes pilares: los capitanes generales, las audiencias, los intendentes y los corregidores. Por un lado, podemos ver en el mapa las nuevas demarcaciones provinciales que se establecen en sustitución de los antiguos virreinatos que, sin embargo, sí siguen vigentes en tierras americanas, al frente de cada provincia había un capitán general con competencias militares y administrativas, que ejercía como gobernador, este ejercían una triple misión: la representación real, el gobierno político, y la vigilancia del orden público y de la defensa nacional. Para la administración de Justicia se implantaron las reales audiencias, presididas por los respectivos capitanes generales. . Para el control de las principales ciudades se extendíó por todo el territorio la institución del corregidor, nombrados y controlados por la corona, según el modelo castellano. Y finalmente las intendencias, de origen francés, eran circunscripciones controladas por un intendente, cuya misión principal era la recaudación de impuestos y la dinamización económica del país. Los intendentes poseían atribuciones de carácter fiscal, judicial o, incluso, militar. Resultaron una pieza decisiva de la nueva administración borbónica. Los borbones también reformaron la administración Central consolidando el establecimiento de la Monarquía absoluta de una forma plena. Se suprimieron todas las cortes de los reinos, exceptuando las de Castilla, que pasaron a denominarse “Cortes Generales del Reino”. En conclusión, el poder del monarca salíó fortalecido y los decretos de Nueva Planta, aplicados a los reinos de la Corona de Aragón supusieron un nuevo Estado de corte absolutista y centralizador. Al contrario de los territorios aragoneses, las provincias vascas y Navarra conservaron sus instituciones. Fue la recompensá de Felipe V por haberse mantenido fieles a la causa borbónica.